El balonmano balear de base cerró ayer la temporada con la celebración en Ibiza de una amena diada interislas para las categorías benjamín y alevín, en la que tomaron parte alrededor de un centenar y medio de jóvenes deportistas y que se desarrolló de 11.30 de la mañana hasta las seis de la tarde.

El grupo de los alevines, el más numeroso, con un centenar de jugadores en representación de los clubes mallorquines del CH Inca, Son Rapinya, Mata de Jonc, Son Pisa y Secar de la Real A y B, y de los equipos ibicencos del San Antonio, HC Eivissa, Puchi, Santa Eulalia, Sant Josep y Peña Deportiva, disfrutaron de las actividades programadas durante la jornada en las instalaciones de las pistas deportivas de Puig d'en Valls .

Los benjamines, que contaron con la participación de deportistas pertenecientes a las disciplinas del CH Inca, Son Rapinya, Secar de la Real y Mata de Jonc, más los representantes de los seis clubes ibicencos anteriormente mencionados, llevaron a cabo sus actividades y partidillos en el pabellón de sa Blanca Dona, donde pudieron demostrar sus incipientes habilidades y los fundamentos técnicos básicos que han ido adquiriendo a lo largo de la temporada.

«Esta diada es una verdadera fiesta para los más pequeños, ya que para muchos de ellos es la primera vez que juegan un torneo con equipos de otra isla. Lo importante en este tipo de eventos es que los chicos se lo pasen bien, que convivan, que se diviertan jugando al balonmano y que disfruten todo lo que puedan en este cierre de la temporada», indicó Eugenio Tilves, director técnico de las selecciones baleares y entrenador del HC Eivissa de Primera Nacional masculina, quien al mismo tiempo, explicó: «El objetivo es que los chavales se vayan metiendo poco a poco en todo que lo es la dinámica de un torneo y de una competición, ya que a estas edades más que jugar lo que hacen los chicos es aprender. E incluso nosotros, en estos casos, ejercemos más de educadores que de entrenadores».