El retraso en los pagos del Consell de Ibiza en materia de ayudas deportivas tiene una nueva víctima: los programas de seguimiento, de los que forman parte once modalidades que están desarrollando su labor sin las correspondientes subvenciones. La máxima institución ibicenca aún no ha pagado las de la pasada temporada 2017-18, ya acabada. De hecho, a punto de finalizar el año, ni siquiera se han publicado las bases para solicitarlas. Tampoco se sabe cuándo se podrán empezar a pedir las subvenciones de la actual campaña 2018-19.

Por esta circunstancia se están viendo afectados deportes como el kárate, el judo, el tiro con arco, el tenis de mesa, la natación, el bádminton, el baloncesto, el balonmano, el piragüismo, el kickboxing y el motociclismo, que son los que forman parte de estos programas de seguimiento, según informaron ayer fuentes de la máxima institución ibicenca.

Fernando Gómez, director insular de Deportes, reconoció la existencia del problema y quiso «pedir disculpas» por el retraso que se ha generado con la línea de ayudas de la campaña 2017-18, a la vez que indicó que se están buscando soluciones al mismo. Además, confía en que la convocatoria correspondiente a la temporada 2018-19 sea más ágil que la de la anterior, aunque tampoco ofreció detalles sobre la fórmula que se quiere utilizar para ello. También aseguró que para la temporada en curso las bases sólo pueden salir a partir de enero de 2019, por lo que indicó que en este caso no hay ningún retraso, a diferencia de lo ocurrido con las ayudas de la campaña pasada.

El dinero asignado para los programas de seguimiento en la temporada 2017-18 asciende a unos 120.000 euros aproximadamente, explicó el propio Gómez. Sin embargo, la lenta tramitación burocrática por parte del Consell vuelve a hacer de tapón para que estas subvenciones no se hayan podido ni siquiera solicitar, como ocurre también con otras líneas de ayudas como la destinada para la organización de eventos deportivos de relevancia nacional e internacional (por ejemplo, la Agrupación Deportiva Ibiza Half Triathlon denunció el pasado agosto los impagos del Consell y aún no ha cobrado las ayudas correspondientes, según informaron ayer fuentes del club).

La situación con los programas de seguimiento va por el mismo camino y los responsables de estos empiezan a impacientarse. De hecho, este miércoles se celebró una reunión en la sede del Consell en la que pidieron explicaciones a los rectores de la conselleria de Deportes. Un encuentro del que no tenían conocimiento todos los dirigentes de estos programas de seguimiento. David Ribas, conseller de Deportes, y el propio Fernando Gómez trataron de calmar los ánimos y tranquilizar a los afectados.

Diario de Ibiza ha podido averiguar que en la mayoría de los casos los programas siguen en marcha gracias a que los gastos de las diferentes actividades los están costeando las federaciones, los clubes o incluso los propios entrenadores.

«Nosotros, como algunos otros, hemos podido hacer cosas, pero es gracias a que lo mantienen los clubes», declaró uno de los responsables de uno de estos programas que quiso mantenerse en el anonimato.

«La parte de seguimiento de los entrenadores la está pagando el club e incluso yo he dejado dinero mío personal para algunos viajes», manifestó esta misma persona.

Hay algún deporte que se ha visto obligado a continuar con el programa de seguimiento para no frenar la progresión de sus mejores integrantes, aunque adoptando una política de contención y ajustando al máximo los gastos.

Paralización de la actividad

Otros, sin embargo, han optado por paralizar toda actividad extraordinaria del programa de seguimiento. «Yo en los años 2017 y 2018 no he hecho nada correspondiente a los programas de seguimiento. No funcionaban bien las cosas», afirmó un responsable de uno de ellos que también prefirió no identificarse.

«Dicen que se van a arreglar las cosas y que van a funcionar un poco mejor, pero ya veremos», declaró esta misma persona.

Esa es la esperanza de todos los promotores de estos programas de seguimiento, que están haciendo auténticos malabarismos para no perder el trabajo que llevan desarrollando durante muchos años.