Carlos Alcaraz siempre ha evitado las comparaciones con su ídolo de niño Rafael Nadal. No quería una presión extra. Pero a medida que iguala récords del exnúmero 1, no ha podido escapar de esas semejanzas que, en su estreno en el Open de Australia, aún quedaron más patentes cuando apareció en la pista con una camiseta sin mangas mostrando unos musculados brazos como hacía Nadal cuando ganó su primer Roland Garros en 2005.

Los trabajados bíceps de Alcaraz poco tienen que envidiar a los que mostraba aquel joven y entonces melenudo Nadal, de 19 años, ahora campeón de 20 Grand Slams. 

"Era algo en lo que mi equipo y yo hemos puesto mucha atención en pretemporada. Queríamos hacer un cambio muy bestia para afrontar partidos largos, sabiendo que podía aguantar físicamente", explicaba el joven tenista murciano, de 18 años, tras ganar al chileno Alejandro Tabilo (6-2, 6-2, 6-3).

Potenciar la musculatura

Alcaraz, que disputó su último partido el pasado noviembre, cuando ganó el Masters de la Next Gen en Milán, se ha sometido a una dura pretemporada para potenciar su musculatura, pero sin perder la agilidad y explosividad que tiene el tenista.

“Carlos aún está en época de crecimiento a nivel físico y el momento era ideal para trabajar ese aspecto”, explica su entrenador Juan Carlos Ferrero, consciente del esfuerzo que su pupilo deberá hacer esta temporada en la que tienen como objetivo llegar al top 15. Alcaraz ha empezado la temporada en el puesto 31 mundial.

Nadal, en acción en su debut en Melbourne. EP

El físico de Nadal

Mientras el entorno de Alcaraz se preocupa por poner a punto el cuerpo del tenista murciano para permitirle luchar por sus retos, Nadal vive un proceso muy parecido para mantener un físico que el tiempo y las lesiones han ido machacando.

En su debut de este lunes, donde se deshizo sin problemas del estadounidense Marcos Giron (6-1, 6-4, 6-2), el exnúmero 1 destacaba estar en Melbourne para jugar cuando, hace seis meses, tuvo que retirarse del circuito para recuperarse de esa lesión crónica en el pie izquierdo que arrastra desde sus épocas de juventud. 

"Hubiera firmado con los ojos cerrados hace tres semanas simplemente estar aquí, cuando estaba destrozado y tirado en la cama. Pero también hace mes y medio, cuando no sabía si volvería a jugar a tenis a un nivel medio-alto", desvelaba tras su victoria.

"El dolor en el pie no me ha dejado entrenar con normalidad durante mucho tiempo y esta recuperación va a ser difícil porque soy más mayor", señalaba Nadal que, a sus 35 años, es consciente que el tiempo va en su contra, todo lo contrario de Alcaraz. 

Badosa celebra un punto. EP

Victoria de Badosa

La preocupación por su estado físico también la tuvo en su estreno Paula Badosa que, después de ganar a la australiana Aljna Tomjanovic (6-4, 6-0), desvelaba que el día anterior “estaba en la cama sin poder moverme”. La tenista catalana tuvo apenas 48 horas para viajar desde Sydney, donde ganó el título en una maratoniano final ante la checa Barbora Krejcikova (6-3, 4-6, 7-6).

La tenista apareció en la pista con una cintas protectoras en su brazo derecho y fue tratada en el vestuario, por problemas en su muslo derecho, antes de acabar el primer set. La recuperación física será "fundamental" para afrontar un torneo en el que tiene aspiraciones máximas. 

Junto a NadalBadosa y Alcaraz, tres de los puntales del tenis español en Melbourne, también pasaron a segunda ronda Pablo CarreñoPedro Martínez y Sara Sorribes, mientras se despedían Carlos TabernerCristina Bucsa y Feliciano López que, con 40 años, sumó su 79 presencia consecutiva en un Grand Slam, a solo una del récord de 80 que tiene Roger Federer.