La Peña Deportiva hizo ayer historia y se proclamó brillantemente, a falta de dos jornadas para la conclusión del campeonato, como nuevo y flamante campeón de Liga del grupo XI de Tercera División, tras empatar a cero en Santa Eulària con el Llosetense, en un partido en el que los peñistas se mostraron infinitamente superiores a su rival, aunque no lograron refrendar su dominio con goles. Tampoco es que les hiciese obligatoriamente falta, ya que el conjunto de la Villa del Río dependía en exclusiva de sí mismo y le bastaba ayer con sumar un solo punto para amarrar matemáticamente el título liguero y para coronarse como el nuevo rey de la Tercera balear.
En lo que respecta al partido, cabe destacar la salida en tromba que protagonizaron los de Raúl Casañ ante un Llosetense que plantó cara con su mejores armas, aunque se vio pronto superado por la predisposición de un conjunto santaeulaliense que no pensaba dejar escapar de ningún modo la ocasión de hacerse con el premio por el que tanto ha luchado a la largo de una campaña brillante.
Y es que en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego la Peña bordó un fútbol ofensivo que le permitió gozar de numerosas llegadas con peligro que no tuvieron la recompensa del gol.
Pudo haberse colocado ya el equipo local por delante en el marcador varias veces antes de los primeros cinco minutos, tras disfrutar Álex de dos buenas oportunidades ante el marco rival que no consiguió enviar al fondo de la red. Al cuarto de hora, de nuevo Álex, a centro de Fraile, cabeceó un balón al poste que acabó saliendo a córner. En la acción de ese saque de esquina, Andoni conectó también un buen testarazo que se fue rozando el larguero. A ellas se sumaron otras buenas ocasiones que protagonizaron Lucas, Vidal, Fraile y Cristeto, pero se llegó al descanso sin que el marcador se moviese.
Tras el descanso, la tónica del encuentro siguió siendo la misma hasta el final, con una Peña Deportiva volcada siempre en busca del gol, pero sin llegar a acertar ante un Llosetense bien plantado atrás y que apenas inquietó con algún que otro acercamiento los dominios del marco defendido por el meta Seral.
