Apelaba Pepe Castro, presidente del Sevilla, en la previa al decisivo duelo de Champions contra el Copenhague, "que este equipo nunca se rinde". Lema construido a base de constantes clasificaciones europeas, pero alejado de un presente agitado donde la Europa League, torneo fetiche para los hispalenses, emergía como un recurso emocional con el que dar un giro de timón verdadero.

Esto requería vencer en la sesión de tarde. Los de Sampaoli lo lograron con un 3-0 que encierra sufrimiento.. Un sentimiento que el Sevilla no se quitó de encima hasta el segundo gol de Isco. Dmitrovic y dos palos mantuvieron en el camino al conjunto hispalense, incómodo ante un rival inferior. Pero ya se han asegurado ser terceros de grupo y, por tanto, jugar la segunda competición continental. El empate del Dortmund ante el City supuso su eliminación en Champions.

Sin colmillo

Planteó el Sevilla un arranque enérgico, confiando en Suso y Papu, habitantes en los extremos dentro de un esquema poblado de mediapuntas en el que por fin Sampaoli alineó a un delantero como referencia: Dolberg, un fichaje infructuoso que duró 45 minutos.

Desde que asumió el cargo, el técnico argentino ha insistido en el "proyecto", su plan para que el equipo hispalense deje de ser un conjunto débil en las áreas. Esto pasa por recuperar rápido tras pérdida y devolver el arraigo defensivo con hombres como Marcao. Dos tareas básicas con las que no cumplió en el primer acto.

A pesar de que el once inicial local invitaba a monopolizar el balón, el Copenhague no siguió del todo con el plan avanzado por Jacob Neestrup: "Esperaremos una hora hasta que tengamos una oportunidad". De hecho, fueron los daneses los primeros en mostrar el colmillo con un disparo de Haraldsson que puso a prueba los reflejos de Dmitrovic, sustituto de Bono.

Frente a esta primera muestra de intranquilidad, el Sevilla, cuyo bagaje ofensivo se limitaba a un par de tiros de Suso -solo contra el mundo-, intentó crear cerca del área del Copenhague. No encontró la luz. Al revés, con balón se mostraba inoperante y sin él se desnudaba pronto. Cerca de la media hora de juego, una incursión de Daramy puso un nudo en la garganta de un Pizjuán, como cada vez que cogía el balón. Las dos líneas del Copenhague parecían impenetrables. Sin embargo, un pase filtrado de Rakitic para Suso terminó en la ocasión sevillista más clara.

En -Nesyri acierta

El Copenhague volvió a golpear primero tras la reanudación. Eran necesarios más cambios. Entró Lamela, el hombre más en forma del equipo. El primer balón que tocó estuvo a punto de ser una asistencia de gol para Isco. Llegó el minuto 60, hasta el que el entrenador visitante quería estar vivo. Ahí apareció la aguja de En-Nesyri con una maniobra que evocó sus mejores momentos.

Se adelantó a los defensores para desviar de cabeza y hacer bueno un 'caramelo' del Papu Gómez. Pero 25 minutos después de salir, el delantero marroquí se retiró lesionado y la responsabilidad quedaba en las botas de Rafa Mir. El gol no le sentó tan bien al Sevilla como pensaba. Concedió opciones a balón a parado ante un rival que se rearmó con poder aéreo como el de Cornelius. Éste prolongó para Diks, que, dentro del área, enganchó un testarazo que impactó en el travesaño.

Sin embargo, los daneses, incapaces de marcar un solo gol durante la fase de grupos, pagaron su incompetencia ofensiva. Isco, al igual que En-Nesyri, recuperó la magia perdida con un tanto de vieja esencia. Se colocó en la esquina de la frontal del área y la puso al palo largo de Grabara con una dulce parábola. Sin presión, Montiel redondeó el marcador y lo convirtió en goleada. El Sevilla recuperaba al fin el pulso y se aferraba a Europa. Un triunfo desde el que crecer y creer.

Ficha: Sevilla 3-0 Copenhague

Sevilla: Dmitrovic, Montiel, Gudelj, Marcao, Telles, Jordan, Rakitic, Suso (Lamela, m.54), Papu Gómez (Acuña, m.77), Isco y Dolberg (En Nesyri, m.46) (Rafa Mir, m.69).

Copenhague: Grabara, Khocholava, Lerager, Lund (Lund, m.80), Jelert (Sorensen, min.80), Clem (Óskarrson, min.80), Jóhaneson (Bardghji, m.65), Kristiansen, Daramy, Claesson y Haraldsson (Cornelius, m.72).

Goles: 1-0: En Nesyri (m.61). 2-0: Isco (m.88). 3-0: Montiel (m.92).

Árbitro: Benoît Bastien. Amonestó a Claesson, Lamela, Montiel, Sorensen.

Estadio: Sánchez Pizjuán.