Más de medio millar de alumnos de los centros educativos CEIP Sant Antoni e IES Sa Serra asistieron ayer a una de las lecciones de superación más importantes de sus vidas, impartidas por los deportistas adaptados que entre hoy y mañana van a participar en la Vuelta Cicloturista a Ibiza Campagnolo 2019.

El siete veces medallista paralímpico Ricardo Ten inauguró la charla motivacional en el instituto portmanyí, asegurando que la ibicenca es «la Vuelta cicloturista más inclusiva de toda España». Su historia de superación, como las que relataron sus compañeros de pedaladas Maurice Eckhard y Rosana López Codesa, dejaron fascinados a los más de 300 adolescentes presentes en el gimnasio del centro educativo.

«Mi historia empieza de muy pequeñito. Era un niño como vosotros. Me encantaba jugar y pasarlo bien, pero con ocho años sufro un accidente. Toco un cable de alta tensión y me electrocuto los brazos y la pierna izquierda y el 75% de mi cuerpo sufre quemaduras de tercer grado», comenzó narrando Ricardo Ten, cuya premisa principal pasó a ser «inténtalo muchas veces ante de decir: 'no puedo hacerlo'».

Tras pasar un año hospitalizado, su familia le enseñó a «pelear por lo que uno quiere y a no rendirse nunca». «Fue la manera como me trataron, igual que a mis hermanos, no como a un niño especial ni diferente. En casa tenía que poner la mesa, hacerme la cama todos los días... Todo eso hizo que yo fuera una persona inquieta y que quisiera valerme por mí mismo», argumentó el tres veces campeón paralímpico en natación.

La prueba de 100 metros braza fue su gran especialidad entre 1995, cuando debutó con la selección española, y 2016, años en los que conquistó 13 campeonatos de Europa, siete mundiales y tres Juegos Paralímpicos.

«Después de los Juegos de Río vi que mi carrera en natación se estaba agotando y decido empezar con la bicicleta», prosiguió Ten durante su intervención, antes de recordar que en su dura estancia en el hospital lo que más le preocupaba era «si podría seguir montando en bicicleta». Entre mi padre, que es ebanista, y mi hermano me adaptaron la bici y fue como derribar un gran muro». Y en apenas dos años se situó entre los mejores ciclistas adaptados de su categoría, logrando recientemente el maillot arcoiris de campeón del mundo en ruta.

«Para nosotros es un placer poder compartir nuestras vivencias con vosotros y lanzaros un mensaje de que si nosotros somos capaces de hacer todo esto, vosotros podéis hacer lo que os propongáis. Que nadie os diga lo que podéis llegar a hacer», concluyó Ten, antes de dar paso a Rosana López y a su 'piloto' en el tandem ciclista Esther Villaret.

Los relatos de los deportistas adaptados se apoyaron en varios vídeos de competiciones y entrenamientos, gracias a los cuales los alumnos ibicencos pudieron observar tanto su forma de competir como el tipo de bici adaptada que emplean. Según indicó Ricardo Ten, en función del peso y de la calidad, las bicicletas de competición pueden oscilar entre los 9.000 y los 15.000 euros.

La ausencia del iris provocó en Rosana López una enfermedad de baja visión (aniridia) que le llevó a sentirse «rechazada» por sus compañeros durante su etapa escolar. Por eso se inició en el deporte, para «evadirse», y comenzó a probar qué disciplina podía adaptarse mejor a sus necesidades.

«Estuve cuatro años jugando al baloncesto hasta que me cansé de recibir balonazos. Se me ocurrió la maravillosa idea de jugar al tenis, y no daba una. Busqué un deporte que se adaptara a mí, hice carreras populares pero se me quedaba corto y quise hacer un triatlón; a través de la Once conseguí una bicicleta de tándem y tras varios años acabé con Esther». Ambas acumulan numerosos títulos en ciclismo adaptado en pista y ruta.

Un ejemplo a seguir

Maurice Eckhard dejó absolutamente maravillados a todos los presentes no sólo por su increíble historia de superación, sino por su desparpajo a la hora de narrarlo. Tras bromear con los adolescentes asegurando que no venía de «Pachá» y después de contar una anécdota de cómo un agente le hizo pasar un control de alcoholemia por su peculiar forma de hablar, este barcelonés de 36 años explicó que nació con una parálisis cerebral.

Como le ocurriera a Rosana, su grupo de amigos no supo tolerar su discapacidad y los perdió «de la noche a la mañana». «No querían que una persona diferente a ellos fuera en su grupo, les daba envidia», subrayó con sorna, despertando las risas de los alumnos. «Entonces me apunté a una peña cicloturista en mi pueblo y cada domingo, en vez de ir a misa, iba con la peña», añadió con idéntico descaro.

En ese momento descubrió el deporte adaptado y con el ciclismo conoció a sus «amigos de verdad». «Ser diferente es la ventaja. Yo he aprendido mucho de Rosana, de Ricardo, he aprendido mucho más de gente que tiene alguna discapacidad que de los que tenemos todos los miembros. Ser diferente es lo bueno, tenemos que aprender que somos iguales y a la vez diferentes. Gracias a mis amigos que me dejaron abandonado he podido ir a cuatro paralimpiadas -logró un bronce en Londres 2012- y conocer un mundo que desconocía». Auténticos ejemplos de superación.