Catorce años después, Girona vuelve a la ACB. Por la puerta grande, habiendo superado en la final de la LEB Oro al gran favorito, el Estudiantes (60-66), y entrando en la máxima categoría del baloncesto masculino español con un proyecto que deslumbra, por el cómo y por quién lo lidera, un Marc Gasol que ha devuelto a la ciudad toda la estima que le había dado cuando en el escaparate de Fontajau despertó el interés de la NBA. Fontajau verá la próxima temporada a los más grandes, el Barça, el Madrid, la Penya... y da la sensación de que esto apenas el principio de lo que está por venir.

Jugó, por supuesto que jugó, Marc Gasol, que había tenido con el alma en el corazón a toda Girona desde que en la semifinal contra el Lleida se lesionara en la rodilla en el tercer cuarto y se marchara cojo a los vestuarios. Fue duda, pero la afición empezó a respirar tranquila cuando se supo que había ido a Fontajau a probarse a primera hora de la tarde y que las sensaciones eran buenas, y más que lo fueron cuando salió a calentar con normalidad con el resto de compañeros. Verlo en el cinco inicial ya fue la chispa definitiva para encender a la afición y empezar la final con todo el mundo convencido de que era posible. Era el día, la hora y el sitio. Y aunque no firmara su mejor actuación, su sola presencia ya era una pequeña victoria por la moral.

Energía y velocidad

Gasol fue titular, pero el primer nombre propio del partido fue el de Fjellerup, autor de 7 puntos prácticamente seguidos en el inicio del primer cuarto, aplicando la receta que más le gusta al equipo: energía en defensa, velocidad a la hora de mover el balón, y acierto en ataque (4-9). Pero, claro, en una final nada es fácil, y enseguida todo igualó. Incluso el Estudiantes se puso por delante con un triple de Faggiano (12-9), aunque el Girona acabó el primer parcial dominando con Fontajau animado como nunca.

Para abrir el segundo cuarto, un triple de Vila ha dado la máxima ventaja al Girona (14-22), respondido con un 6-0 del Estudiantes (20-22) que lejos de sembrar dudas, precedió un golpe de efecto del Girona. Al descanso se llegó con el cuadro catalán por delante (30-34) gracias a una canasta sobre la bocina de Dee, que con 7 puntos era el máximo anotador de los madrileños.

El miedo a fallar

Tal y como había arrancado el partido, con el Girona en racha, lo hizo el tercer cuarto. Marc Gasol y Fjellerup volvieron a ser los protagonistas y mientras Fontajau saltaba, el equipo volvía a dominar de 8 (32-40) pese a no detener los problemas en el rebote. Un triple de Urtasun puso el +13 (39-52), respondido por Beirán (42-52) en unos minutos eléctricos. Los argumentos para creer en ellos eran cada vez más firmes (47-58 para cerrar el parcial).

El Girona no encontraba la forma de anotar en el último cuarto y aparecieron los nervios, el miedo a fallar. Volvió Gasol a pista. Quedaban poco más de seis minutos, y el primer balón que anotó, fue dentro (52-60). Faggiano, a 3 minutos para el final, situó el 58-60 y el colapso del Girona ya era total.

Fjellerup apareció para dar aire a los suyos y, a un minuto y medio del final, Gasol hizo el 58-64-. Entonces sí que Fontajau se derrumbó de alegría. Girona tenía la ACB a la vuelta de la esquina. Franch lo selló a ocho segundo del final para delirio de la afición.