Diego Mendoza era la pieza de ataque que le faltaba a la UD Ibiza para acabar de embellecer la maquinaria celeste. Un delantero con envergadura y olfato que ofreciera alternativas al juego combinativo de los de Alfaro. Apenas 15 minutos le bastaron al delantero argentino para comenzar a ser decisivo en el colectivo ibicenco, después de anotar el gol de la victoria frente a un correoso Pontevedra a solo dos minutos para el final del encuentro (2-1).

La UD Ibiza sumó ayer su tercer triunfo consecutivo haciendo gala de insignias como la ambición y la confianza en su fútbol. Los de Pablo Alfaro ejercieron nuevamente un dominio autoritario sobre su rival y fueron capaces de desatascar el choque en los momentos decisivos; es decir, al filo de ambos periodos. A la calidad y la jerarquía de los futbolistas celestes se sumó ayer ese punto de fe que suele decantar la balanza en favor de los obstinados.

El primer aviso serio llegó a los 6 minutos en un saque de esquina botado por Javi Lara que cabeceó al poste el central Rubén González. La estrategia volvía a ser un arma fundamental para los celestes en un inicio con claro dominio local. La UD Ibiza llegaba con cierta facilidad a la línea de tres cuartos bajo la conducción de Lara y la percusión de los extremos Cirio y Raí, la gran novedad en el once titular de Pablo Alfaro. Kike López fue el damnificado por la entrada del brasileño, que se mostró muy activo en el electrizante arranque de los pitiusos. Durante el primer cuarto de hora no rascó bola el conjunto pontevedrés, que parecía jugar con varios futbolistas menos que su rival sobre el tapete de Can Misses.

La segunda gran ocasión llegó en un balón en largo que peleó Rodado y que él mismo finalizó tras el centro al área de Raí, pero el testarazo del '9' lo sacó bajo palos un zaguero visitante (min. 17). La maquinaria celeste atacaba por ambos flancos, aprovechando la superioridad que lograba con la incorporación de dos laterales profundos y de tres puntas desequilibrantes.

Cumplida la media hora de juego, aconteció la primera tentativa del Pontevedra, en una incursión por banda izquierda que finalizó Álex González con un disparo escorado que placó abajo Germán.

Respondió Raí con un zapatazo cruzado desde 25 metros que salió a un metro del poste, después de cambiarse de banda con Cirio. Y es que el Ibiza insistía con diferentes variantes en ataque para descoser el compacto tejido pontevedrés. A la contra empezó a estirarse el cuadro gallego, que dispuso de una falta muy peligrosa al borde del área que Álex Fernández lanzó por encima del travesaño (min. 38).

Aunque había adelantado su presión el bloque de Luismi Areda, el Pontevedra se encontró con una acción magistral que muy pocos esperaban. Javi Lara porfió por banda izquierda y se sacó un gran centro medido que cabeceó de manera soberbia Ángel Rodado. El testarazo golpeó en el poste y se fue para adentro, ante la mirada atónita del guardameta Edu (min. 43). Con otro cabezazo de Rodado, esta vez desviado, se llegó al descanso en Can Misses.

Dos tantos tras el descanso

Raí abrió la veda tras el paso por vestuarios con otro derechazo desde lejos, esta vez más colocado, que encontró los guantes del portero pontevedrés.

Saltó más batallador si cabe el cuadro local en la parcela ofensiva, donde Rodado se batía en duelo con los zagueros en busca de otra acción personal que sentenciara la victoria.

Pero en el balón parado todos los equipos se equiparan y así, sin merecerlo, empató el encuentro el colectivo gallego en una maniobra embarullada tras un córner favorable para los visitantes. Tras varias peinadas en zona de peligro, fue el delantero Javi Pazos el que elevó las tablas al marcador con un sutil remate de espuela en boca de gol (1-1, min. 55).

Le tocaba empezar de cero al bloque de Pablo Alfaro, pero ahora el reloj corría en su contra. Así que alteró el dibujo el técnico aragonés, que hizo debutar al delantero argentino Mendoza retirando del campo al lateral Grima y dejando como carrilero a Kike López. El salmantino había ingresado al campo minutos antes por Raí.

Lo intentaba de todas las maneras el colectivo celeste. Con un cuarto de hora por delante, la tuvo Javi Lara en un disparo ajustado que repelió Edu y que Mendoza remachó a gol, pero en posición de fuera de juego.

Poco después, Rodado buscó el espacio y recibió en ventaja el balón para definir ante Edu, pero su remate encontró la pierna de un defensor.

Los parones forzados por el Pontevedra restaron fluidez al juego en los instantes finales, pero el Ibiza no desistió hasta encontrar premio a su perseverancia a dos minutos para el final del encuentro. Mendoza, muy activo desde su entrada al campo, consiguió el tanto del triunfo con un testarazo de libro, marcando los tiempos, para finalizar con maestría el milimétrico centro de Morillas desde el perfil zurdo (2-1).