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Fútbol

Piqué, tras su último partido en el Camp Nou: "Aquí nací y aquí moriré"

"Jamás había pensado en irme. Siempre piensas un año más, no pensaba en la retirada. Me he quitado un peso de encima", confiesa el capitán

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El adiós de Piqué en el Camp Nou, en imágenes. AGENCIAS

Tardó dos minutos en abandonar el césped del Camp Nou. Roto emocionalmente, sacudido y conmovido porque más de 92.000 culés, la mejor entrada de la temporada, se entregaron a él. Iba lentamente, caminando como si no quisiera dejar nunca esa hierba. Se fue como si flotara, abrazando, uno a uno, a todos sus compañeros, con una sonrisa, nada amplia, mientras ese estadio, ya viejo y con poco tiempo de vida, se ponía en pie, estremeciéndose ante la emoción que embargaba a todos. Ha sido una despedida simple, pero cargada de magia porque le conectó emocionalmente con su gente. Se fue con miles de culés coreando su nombre (“¡Piqué, Piqué, Piqué!”) y, por supuesto, su apodo: “¡Piquembauer, Piquembauer, Piquembauer…!”.

"Jamas había pensado en irme. Siempre piensas un año más, no pensaba en la retirada. Estos 6 meses han sido muy, muy difíciles. Hoy ha sido una liberación despedirme así. Me he quitado un peso de encima"

Piqué - Jugador del Barça

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"Jamas había pensado en irme. Siempre piensas un año más, no pensaba en la retirada. Estos 6 meses han sido muy, muy difíciles. Hoy ha sido una liberación despedirme así. Me he quitado un peso de encima", ha confesado el jugador a DAZN tras el homenaje popular que ha recibido del Camp Nou.

En ese momento (22.43 horas) de un rutinario sábado de Liga, a 5 de noviembre del 2022, se detuvo el tiempo. Congelado quedó cuando el cuarto árbitro levantó el cartelón electrónico con su número, el 3, indicando además la entrada de Christensen. Estaba Gerard en el costado derecho formando pareja con Marcos Alonso cuando entendió, ahora sí, que era el momento. El momento del adiós tras 616 encuentros con la camiseta azulgrana, con la que consiguió 30 títulos.  

"De tanto amor y tanta pasión entre el Barça y yo es el momento de dejarnos un espacio, de dejarnos un poco de aire. Estoy convencido de que en un futuro volveré"

Piqué - jugador del Barça

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Había un partido. Y miles de pequeños partidos piquenianos, que provocó la mejor entrada del Camp Nou reuniendo hasta 92.605 culés, congregados todos ellos para despedirse de un jugador singular. Un defensa alto, elegante, moderno, irreverente con una lectura del juego extraordinaria. Sin ser rápido, lo era porque su mente viaja a una velocidad vertiginosa.

Titular y capitán

Se fue Piqué siendo titular, incrustado en el centro de la defensa formando pareja con Marcos Alonso, un central que no lo era hasta que llegó al Barça para ser lateral zurdo, pero ha visto que le pasaba por delante Balde y Alba. A Gerard, que estaba cansado de ver lo que sucedía en el vestuario y en el campo, donde se convirtió en una reliquia, se le acabó la paciencia, ideó un emotivo vídeo para cambiar un pasado tortuoso por un ilusionante futuro.

El jueves anunció al barcelonismo que se iba, esquivando los canales oficiales del club, mostrando así su malestar sin necesidad siquiera de alzar la voz, y el sábado se colocó en el centro del escenario. Un estadio viejo, a punto de derruirse, se estremeció nada más verlo salir por el túnel de vestuarios con el brazalete de capitán ceñido en su brazo izquierdo, mientras el resto de sus compañeros lucían la zamarra con el 3 de Piqué.

Ni rodaba aún el balón y el pueblo culé se entregó de forma incondicional hacia el mismo futbolista con quien se ensañó ni hace dos semanas tras su dramático error ante el Inter. Pero el Barça estaba por encima de minucias como aquella entendiendo y glosando como merecía la figura histórica de un central único.

Rodeado de su familia

Único en el campo. Único fuera. Único en todos sus gestos. No había, por ejemplo, ni un solo miembro de su familia en el palco presidencial del estadio. Estaban todos, incluidos sus hijos Milan y Sasha de los que se despegó solo durante los 90 minutos del partido. Con ellos llegó al campo. Y con ellos se fue.

El Camp Nou se rinde ante Piqué en su despedida de la afición azulgrana

El Camp Nou se rinde ante Piqué en su despedida de la afición azulgrana Vídeo: AGENCIA ATLAS Foto: Agencias

Antes de meterse en el vestuario, Piqué accedió a un desértico y solitario Camp Nou. Estaba todavía cerrado. Subió las escaleras y miró Gerard las gradas. Realizó una mirada panorámica como si quisiera captar en su memoria las últimas imágenes de su templo. No había nadie. Él y su mundo. El hombre que no quería ser futbolista. Él solo quería ser jugador del Barça. Logró salirse con la suya porque se estableció con una insólita regularidad en la elite durante casi tres lustros demostrando que su mente, privilegiada, curiosa, le iba a transformar en una leyenda.

Manteado por sus compañeros

Terminado el partido, fue manteado por sus compañeros, además de iniciar la vuelta de honor, incapaz de esconder la emoción. No podía. Ni tampoco quería. No hay precedentes de un adiós así en el Camp Nou. Iba solo con el estadio iluminado por las linternas de los móviles trasnformado en un monumental plató televisivo con un vídeo de despedida, aquel gol en el Bernabéu que era el 2-6, aquellas Champions, aquellos momentos. Y entonces se hizo el silencio en el Camp Nou.

"Buenas noches culers", comenzó diciendo el aún capitán azulgrana enumerando a "compañeros, staff técnico, junta directiva" antes de poner el foco, aunque debió interrumpir su discurso por la emoción, en los argumentos de su adiós. “De tanto amor y tanta pasión entre el Barça y yo es el momento de dejarnos un espacio, de dejarnos un poco de aire. Estoy convencido de que en un futuro volveré. Mi abuelo me hizo socio el día que nací. Esto no es una despedida. Aquí nací y aquí moriré. ¡Visca el Barça!".

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