Trigo, que tiene 25 años, asegura que la situación que han vivido estos días los ocupantes del 'Open Arms' ha sido un auténtico «drama». «No se puede tener a personas en alta mar negándoles pisar tierra», asegura el deportista.

Álvaro Trigo Puig (Madrid, 3 de mayo de 1994) cruzará mañana a nado de Formentera a Ibiza, una travesía que promociona la asociación Ibiza Blue Challenge. Forma parte de los retos que está llevando a cabo después de que en febrero de 2018 sufriera un accidente que estuvo a punto de costarle la vida. Salió adelante y es todo un ejemplo de superación. Con estas iniciativas pretende dar visibilidad al fenómeno migratorio por mar y al sufrimiento de las personas que cruzan el Mediterráneo en busca de una vida mejor.

¿Por qué eligió el cruce a nado de Formentera

He viajado mucho a Ibiza y Formentera y me encantan. He cruzado las islas en barco varias veces y me gustan mucho. Como tuve el accidente, y estaba buscando retos que hacer, lo vi en la web de Ibiza Blue Challenge. Me animé al momento a hacerlo. Me pareció una idea súper buena el que haya una organización que lo haga y lo homologue. Y me lancé.

¿Qué previsiones meteorológicas manejan para mañana?

No habrá oleaje, que es lo bueno. Igual correrá viento ligero en dirección a la Península. En principio, las condiciones meteorológicas son buenas.

¿Le teme a algo, como al tráfico marítimo?

No me preocupa eso, ya que voy con un barco de apoyo y un kayak. Una de las cosas que me pueden causar problemas son el viento y las corrientes.

¿Qué pretende reivindicar con este reto?

Lo hago en colaboración con la ONG Formación Senegal. Hay gente que está perdiendo la vida a muy pocos kilómetros de nosotros [en referencia a los inmigrantes que cruzan el Mediterráneo en patera en busca de una vida mejor]. Esta ONG manda a profesionales a Senegal para formar a la gente y que las personas encuentren trabajo en su país, de tal forma que no tengan que cruzar a buscarlo, arriesgándose a perder la vida. Son seres humanos y es lo que olvidamos muchas veces.

Desgraciadamente el asunto sigue de actualidad, con el bloque sufrido por el barco 'Open Arms'. ¿Qué opina del asunto?

Habrá políticas o no las habrá, pero somos personas. Nadie es más que nadie y no se puede tratar a la gente como números.

¿Qué le parece la oposición de Matteo Salvini, ministro del Interior de Italia, al desembarco de los inmigrantes del 'Open Arms' en su país, asunto que finalmente ha resuelto la justicia?

No estoy de acuerdo. No se puede tener a personas en alta mar negándoles pisar tierra. Es un drama tener a personas en alta mar sin que nadie haga nada.

¿Cuál cree que sería la solución a este fenómeno migratorio por mar?

La solución que apoyo y la idea que más me gusta es la que lleva a cabo Formación Senegal. Lo que no se puede hacer es no hacer nada, sabiendo que hay un problema. Lo mejor es ayudarles en su país de origen. Tenemos la obligación moral de ayudar porque en Europa, unos más y otros menos, estamos acomodados en comparación con ellos.

¿Por qué le llaman 'El Renacido'?

Hace un año y medio tuve un accidente muy grave en un incendio en una casa en Jaén, en el que me quemé el 63% del cuerpo: la espalda, los brazos y las piernas por detrás. Pude salir por mi propio pie y acabé en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla, en el que estuve en coma diez días. Entré desestabilizado y deshidratado, y a mis padres les dijeron que el 90% de las personas que llegaban en mi estado no salían de la situación. Estuve en la UVI más fuera que dentro de la vida. Después estuve cuatro meses en aislamiento, en una planta de la unidad de quemados de Sevilla.

¿Cómo salió del hospital?

Salí del hospital el 20 de mayo de 2018, pero no precisamente bien porque no podía andar. El verano lo pasé tirado en una cama, pero el deporte era lo que me motivaba. Poco a poco empecé a entrenar pese a todo lo que me dolía, ya que salí con muchas heridas abiertas. A día de hoy se me siguen abriendo. Justo un año después del accidente conseguí hacer el maratón de Sevilla y luego completé el Ironman de Marbella (triatlón). Ahora me toca esto [en relación al cruce a nado entre Formentera e Ibiza]. Tengo en mi cabeza hacer más retos de este tipo.

¿Después de haber estado como estuvo, cómo se consigue finalizar un maratón y un Ironman de triatlón?

Pasa a ser algo un poco más mental. Te diría que incluso una necesidad. Es esa motivación de decir: 'Si lo consigo, quiere decir que estoy bien', aunque luego no es del todo cierto. El deporte a mí ya me encantaba de antes y a día de hoy continúa siendo así.

¿Siempre supo que iba a salir adelante?

No, no, no, no. Me gustaría decirte que sí, pero la verdad es que no. Estaba en el hospital y cuando estás despierto sabes que te puedes morir, por una infección o por lo que sea. Cuando salí pensé que nunca iba a ser ya la misma persona ni nada parecido. Pero la vida, al final, sorprende.

¿Qué le ha dado el deporte?

Toda mi recuperación es gracias al deporte y toda mi persona actual también. Ha sido lo que me ha movido para levantarme de la cama y hacer algo. Y en vez de que mi recuperación sea en tres años, que haya sido en uno o en menos de uno. A todos los que hacemos deporte, al final te engancha, te gusta y quieres más.

¿Después del cruce a nado de mañana, qué otros retos se plantea para el futuro?

Me gustaría hacer la Marathon des Sables, porque es un reto para ponerle más carne en el asador a mi situación. A mí no me puede dar el sol en la piel y la tendré que hacer como competí en el Ironman de Marbella, con ropa de invierno. Ya me he acostumbrado. También correré este año, con mi padre, los 101 kilómetros de Ronda. En principio tengo estas dos pruebas.

¿Qué le parecen las Pitiusas para la práctica deportiva?

Es un entorno espectacular. En España no hay ningún sitio con esas playas y esas aguas.

¿Qué consejo le daría a las personas que puedan vivir una situación como la suya?

Deben luchar a contra corriente y contra todo.