Irina Viñals Marí (Eivissa, 16 de julio de 1991) tiene una pasión: jugar al fútbol. En la Liga Autonómica Femenina de Balears brilló con el Atlético Jesús y en la Liga Aideb lo hizo como jugadora del Gasifred Atlético de fútbol sala. Desde este verano es futbolista del equipo femenino de La Solana, que milita en la Segunda División española. El domingo marcó el primer gol del equipo esta temporada, aunque con él no pudo evitar la derrota del bloque manchego. A pesar de perder, marcar «fue algo increíble» para ella.

¿Cómo vivió el debut en la Liga RETO Iberdrola? ¿Dulce por el estreno y amargo por la derrota de su equipo?

Sabíamos que el Granada era un equipo muy difícil, de los favoritos. Intentamos sacar al menos un empate o dejar buenas sensaciones. Veníamos arrastrando los partidos de pretemporada, en los que estuvimos un poco fallonas y había que pulir un poquito ese aspecto. Nos pusimos 0-1 y luego nos centramos mucho en lo defensivo, para mejorar lo que llevábamos atrasado de la pretemporada. A pesar de la derrota (3-1), cumplimos más o menos nuestros objetivos.

Marcó usted el tanto de su equipo. No se le ha olvidado meter goles y sigue con el olfato fino.

En la pretemporada tuvimos seis partidos y no encontraba mi primer gol. Parecía que me costaba mucho y al final, no sé si el destino, tenía reservado que marcara en el primer partido de Liga. Me puse muy contenta cuando entró ese gol. Fue algo increíble, la verdad.

¿Ha notado el cambio de jugar en la Liga Autonómica a hacerlo en la Segunda División española?

En la intensidad ha sido pasar de poco a mucho. De hecho, al principio me costó un poco adaptarme por el hecho de que, allí en Eivissa, en la Liga regional, tienes más espacios y puedes pensar un poco más cuando tienes la pelota. Aquí, enseguida que coges el balón tienes tres encima. O sabes lo que tienes que hacer antes de tocar la pelota o te la roban.

Ha sido un cambio drástico, radical, ¿no?

Sí, sí. Ya te digo. Tuve que cambiar ese rol de pensar antes de tocar la pelota. Y todavía me estoy adaptando un poco. De Autonómica a Segunda el cambio de intensidad en el juego es brutal.

Quedará usted en la historia de La Solana para siempre, tras haber marcado el primer gol del club en la temporada de su debut. ¿Qué le parece?

Histórico será este año para el equipo. Pero marcar el primer gol del equipo para mí ha sido súper especial y un orgullo. Porque es a lo que vengo, a ayudar al equipo a todo lo que necesite. Fue una pena la derrota pero por lo menos nos fuimos con buen sabor de boca.

El próximo partido es contra el Córdoba, su debut en casa. ¿Cómo lo ve?

Ya nos enfrentamos en la pretemporada y sabemos un poco cómo juegan ellas y al revés. Como nuestro campo es de césped natural, y no están muy acostumbradas porque siempre suelen jugar en superficie artificial, creo que ese factor cancha lo podemos aprovechar y dar la sopresa. A ver si nos llevamos los tres puntos.

¿Ha notado la diferencia por tener que jugar en césped natural cuando en Balears lo hacía en artificial?

Madre mía, no te lo imaginas.

¿En qué sentido?

Nuestro campo es de césped natural pero, además, es muy irregular. Entonces, pasas pelota y te viene botando. Quieres conducir y lo mismo. Se te van los controles. Y aparte también se nota mucho el tema piernas. Se te clava mucho el taco y las notas muy pesadas a la hora de correr. El cambio se nota bastante.

¿Van a tener público en el partido del fin de semana?

Sí, en casa sí que dejamos entrar a gente.

¿Cómo es su vida en La Solana? ¿Cómo se está adaptando?

Se me hizo bastante fácil adaptarme en el tema de vida cotidiana. Porque la gente es muy abierta. Todo lo que necesitaba me lo daban. Estoy en el piso con dos chicas que juegan conmigo. Aparte también estoy acabando el Bachillerato, que lo dejé a medias por trabajar. Las mañanas las tengo ocupadas, que es una de las cosas que siempre me aconsejaron si salía fuera. Que tuviera horas ocupadas para tener un poco la mente distraída. Entonces, por la mañana estudio y por la tarde, más o menos a las ocho y media, entrenamos. Estoy viviendo un sueño total.

Ha dado un paso más...

Al final un deportista siempre se quiere superar. Yo he visto la oportunidad. Siempre he querido más y más. Mis padres siempre me han dado las facilidades y realmente estoy haciendo lo que me gusta. Y encima en una categoría en la que estás a un paso de Primera Divisón, que puede marcar tu vida.

¿Su objetivo es llegar a lo más alto?

Claro. Al final mi objetivo es estar en Primera, pero bueno. No lo tengo muy presente tampoco porque me quiero centrar en hacerlo bien este año y si tiene que salir, saldrá. Y si no, nada. Pero por ganas no será.

¿Cómo están llevando todo el asunto del coronavirus?

Nos hemos tenido que hacer los test. Y a la hora de entrenar tenemos muchas restricciones. Cada una su botella de agua, en los vestuarios estamos seis personas, tenemos que entrar y salir con mascarilla, nos toman la temperatura, no podemos compartir petos... Para viajar hay que tener en cuenta el toque de queda. Por ejemplo, cuando fuimos a Granada a las diez ya teníamos que estar en el hotel. Es complicado. A ver si se puede acabar la Liga.

¿Cómo se está viviendo en La Solana que su equipo femenino esté jugando en Segunda?

Todo el mundo nos está apoyando muchísimo. En las tiendas ves el calendario, donde salen las fotos del 'play-off', tanbén dónde puedes hacerte socio... Si la gente te ve con la equipación te mira, comenta, te animan. Es un pueblo muy pequeño que con esto se ha hecho conocido.