Víctor Juan Roig (Ibiza, 1947) es una persona tranquila y sabia. Fue él quien puso la primera piedra para que en las Pitiusas se empezara a practicar el tiro con arco, un deporte que se inició en nuestras islas a principios de la década de los 70 y que puede presumir de ser uno de los que más éxitos han aportado. Su metodología de trabajo constante, pensando siempre en crear y formar cantera, es una fuente inagotable de talentos que llegaron a dar un equipo femenino campeón de Europa y un olímpico como Daniel Morillo. Todo gracias al trabajo de muchas personas a las que alumbró un Víctor Juan que ha sido arquero, entrenador, dirigente federativo, presidente y fundador del Club s'Arc y un sinfín de cosas más. Tal es su legado que la galería que hay en Vila lleva su nombre. Instalación que este año celebra su décimo aniversario con un acto en el que se quiere hacer un repaso a la vida del tiro con arco ibicenco.

¿Qué supone el tiro con arco para usted?

El tiro con arco es diversión. Lo más esencial del deporte es divertirse, es lo primero que busca un niño. A partir de aquí, todo es una pirámide muy grande, que llega a una cúspide en la que existen un abanico de posibilidades y conocimientos. Por ejemplo, de la respiración, del equilibrio y sobre todo de cultura.

¿Cómo fueron los inicios del tiro con arco cuando usted empezó en la década de los setenta?

Hacíamos arcos de sabina y con los cables de acero de las bicicletas. No hacíamos competiciones, sino más bien gamberradas. En aquellos tiempos cayó en mis manos una revista en la que aparecía María Teresa Romero, que participó en las Olimpiadas de Múnich de 1972, en las que quedó novena, cuando me parece que tenía 42 años.

¿Ahí descubrió el tiro con arco entonces?

Bueno, al ver esta revista, me dije: 'Si yo soy un chavalín'. Porque tenía 24 años. En el viaje de novios que hice a Barcelona compré un arco. Después me gustó y luego ya compré algún arco a medida y bueno.

¿Cómo empezó entonces?

Como puedes imaginar, empecé solo. Estaba la explanada del Isla Blanca. Compré una diana también y comencé a tirar. En el reglamento ponía que se tiraban 36 flechas y eso hice. [La primera vez] metí dos en la diana. Pensé que debía haber un motivo para hacerlo mejor y me puse en contacto con la Federación Catalana y cayó un libro en mis manos. Después también coincidió que Elena Tormo de Sales, que era una campeona catalana, al hacer difusión a través del Diario de Ibiza, contactó conmigo y me enseñó. A partir de aquí, con la apertura del tiro con arco a través del diario, se interesaron personas y amigos. Empezamos a tirar en el paseo marítimo, donde ahora está este edificio singular con flores tan bonitas y tan coloreadas, y allí nos reuníamos todos para practicar. Empezamos a funcionar muy bien y en el primer Campeonato de Balears que hicimos tuvimos una gran labor. Después de estos años, los mallorquines no han podido con nosotros en estos cuarenta y pico de años.

¿Cómo ve ahora mismo el tiro con arco ibicenco?

En el ámbito estatal estamos a primer nivel. Abrimos la lata de los Juegos Olímpicos y pensaba que habría muchas más participaciones. Dani [Morillo, que estuvo en los Juegos de Pekín 2008] pensó que ya tenía bastante o no se vio lo suficientemente estimulado y decidió dejarlo. Pero creo que, con el nivel que hay y los técnicos que tenemos, esta lata se va a abrir pronto otra vez.

¿Cree entonces que el tiro con arco ibicenco tendrá pronto otro olímpico, después de que ya lo fuera Dani Morillo en Pekín 2008?

Sí, indudable. El nivel está muy alto. Estamos ganando Campeonatos de España y ya he perdido el número de podios que hemos hecho. El hándicap que tenemos son los estudios, el amor... Hacen que se nos queden muchas personas en el camino, como fue el caso de mi hijo, por ejemplo. Volveremos a ver un arquero ibicenco [en los Juegos Olímpicos] y no creo que tardemos mucho. Cuando suceda, creo que será para tener más continuidad.

¿Cómo ha cambiado el tiro con arco desde que usted empezó y lo impulsó en la isla?

Has de pensar que ha sido toda una escalinata. Se prendió el fuego y esta hoguera no ha parado. Se ha ido poco a poco porque ya sabes que las cosas de palacio van despacio. Me acuerdo que en 1983 yo ya apretaba fuerte. Hice venir al presidente de la Federación Española, [Miguel] Soto, para que vieran las autoridades que íbamos en serio. Desde ahí estuvimos luchado para que pudiéramos hacer una galería. Hacíamos tiro de sala, pero era en el castillo de Ibiza. Incluso hicimos un Campeonato de Balears en la piscina municipal. Quizás hemos sido el deporte más nómada que ha tenido Ibiza. Empezamos en Isla Blanca, como he dicho, después en el paseo marítimo, después en es Daus, en el pabellón de Blanca Dona, cuando sólo estaban los camiones de los basureros. O sea, un periplo grande, hasta que se hizo el campo de fútbol [Can Misses-2], había este 'retal' [el terreno anexo] y nos lo proporcionaron. Empezamos a tirar aquí y vimos la posibilidad de que cabía un pabellón. Todos los éxitos que se consiguieron hicieron que hacer el pabellón tuviera su significado [la galería de Can Misses, que lleva el nombre del entrevistado].

