El trote en Ibiza vuelve a relinchar. Este deporte tradicional del archipiélago balear ha atravesado por momentos adversos en la mayor de las Pitiusas pero, desde hace un lustro, la puesta en marcha de un curso de minitrote ha depositado las riendas de ponis y trotones en manos de los más pequeños. El Consell de Ibiza y la Associació de Trot Eivissenc organizan estos meses una actividad con la que se pretende fomentar entre los más pequeños la práctica de esta disciplina, inherente a las islas, así como el contacto y el cuidado de los animales. [Puedes ver aquí todas las imágenes de la galería]

Medio centenar de escolares, de entre 6 y 12 años, participan estas semanas en el primer turno -en diciembre se llevará a cabo el segundo- de un curso que está resultando «todo un éxito», según explica Juan Francisco Planells Torres. El presidente del Hipódromo de Sant Rafel, donde se lleva a cabo esta actividad, se muestra orgulloso de trasladar su pasión por los trotones a los niños y niñas que participan en este cursillo gratuito.

«Desde el primer día les hemos enseñado el mantenimiento de los ponis, el aseo, lo que comen o las herraduras que se utilizan. Empezamos desde abajo, desde la anatomía del caballo hasta ver cómo funcionan las guarniciones, enganchar los carros a los ponis y empezar a llevarlos ellos mismos», relata el máximo responsable de un cursillo en el que participan nueve monitores y la veterinaria colegiada en Balears Erika Poggiolini.

Tras aprovechar al máximo los cuatro días del puente, el próximo fin de semana tendrán lugar los dos últimos días de actividad, con una exhibición a cargo de los alumnos y la entrega de diplomas, prevista para el domingo.

Planells afirma que los niños «están muy interesados» en el mundo de los trotones, sobre todo en lo que concierne al cuidado de los animales y a la actividad que se desarrolla en las cuadras del hipódromo, donde hay espacio para 150 animales. «Tenemos que intentar que los niños estén en contacto con los animales porque se va perdiendo cada vez más. Antes nosotros estábamos todo el día con animales y ahora ven un perro o un poni y se acercan con miedo», sostiene.

Darlo a conocer

El fin último es dar a conocer y preservar esta disciplina tradicional, muy ligada al folclore y la cultura del archipiélago. «Lo que intentamos es aumentar un poco la afición del trote y de momento vemos que es así. Es un deporte al que no todo el mundo accede por desconocimiento. Comprar un caballo se puede hacer, pero es un deporte que no se conoce y a ver si dando un poco de publicidad lo tiramos para arriba», añade Planells, quien constata que la mayoría de alumnos pertenecen a familias ibicencas por aquello de la tradición, «pero con este curso el abanico se abre y hay niños de distintas procedencias».

El cupo de plazas se agotó «en tres o cuatro días» y muchos alumnos se quedaron fuera por falta de espacio. «Nos piden que hagamos el curso en otras épocas del año, pero tenemos que aprovechar estos meses de menor actividad en el calendario de carreras», explica.

Para los amantes del trote, «la clave» para que los más pequeños se enganchen «está en que te gusten los animales y en tener constancia». «Esto no lo puedes dejar aparcado en el garaje y ya está, tienes que estar con ellos cada día, darlos de comer, pasearlos, pero cuando son niños pequeños nos les sacas de las cuadras. Esta parte les encanta. Aquí les enseñamos lo que comen, les enseñamos a enganchar, todo poco a poco, pero ahora son esponjas», subraya el responsable de la instalación insular.

Reformas en el recinto

El pasado mes de enero finalizaron con éxito las obras de reforma del edificio principal (sede social), así como la adecuación de infraestructuras existentes en el Hipódromo de Sant Rafel.

Las obras comenzaron rcon la reparación de más de 200 puntos singulares con patologías en la estructura y numerosas fisuras, según la adjudicataria de los trabajos, que contaron con un presupuesto de 784.902,45 euros. También se han reformado por completo los dos grupos de aseos y cocinas del centro. Se han sustituido el 80% de las ventanas, todos los suelos y alicatados, se han impermeabilizado las cubiertas y sustituido todas las instalaciones del edificio.

Con las obras, se ha dotado al hipódromo de una cámara photofinish de 3.000 imágenes por segundo y un video marcador de unos 7 metros cuadrados. Con todo esto y tecnología complementaría, el hipódromo de Sant Rafel está capacitado para la entrada en la venta de apuestas online. Según indicó el presidente del recinto, el siguiente paso es la reforma de las cuadras donde se encuentran los animales.