Sus nombres revelan el origen multicultural de este grupo de gimnastas ibicencas que aspira a alcanzar la élite de la mano de Amaya Cardeñoso en el Club Gimnasia Rítmica San Antonio. Leire García, Leonor Urruty, Avril y Aisha del Alcázar, Elena Parvu, Indira Pérez, Susana Ponce y Maria Bocanet, que ha regresado a su Rumanía natal para formar parte de su equipo nacional, forman el selecto grupo de competición que está poniendo a Ibiza en el foco nacional de esta disciplina. Elena, con 15 años, es la mayor de una camada de alumnas de entre 9 y 11 años que está acumulando medallas y diplomas nacionales a base de esfuerzo, compromiso y unas cualidades innatas para deslumbrar sobre el tapiz.

La vallisoletana Amaya Cardeñoso (44 años) está convencida de que sus alumnas están capacitadas para seguir sus pasos como gimnasta del equipo nacional, con el que participó en Europeos y Mundiales a principios de los 90. Cardeñoso retomó la gimnasia rítmica en Ibiza tras un parón en su carrera, después de una fructífera etapa como entrenadora en clubes alicantinos. El Tanit fue su primer club en la isla y, después de vivir una mala experiencia en el CGR Portmany, decidió fundar el CGR San Antonio junto a un grupo de padres hace apenas un lustro. En este tiempo, ha conseguido comprometer a un ramillete de jóvenes promesas tocadas por la varita para que lleguen a despuntar en este deporte olímpico.

«Las entreno para que alguna acabe en el equipo nacional de gimnasia rítmica. Me haría mucha ilusión que fueran internacionales y que compitieran en Europeos y Mundiales. Tienen muchas ganas, mucho potencial y muchas condiciones», asegura la entrenadora pucelana, quien apunta que sus alumnas «van por buen camino, son responsables y tienen cabeza», a pesar de reconocer que todavía son «muy pequeñas» como para predecir su futuro.

Como exgimnasta de élite, Amaya Cardeñoso imprime un alto ritmo de trabajo a sus chicas, con seis entrenamientos semanales de unas cuatro horas diarias. «Los padres las dejan disfrutar, se quejan de las horas€ pero se van acostumbrando porque las niñas lo piden», precisa la preparadora del club San Antonio, quien agradece la predisposición de las instituciones para cederles el gimnasio del instituto Sa Serra, el escenario en el que se tallan estos pequeños diamantes pitiusos.

Las pequeñas pizpiretas, que forman parte del programa de tecnificación y seguimiento de gimnasia, creen ciegamente en sus posibilidades y en la planificación de su entrenadora. De hecho, tras la reciente conquista de varios podios nacionales, las familias organizaron un pequeño homenaje a Amaya Cardeñoso que tuvo que aplazarse a consecuencia de la pandemia del covid.

Leonor Urruty-Etchepare tiene 11 años y una Copa de España base benjamín, conquistada en 2018, como principal estandarte. Sin borrar la sonrisa de sus palabras, asegura que empezó a practicar gimnasia rítmica «a los cinco años» ayudando a su hermana a «abrir las piernas». «Los aparatos es lo que menos me gusta, se me da mejor manos libres. Mi mayor éxito fue quedar campeona de España», confirma Leo, que no pudo subir al podio en el Nacional absoluto de 2019 por su condición, entonces, de extracomunitaria.

Leire García, una de las infantes del grupo, con 9 años de edad, es sin embargo una de las más condecoradas tras dominar las categorías prebenjamín y benjamín con dos oros nacionales, el último hace apenas un mes en Valencia. «Soy buena en todo, en manos libres y en pelota. Me gustaría ir a un Campeonato del mundo y a una Olimpiada», sostiene con desparpajo Leire, a medio camino entre la inocencia propia de su edad y el convencimiento de sus enormes posibilidades.

Ambas han sido elegidas mejores gimnastas de Ibiza en las últimas ediciones de los Premios del Deporte del Consell Insular. Y, como sus compañeras, también ha recibido la beca Divina Pastora Seguros de la Federación española, dotada con 500 euros, Avril del Alcázar, después de proclamarse campeona de España de base tras un espectacular ejercicio de aro. «Si se lo toma en serio, puede llegar al equipo nacional», advierte rotunda su entrenadora.

La pequeña Avril, que se inició en la rítmica «con tres años» y que ahora tiene 10, agradece a Amaya «su ayuda en todo» y confiesa que su principal deseo este año es «conseguir otra vez el Campeonato de España», donde asegura que se lo pasó «muy bien» en su reciente debut.

Su hermana Aisha quedó séptima y logró diploma en categoría infantil base. La benjamín Indira Pérez fue sexta y Susana Ponce, décima. Todas las integrantes del equipo de competición del San Antonio dan la talla en las citas nacionales, incluida la gimnasta júnior Elena Parvu. Siendo cadete, la deportista de origen rumano se colgó la medalla de plata en la Copa de España base (Pamplona, 2019). Ahora, con 15 años, reconoce que compaginar tantas horas de entrenamientos con los estudios «se complica»; y aunque incide en que «es difícil», puntualiza que lo lleva «bien» y que en este 2021 pretende «mejorar y volver al podio nacional». «Tengo muchas ganas de competir», concluye la más veterana del flamante grupo de élite dirigido por Amaya Cardeñoso.

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