La afición ibicenca está viviendo en los últimos años un sueño del que no desea despertar, con la eclosión de equipos como la UD Ibiza o la Peña Deportiva.

En concreto, el club que preside Amadeo Salvo ha permitido que en apenas un año la isla haya disfrutado de dos eliminatorias de Copa del Rey inolvidables frente a equipos de Primera División. La visita del Barça el pasado ejercicio (1-2) supuso un antes y un después para el balompié insular, y la eliminación del Celta, ayer en Can Misses, pasará a los anales de nuestro deporte como ya lo hiciera la SD Formentera en 2016 (midiéndose al Sevilla) y 2017, cuando eliminó al Athletic Club en San Mamés.

A pesar de las restricciones por el coronavirus, el conjunto celeste estuvo anoche arropado por cerca de 1.500 seguidores, que combatieron el intenso frío con cánticos y palmas durante los 90 minutos. Las dos peñas de animación de la UD Ibiza mantuvieron la intensidad en el resto de aficionados y en el equipo de Juan Carlos Carcedo, que en menos de media hora aniquiló sin miramientos a su honorable visitante. La media docena de seguidores del Celta, ubicados en el fondo oriental, vieron pronto frustradas sus ilusiones ante un Ibiza sublime y de categoría.

«¡Es de Primera, Ibiza es de Primera!» fue uno de los lemas más repetidos por la afición tras el 4-0, obra de Manu Molina de penalti. Y no es para menos. Aunque el fútbol es uno de los deportes más complejos e impredecibles, no parece exagerado afirmar que más pronto que tarde tendremos fútbol de la Liga Profesional en la isla.

La cuota de equipazos que están aterrizando últimamente en Ibiza no terminó ayer, ni mucho menos. La Peña tratará mañana de liquidar al Sabadell de Segunda para estar el viernes en el sorteo de dieciseisavos de final, donde ya comparecerán los participantes en la Supercopa de España: Real Madrid, FC Barcelona, Real Sociedad y Athletic Club. Sigamos soñando en grande.