La España de Luis Enrique ha devenido en un equipo tedioso en ataque y estrepitoso en defensa. Un grupo de jugadores acomodados, de buen pie y con una actitud francamente mejorable. Este agónico empate ante Chequia, más por la forma que por el fondo, deja en ridículo a una defensa que encajó dos goles y casi un tercero con tres simples pases largos de 40 metros. Arriba no encaran, no acaban las jugadas ni se busca el uno contra uno. Y la anunciada capacidad asociativa ha derivado en coartada para escurrir el bulto y no arriesgar nunca buscando desequilibrar.

No hace mucho Luis Enrique, con ese tono desafiante que saca de vez en cuando para atraer los focos, dejó el siguiente titular cuando se cuestionaba la titularidad de Morata: "Jugarán Morata y diez más". Algo que le duró dos partidos, porque el madrileño acabó en el banquillo. Hoy se podría parafrasear al seleccionador para definir a esta España es "Gavi y diez más". El azulgrana es el jugador más comprometido y el mejor en estos dos últimos partidos. No solo trabaja en defensa y pide la pelota en ataque. Además ahora suma a sus prestaciones los goles cuando las cosas se complican, llegando desde atrás. Es el único jugador que ilusiona, el único que transmite algo de ambición.

Cuesta arriba desde el inicio

Esta España de autor de Luis Enrique tiene un problema grave: su mediocridad en las áreas. En ambas. A eso suma en esta fase terminal de la temporada una molesta costumbre: el desahogo de sus jugadores ante rivales teóricamente inferiores. En Praga a los tres minutos un jugador checo se plantó con el balón a diez metros de la línea de defensa, que había salido a 30 metros del área. Controló, levantó la cabeza y con tranquilidad filtró un pase ante la parsimonia del mediocampo español. Dejó solos a dos compañeros, a los que habilitaba Carvajal. La jugada terminó en gol por el error grosero de los de Luis Enrique, quien presume del hambre en la presión de sus jugadores. Pero últimamente parecen empachados.  

No sorprendió que Chequia se atrincherase atrás para salir rápido. El gol de Psek ponía cuesta arriba el partido y el grupo de esta Nations League que no fascina a jugadores ni aficionados. Luego desplegó un sudoku defensivo difícil de descifrar con la indolencia de los elegidos por el seleccionador. Hablaba Luis Enrique de "futbolistas inteligente, de calidad y con el balón en los pies". No mentía. Pero este equipo ni ilusiona ni emociona. Es conformista y hasta previsible con ese fútbol horizontal y aletargado que no rentabiliza la posesión. Una selección sin agresividad ni en ataque ni en defensa. El empate llegó gracias a una frivolidad del técnico checo, Silhavy, que jugó cinco minutos con un jugador menos en el final de la primera parte por no gastar una ventana de cambio. En esa inferioridad Rodri filtró un balón a Gavi en el área y el azulgrana, el más aplicado otra vez, marcaba con la izquierda enroscando un disparo a la cepa del palo. Empate por desgaste. 

Defensa de papel

En la segunda parte un simple pase desde 50 metros retrató de nuevo a la defensa dejando solo a Kuchta ante Unai, pero el delantero checo falló una ocasión clamorosa. Koke y Rodri se estorbaban, los extremos se perdían por dentro y la presencia de Raúl de Tomás fue testimonial. Con el paso de los minutos Luis Enrique matizó su propuesta con Ferran, Morata, Asensio y Busquets. Y el madridista arrancó con un zapatazo al palo. El partido se abría algo, para bien o para mal. Y fue para mal. Otro pase franco de defender retrató a Eric García y a una defensa sin nivel para competir por ningún título. Esta vez Kuchta no perdonó. España empujó en los minutos finales y el empate llegó en el minuto 89 con un cabezazo de Íñigo Martínez en un córner. El ridículo se quedaba en bochorno. España se coloca en penúltima de grupo con dos puntos, por cuarto de Portugal y cuatro de Chequia. Ahora toca ir a Ginebra y recibir a los checos en Málaga. Sigue el suplicio.

Luis Enrique: "Tenemos que mejorar, yo el primero"

Luis Enrique: "Tenemos que mejorar, yo el primero" Agencia ATLAS / Foto: EFE

Ficha técnica

República Checa: Vaclik (6); Zima (5), Brabec (5), Mateju (6), Coufal (6), Sadilek (5); Soucek (5), Zeleny (5), Pesek (6), Kuchta (6); Lingr (5). Técnico: Silhavy (6). Cambios: Jankto (5) por Zeleny (min.23), Jankto (5) por Havel (min.46), Hlocek (6) por Psek (min.59), Cerny (5) por Lingr (min.58).

España: Unai Simón (4); Carvajal (3), Eric García (3), Iñigo Martínez (3), Marcos Alonso (3); Gavi (8), Rodri (5), Koke (4); Sarabia (4), RDT (4), Dani Olmo (4). Técnico: Luis Enrique (4). Cambios: Ferran (5) por Sarabia (min.46), Morata (5) por RdT (min.60), Busquets (5) por Rodri (min.60), Asensio (7) por Dani Olmo (min.60), Marcos Llorente (sc) por Koke (min.70).

Goles: 1-0, Psek (min.3), 1-1, Gavi (min.45), 2-1, Kuchta (min.66), 2-2, Íñigo Martínez (min.89).

Árbitro: Francois Letexier (5), de Francia. Amarilla a Rodri (min.58).

Estadio: Sinobo Stadium de Praga. 18.000 espectadores.