Pablo Alfaro, técnico de la UD Ibiza, era un hombre sumamente feliz tras la victoria cosechada por su equipo en un derbi que tenía marcado en rojo en su calendario particular. El preparador aragonés reconoció irse «satisfecho» del Estadi Balear tras un encuentro parejo y de gran intensidad.

Alfaro aseguró que el derbi autonómico se decidió por «dos jugadas desafortunadas» y que no es muy normal que a un portero de la calidad de Manu Herrera «se le escape la pelota como se le ha escapado». «Han sido tres puntos importantísimos para nosotros, pero sobre todo nos alegramos mucho por la afición que ha venido hasta aquí. Es un día bonito. Le deseo lo mejor al Atlético Baleares porque sé que van a estar peleando hasta el final, pero si somos capaces de llegar en buen tono al último tramo del campeonato, creo que podemos seguir soñando», sintetizó el preparador de los ibicencos en la rueda de prensa posterior al encuentro.

Cuestionado por el encontronazo que tuvo con Íñigo Arriola, segundo de Manix Mandiola, al filo del descanso, Alfaro restó importancia a lo sucedido: «No he discutido con Íñigo, le estaba haciendo una pregunta y al final no ha sido nada en absoluto. Es un partido que tiene que ser caliente, donde tiene que haber tensión, pero ya está».

El entrenador de los ibicencos se cobró su particular revancha ante el líder y, tras felicitar a todos sus futbolistas por el gran esfuerzo realizado en el Estadi Balear, aseguró que a partir de mañana se centrarán ya en el próximo partido ante el Oviedo B.