El derbi de rivalidad ibicenca de fútbol sala disputado ayer en es Viver entre el San Pablo y el Kia Gasifred acabó llevándoselo en la cancha el cuadro de Luis Álvarez Coria por un tanteo final de 2-5, con goles de Sergio (1-0 y 2-2), por parte de lo locales, y de Tarek (1-1, 1-2 y 2-5) y de Clayton (2-3 y 2-4), por parte de los visitantes.

Sin embargo, más allá de lo estrictamente deportivo y por encima de todo, el gran vencedor de la jornada, sin duda alguna, fue Jerome, el hijo de nueve meses del jugador del San Pablo Carlos Jiménez y de su pareja Gretel Castro, afectado por el llamado Síndrome KAT6A, una enfermedad genética catalogada como rara y de la que existe muy poca información debido a la falta de estudios clínicos sobre la misma, dado que actualmente solo se tiene constancia de unos 150 casos en todo el mundo.

Así las cosas, con el objetivo de acercar a la gente lo que es el Síndrome KAT6A y darle visibilidad a esa enfermedad ante la sociedad, el derbi de ayer tuvo un marcado carácter solidario con la causa de Jerome y de todas aquellas personas que la padecen.

Haciéndose eco de la petición de apoyo realizada por la plantilla del San Pablo a través de Diario de Ibiza para animar a la gente a asistir al encuentro con el fin de poder recaudar fondos para destinarlos a la Fundación Auténticos, que investiga científicamente la enfermedad, así como posibles tratamientos y nuevos medicamentos, cientos de personas no faltaron a la cita en es Viver, garantizando con su presencia el éxito de una iniciativa que vio sobrepasadas todas las expectativas.

Emociones a flor de piel

Y es que la sociedad ibicenca no falló a esa petición de ayuda y la secundó multitudinariamente acudiendo a llenar las gradas del pabellón con más de 600 personas que no dudaron en colaborar con sus donativos y en volcarse todas a una en apoyo de la familia de Jerome, mostrándole todo su cariño y la cara más generosa y comprometida de la isla de Ibiza.

En este sentido, Carlos Jiménez, padre de Jerome y furbolista del San Pablo, indicó: «La verdad es que estamos hasta nerviosos por la gran respuesta y la buena acogida que ha tenido esta iniciativa. No esperábamos que viniera tanta gente, a la que les estamos muy agradecidos de todo corazón por apoyarnos. Están las gradas llenas a rebosar y nos encontramos ahora mismo en una nube».

No en vano, la imagen que presentaba el graderío del pabellón de es Viver hizo que los sentimientos y las emociones más encontradas afloraran en todos y cada uno de los presentes, sobre todo, en el preciso momento en el que ambos equipos saltaron a la cancha portando una pancarta en señal de apoyo a la causa de Jerome. El unánime y cerrado aplauso que la concurrencia tributó al pequeño Jerome y a sus padres en el centro de la pista fue realmente increíble y, a buen seguro, muy difícil de olvidar por unos padres que luchan por tratar de mejorar las condiciones de vida del pequeño Jerome.