«Aquí no importa ni el físico ni la edad ni la estatura. Cada una tenemos un hueco en este deporte». La frase es de Lorena Ferrer 'Neska', masajista y jugadora del Ibiza Club de Rugby, entidad que está tratando de fomentar esta disciplina entre las chicas para demostrar que el rugby es una excelente herramienta liberadora y de empoderamiento.

La ibicenca, de 30 años, se desenvuelve en primera línea, «de las que van al frente», admite con humor. «Luego me ves y no soy enorme ni un macho. Lo bueno del rugby es que tienen cabida todo tipo de cuerpos», advierte orgullosa la jugadora del club con sede en Can Misses.

Lorena Ferrer Neska llegó a participar con la selección española de rugby femenino durante sus años de estudio en Barcelona, donde pudo desarrollar todo su talento y contagiarse del noble espíritu del rugby. Ella mejor que nadie sabe lo que es enfrentarse a los estereotipos que impregnan el deporte del balón ovalado. Por eso cree que la promoción entre los más pequeños es la mejor arma con que cuentan los responsables del Ibiza Club de Rugby para fomentar sus valores y eliminar prejuicios.

«Hace años se promovió un poco más por colegios e institutos porque también es un deporte de chicas, queremos quitar el miedo o la concepción que tenemos del rugby como deporte agresivo o violento. Todo lo contrario, es un deporte de contacto pero no es ni violento ni agresivo», subraya Lore Neska, como la conocen en el incipiente equipo sénior femenino que está formando el Ibiza CR bajo las órdenes de Juan Ignacio Otero.

Para Neska, el rugby promueve «el respeto ante todo; ante el árbitro, ante el juego en sí y entre nosotras mismas». «Tenemos chicas de todas las estaturas, nacionalidades y edades. Fomentamos esa integridad y esa integración en el rugby porque es un deporte dentro y fuera del campo, como demuestra el tercer tiempo [donde ambos equipos celebran una comida o fiesta de hermanamiento tras el partido]. Nuestro lema es hacer piña y formar una familia», puntualiza.

Abriendo camino

Por el momento integran la sección ocho chicas, aunque solo tres tienen cierto bagaje en este deporte. «Nuestra tarea ahora es entrenar y consolidar el equipo porque estamos un poco verdes. Tenemos la intención de salir por Balears o Barcelona porque en Eivissa no hay más equipos, de momento. La idea es contar con algunas chicas de Mallorca para formar una plantilla y salir fuera a jugar», explica la ibicenca, quien asegura que entre las chicas del equipo «hay ilusión y ganas por empezar a competir».

Juan Otero, jugador del equipo sénior masculino y entrenador de las féminas, aclara que juegan en la modalidad de rugby 7, «que es bastante más suave y con menos contacto que el rugby 15, y las chicas se sienten más a gusto por lo general». «Se juega en un espacio más pequeño y esperemos que se animen porque no se van a romper nada -señala en tono de humor-. Lamentablemente hay chicas que no pueden venir por los horarios de entrenamiento [18.30 a 20.30 horas, la última media hora mezcladas con los chicos] y necesitamos más gente para que haya una plantilla suficiente», puntualiza el técnico.

Otro de los inconvenientes con que se encuentran en el club, como en la mayoría de deportes, es el hecho de que muchas de las adolescentes isleñas que sienten atracción por el rugby se marchan fuera a estudiar. Lore fue una de esas chicas que desarrolló su incipiente carrera en el rugby lejos de Eivissa, pero ahora, instalada de nuevo en la isla desde hace cinco años, hace un llamamiento a todas las mujeres interesadas para que practiquen. «Ahora están viniendo veinteañeras y treintañeras que viven aquí y hay ilusión y ganas de empezar a jugar. Que la gente venga a probar», exclama.

Opciones de competir

Otero explica que el Ibiza CR está buscando la colaboración de varios clubes de Mallorca, con idénticos problemas para conformar una plantilla, para competir bajo un mismo nombre en la Liga sénior provincial. Lo más factible, no obstante, es consolidar el equipo esta campaña y saltar a competir en la 2019-20 si finalmente el rugby convence a un número suficiente de jugadoras.

Actualmente componen la Liga balear sénior femenina cuatro equipos: Bahía, Shamrock, Toro y Corsaris. Esta competición, que ya acumula tres jornadas, se juega a rugby 7, en el que siete jugadoras de cada equipo se enfrentan en dos partes de siete minutos. El C.R. Shamrock acabó invicto en la última jornada, disputada el 1 de diciembre, gracias a un juego fluido y continuo en todas las fases, con muchas jugadoras experimentadas y nuevas incorporaciones.

En el Ibiza CR, que aspira a ingresar en esta competición, destacan jóvenes promesas como Janice Ríos y Vanessa Neumann.