No hubo comunicado alguno. Compareció Ronald Koeman, tranquilo, relajado, diplomático, sin la franqueza y contundencia que acostumbra. Apareció el técnico para hablar del retorno de Ansu Fati, a quien quiere darle 15 minutos si todo va bien este domingo ante el Levante, y para analizar su relación con el presidente Joan Laporta, justo ahora que corre serio peligro su futuro.

"No puedo decir mucho de este tema. Hace tiempo que no estoy metido en leer la prensa", ha dicho Koeman, reconociendo, eso sí, estar al corriente de los candidatos que maneja el club (Xavi Hernández y Robert Martínez) para sustituirle. "Sé los nombres y rumores que hay, pero lo único que tenemos que hacer es ganar partidos", ha dicho el técnico.

"Debo poner energía en cosas que yo puedo controlar y no perder energía en cosas que no puedo controlar", ha sentenciado después Koeman, consciente de que su futuro depende, única y exclusivamente, de Laporta. Hasta en su tono refiriéndose al presidente ha sido mucho más bajo que en otras ocasiones. "El presidente es el hombre más importante del club. Puede hablar y puede opinar, no tengo ningún problema", ha confesado.

El entrenador charló con Laporta en el viaje de vuelta de Cádiz, abordando, sobre todo, la polémica arbitral y poniendo el foco también en que el equipo no levanta el vuelo con una derrota (Bayern) y dos empates (Granada y Cádiz). "Yo tengo que estar metido en el trabajo y ganar partidos. Lo demás no me interesa", ha insistido Koeman.

"Desde el día del comunicado no ha pasado nada. Estuvimos hablando en el avión del partido de Cádiz y nada más", ha revelado Koeman para intentar proyectar una imagen de calma en el club, pese a la tormenta que se está viviendo.

Charla con los capitanes

En ese sentido, ha hecho autocrítica por su expulsión en el Nuevo Mirandilla, que le impedirá sentarse este domingo en el banquillo del Camp Nou cumpliendo el primero de los dos partidos de sanción. "Tengo suficientes argumentos para quejarme por este tema, pero hay que aceptarlo y pensar, sobre todo, en que no se repita", ha dicho el entrenador.

"Debo estar más tranquilo, tengo que aprender de esto. Debo pensar en el equipo. Pero soy humano y hay momentos en que los que es complicado aceptar esto", ha afirmado sobre su expulsión tras indicar que no hay división entre la ambición que pregona la plantilla, como se escuchó en los discursos de Piqué y Sergi Roberto tras el 0-0 del Cádiz, y el realismo que él pregona.

"Cada jugador y cada entrenador quiere ganar partidos y quiere ganar títulos. No hay diferencia de opiniones. He hablado con ellos. Y en el mensaje general ellos están de acuerdo", ha subrayado Koeman. "No hay diferencia de opiniones entre lo que dicen ellos y yo", ha precisado antes de incidir en la falta de efectividad que muestra el Barça. Solo ocho goles en los seis partidos que ha jugado, lo que retrata la pobreza del ataque azulgrana.

"En el último partido Memphis se siente muy responsable de no marcar para haber ganado. Pero yo le he dicho que no debe estar obsesionado. Aunque hay que buscar esa efectividad. Nos cuesta, nos cuesta, nos cuesta crear y hacer daño a esos equipos, dependes de jugadores que tienen uno contra uno, velocidad...", ha comentado Koeman. Jugadores que ahora mismo no tiene.

"Sabemos que en los últimos tiempos hemos perdido jugadores que tenían esa efectividad, no hay que olvidarse", ha recordado el técnico, aunque evitó pronunciar nombres. No citó el de Messi. Tampoco el de Griezmann. Ni siquiera el de Suárez. Pero si dejó una frase contundente: "Como entrenador he aceptado salidas de jugadores por el bien económico del club".

Y el equipo, claro, lo está pagando ahora, por mucho que aparezcan jóvenes como Gavi (debutó como titular en Cádiz con 17 años y 49 días) que no solo son el futuro del club sino también el presente. "Ha demostrado en muy poco tiempo que tiene sitio en este equipo".

Consciente de que el tiempo corre en su contra si no gana al Levante y Benfica antes de presentarse el próximo sábado 2 de octubre en el Metropolitano ante el Atlético, Koeman eligió la vía pacificadora. Apareció, respondió el técnico a 10 preguntas durante 14 minutos en la sala de prensa de la ciudad deportiva de Sant Joan Despí, y se volvió a preparar otro examen casi definitivo, con "solo 17 jugadores de campo".

Aunque recordó, por si a alguien se le había olvidado, que el Barça está "muy limitado en ataque" porque regresa Ansu, eso es cierto, aunque sea solo para jugar 45 minutos. Pero en la enfermería continúan aún Dembélé, Kun Agüero y Braithwaite. "Nos sobran centrales, pero en otras posiciones no tenemos casi nadie. En la parte de ataque, arriba, estamos muy limitados".