Marcos Ferrer, una de las promesas del ciclismo de mountain bike ibicenco, volvió a brillar ayer, en una etapa que fue «larga» y en la que «había que regular al principio para llegar al pequeño bucle de Sant Rafel, que se hacía duro con el viento de cara», señaló tras cruzar la línea de meta.

«Hemos podido mantener un buen ritmo y llegar en séptima plaza, si no me equivoco», comentó el pitiuso, que forma pareja con otro ibicenco, el veterano Juan Antonio Costa.

«Esta es la prueba por excelencia de Eivissa. La organización, como siempre, se supera en recorridos, avituallamientos y en todo», apuntó también Ferrer, que sigue demostrando que tiene un gran futuro por delante.