Jordi Marí es mucho más que un buen jugador de balonmano. Es un estudiante aplicado con aspiraciones de cursar ingeniería en Madrid o Barcelona, donde espera encontrar un buen acomodo deportivo cuando acabe el Bachillerato, pero además es un joven responsable y comprometido con su club.
Alberto Vicente, coordinador del HC Ibiza, asegura que es «un ejemplo a seguir porque siempre está disponible y nunca pone un pero». «Para nosotros es un ejemplo para los pequeños porque es monitor del club, a los pequeñitos les hace ilusión tener un entrenador que juegue y que además vaya a la selección», añade el responsable de la cantera naranja, donde tienen puestas muchas esperanzas en su nueva promesa.
«El techo se lo pondrá él, si sigue trabajando con la humildad, intensidad y ganas con que lo hace, se pondrá él el techo. Nosotros esperamos que nunca pierda la ilusión que tiene por seguir aprendiendo y creciendo como jugador y deportista», puntualiza Vicente, quien asegura que el futuro de Jordi Marí no sólo depende de su óptima voluntad: «Si llegará lejos o no también depende de la suerte, si le respetan las lesiones, y luego el hándicap de la insularidad, que se tienen que ir fuera a estudiar».
Por último, el coordinador del club ibicenco confía mucho en las posibilidades de Jordi Marí en la concentración nacional que afronta desde el jueves en el CAR de Granada.
Vicente espera que su pupilo en el equipo juvenil «siga con las mismas ganas y la misma ilusión» y confiesa que Jordi «tiene los nervios del primer día», por lo que confían en que «aproveche la oportunidad» ya que en la competición balear «no hay garantías de poder seguir jugando» por las restricciones anticovid del Govern. «Que aproveche en la selección y deje su nombre y el del club lo más alto posible», concluye el coordinador del HC Ibiza, orgulloso de que sigan saliendo talentos del club.
