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Premios Princesa de Asturias

Thomas Bach: "No debe castigarse a los atletas por las acciones de sus gobiernos"

"Los Juegos son competiciones pacíficas, pero la intervención de los mandatorios políticos puede acabar con su espíritu olímpico"

Thomas Bach, presidente del COI. Muel de Dios

Thomas Bach fue el último en llegar a Oviedo. El alemán, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI) y uno de los principales encargados del desarrollo del Equipo Olímpico de Refugiados, premio Princesa de Asturias de los Deportes, llegó con cierto retraso a su cita con la Banda de Gaitas 'El Gumial', que esperaba impaciente la cita a ritmo de 'Xuanín de Mieres'. No eran los únicos. Más de dos centenares de ojos se agrupaban en la acera del hotel de la Reconquista esperando ver al germano. El extraño buen tiempo animó a los ovetenses a recibir a Bach, que asomó con timidez del coche que le acercó a la ciudad.

De pie, bien engalanado, estaba Eldric Sella, uno de los deportistas refugiados que participaron en los últimos Juegos. Y tras recibir la bienvenida de Teresa Sanjurjo, directora de la Fundación Princesa de Asturias, Bach se atrevió a saludar con un buen español a los presentes, aunque tras lanzar las típicas frases en castellano pasó rápidamente al inglés. Desde el primer momento, reconoció la importancia que tiene para la institución que preside el premio que recibe en el teatro Campoamor, "uno de los más prestigiosos en el mundo hispanoparlante".

El mandato de Thomas Bach está lleno de situaciones complejas. La primera de ellas, las sanciones a los deportistas rusos por dopaje, polémica que le salpicó personalmente. Según la Agencia Mundial Antidopaje, Rusia planeó un sistema para suministrar sustancias dopantes a sus deportistas entre 2011 y 2015 y, para ocultarlo, encubrió las pruebas antidopaje que realizaban las distintas federaciones e instituciones dedicadas a su control, por lo que recomendó la expulsión del país de todas las competiciones internacionales. Bach tiene relación personal con Vladimir Putin, presidente ruso, lo que puso en duda sus decisiones al respecto. A eso se añade ahora la guerra entre Ucrania y Rusia, que ha provocado la expulsión del equipo y de deportistas que porten los colores rusos.

"No debe castigarse a los atletas por las acciones de sus gobiernos si no las están apoyando activamente", explicó Bach en Oviedo. Ahora mismo la presencia de los deportistas rusos en los Juegos se mantiene en el aire, mientras sigue creciendo la presión sobre el COI para que tome una decisión. "Los gobiernos empezaron a decidir por sí mismos quién podía participar en qué competición y quién no", lamentó el alemán, recalcando que esto es la primera vez que ocurre. Fiel a los valores olímpicos, ya que uno de los objetivos que persigue el COI es que todo el mundo tenga la oportunidad de participar en unos Juegos, sea del país que sea, e "incluso cuando sus países están en guerra o tienen un conflicto", Bach reconoce que la situación actual supone un "dilema" para ellos. "Queremos que los atletas de todo el mundo se puedan juntar, más aún ahora. Los Juegos son competiciones pacíficas, con las mismas reglas para todos, pero la intervención de los gobiernos puede acabar con el espíritu olímpico", sentencia.

Una de las medidas que se estaban tomando hasta ahora con los deportistas rusos era la suspensión de su himno o de los colores del país a la hora de festejar sus triunfos. "Esas sanciones tienen que mantenerse, pero nosotros tenemos que seguir de cerca la situación y hacer todos los esfuerzos para proteger a los atletas", comentó, siempre con la diplomacia por delante.

"Todos son bienvenidos en los Juegos", continuó Bach. La pregunta gira alrededor de uno de los temas más polémicos que rodean al deporte: la transexualidad. Son varios los casos que están dando que hablar, y la situación puede llegar a afectar a las próximas Olimpiadas. El alemán delega la responsabilidad en las distintas federaciones internacionales, que cuentan con informes de expertos en derechos humanos y de científicos. "Siempre nos basaremos en resultados científicos", insistió el alemán, que destacó que hay deportes "donde hombres y mujeres comparten espacio sin problemas". "Las competiciones tienen que ser justas", finalizó, no sin antes volver a lanzarse con el español para despedirse de todos los presentes.

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