La SD Portmany sacó ayer todo su coraje y rabia para conseguir empatar un partido (2-2) que tuvo perdido durante muchos minutos, ante un Esporles que ofreció fases de muy buen juego en Sant Antoni. El punto sumado ayer tiene muchísimo valor porque se logró a base de carácter y amor propio, armas a las que tiene que recurrir demasiadas veces el equipo sanantoniense, que sigue jugando a trompicones

Ayer, el choque no pudo empezar peor, ya que el Esporles se adelantó en el marcador en el minuto 4, aprovechando el despiste generalizado de los hombres de Nacho Villodre. «Vamos a dejar de mirar y vamos a espabilar», gritaba el técnico desde el banda, consciente de que el partido llevaba una dinámica muy peligrosa, especialmente cuando vio que Carlos Hortal evitó el 0-2 a los 10 minutos de un partido que solo tenía un dueño: el Esporles.

Los portmanyistas entraron en el choque con dos peligrosos remates de Enrique y Gady en los minutos 25 y 28. Sin embargo, los mallorquines, que todavía no han ganado ningún partido, siguieron jugando cómodos en el centro del campo y dispusieron de cuatro claras oportunidades para ampliar el marcador, pero ayer Hortal estuvo impresionante y evitó la debacle total con unas intervenciones de mucho mérito.

En el último minuto del primer periodo, 'Soldat' pudo empatar pero el balón se paseó por la misma línea de gol y al descanso se llegó con el 0-1 en el marcador.

Villodre y sus ayudantes analizaron lo ocurrido en la primera mitad sobre el terreno de juego antes de entrar al vestuario y lo que acordaron tuvo su efecto positivo porque, con Galera y Álex en el campo, el Portmany cambió de cara y de espíritu.

Nada que ver. El propio Galera pudo lograr la igualada con un saque de falta, pero lo mejor fue que el Portmany empezó a jugar como sabe y como debía ante un rival complicado. Villodre volvió a acertar cuando quitó a Fabián y puso a Bonilla porque éste logró empatar sólo tres minutos después de entrar. La euforia, sin embargo, la estropeó el visitante Pedro con un golazo en el minuto 83, que supuso el 1-2.

El Portmany estaba en la lona otra vez, pero este equipo tiene mucho amor propio y ayer lo sacó a relucir para conseguir el empate en el minuto 88, cuando Roberto cedió el balón a Marc 'Soldat' para que marcara a puerta vacía. Era el empate. Era el triunfo. Y es que a veces un punto tiene más valor que tres. Ayer, sin ir más lejos.