Habla de instalaciones, que son la galería en la que nos encontramos pero también está la de es Cubells. ¿Disponer de ellas ha contribuido a la consolidación del tiro con arco pitiuso?

Indudablemente. La de es Cubells se hizo antes de esta. Allí, en 1973 [cuando aún no había pabellón de tiro] yo hacía cursillos porque me lo pedía el padre Tunis, que hacía sus campamentos. Durante cuatro o cinco años seguidos colaboré con ellos haciendo el cursillo de tiro con arco.

¿Qué le parece que la galería en la que estamos haciendo esta entrevista lleve su nombre?

Fue una generosidad de los políticos. Yo era una mosca cojonera. Iba siempre al Ayuntamiento [de Ibiza] a pedir cosas, material, dinero... Carlos Morillo estuvo en el año 91 muy cerca de clasificarse para las Olimpiadas. Tenía 17 años y estaba el séptimo del ranking. Todo el material me lo proporcionó el Ayuntamiento de Ibiza. Lo último en tecnología, como arcos de precisión. He estado siempre muy contento con el Ayuntamiento. Ha sido muy largo, muy laborioso, pero siempre hemos tenido el apoyo y aquí tenemos el resultado.

Pero significará un honor para usted que decidieran ponerle su nombre...

Sí. Fue una generosidad, como he dicho, del equipo de gobierno, que por paliza se le ocurrió ponerle mi nombre.

Se cumplen diez años desde que se inauguró esta galería Víctor Juan. Creo que hay bastantes cosas preparadas para el aniversario de este sábado...

Sí. Más que nada se trata de que los políticos estén orgullosos de los que hicieron hacer esta galería. Sobre todo su promotor, Xicu Tarrés y todos los que hicieron que fuera posible. Creo que estarán orgullosos del aprovechamiento que se ha hecho de estas instalaciones. Porque la obtención de pódiums ha sido abrumadora. Tanto que ya he perdido la cuenta. Pero vamos a hacer un recuento para que el día de la exposición sepamos todas las medallas de oro, plata y bronce que se han conseguido a nivel nacional. Espero que lo que hemos hecho despierte la curiosidad de los que vengan a verlo.

Quieren mostrar lo que ha hecho y hace el tiro con arco...

Sí. También habrá una exhibición imporartante de varios campeones de España y pasaremos una jornada muy agradable.

Estamos hablando de usted, que fue el iniciador del tiro con arco en la isla, pero para que siga vivo han trabajado muchas personas como Manolo Vicente, Carlos Morillo, Raúl Riera... ¿Quiénes más?

Uy, me voy a dejar muchos. Por ejemplo, tengo que nombrar a Antonio Torres, Andre Beroard, a Guadalupe Benavides, a Yolanda [Roig, una de sus primas], a Cristina Yourestone... Esta mujer ganó un Campeonato de España imponiéndose a los hombres. Si nos pusiéramos a contar anécdotas y cosas me parece que estaríamos bastante tiempo.

¿Qué supuso Guadalupe Benavides para el tiro con arco de las Pitiusas?

Guadalupe fue todo. Habiendo nombrado antes a Elena Tormo De Sales, Guadalupe fue la que tuvo más constancia, la número uno. Subió al pódium nacional junto a Yolanda [Roig].

Pero sobre todo, ¿qué supuso Guadalupe Benavides para dar visibilidad al deporte femenino en aquellos tiempos?

El deporte del tiro con arco en aquellos momentos [cuando lo iniciaron en las Pitiusas] era caro. Incluso, a nivel nacional sólo tiraban los hijos de papá. Las niñas, muy pocas. Cuando más se desarrolló el tiro con arco femenino fue cuando se creó la galería de es Cubells [en la década de los 90]. Sabes que ha habido una gran colaboración entre es Cubells e Ibiza y hemos hecho equipos potentes. En es Cubells aglutinamos a las chicas. Allí se consiguió un gran equipo que es la guinda a nivel de cantera, ya que se proclamaron campeonas de Europa [el conjunto compuesto por Magali Foulon, Miriam Alarcón e Isabel Colomar, que lo logró en 2013 en Eslovenia].

Ha sido usted arquero, con numerosos títulos importantes, entrenador, presidente de la Federación Balear de tiro con arco, miembro de la Española... ¿Le queda algo por cumplir en el tiro con arco?

No [risas]. Ahora ya me están dando títulos honoríficos, lo que quiere decir algo. Creo que mi trayectoria ha sido lo suficientemente relevante para que el Govern balear me distinguiera con el premio Cornelius Atticus de 2005. Nunca pensaba que todo el trabajo me lo recompensaran porque cuando haces esas cosas las haces en el aquí y ahora, no pensando que habrá una recompensa. En aquellos tiempos todo era por entrenadores y promotores románticos que nos vaciábamos los bolsillos para que las cosas salieran adelante. Ahora ya ha cambiado mucho. Tenemos profesionales y los gobiernos tienen más recursos. El cambio ha sido radical y extraordinario para bien.

¿El futuro del tiro con arco ibicenco está asegurado?

Sí, sí, completamente.