La UD Ibiza prolongó su buen momento de forma con un punto que puede calificarse de positivo ante la rocosa Balompédica Linense, en un encuentro tremendamente parejo que pudo caer para cualquiera de los dos bandos (0-0). Los de Andrés Palop anularon a un peligroso adversario, un histórico de la categoría, y completaron su tercer partido consecutivo con la portería a cero, signo de que ya es un escuadrón competitivo que promete dar guerra en la categoría.

Palop mantuvo el sistema 4-2-3-1 que tan buenos réditos le reportó las dos jornadas precedentes y volvió a dejar en el banquillo a Borriello y Armenteros. Nada que objetar. El equipo se mostró sólido y aunque encajó varias ocasiones claras de gol, demostró ante un rival con solera -la Balona, un club centenario que cumple su octava temporada seguida en Segunda B- que está alcanzado el punto de madurez necesario para pelear con los mejores.

El partido fue un toma y daca constante. En el primer minuto tuvo que intervenir Álex Sánchez para detener un cabezazo de la Balompédica a la salida del primer córner del encuentro.

Respondió el Ibiza con una gran combinación de Candelas para Cirio, cuyo pase al corazón del área no encontró rematador. La iniciativa fue de los pitiusos en el arranque, con dosis de buen fútbol y profundidad por la banda derecha de Javi Serra, muy activo en su costado. Pero el Linense se desplegaba bien tras robo de balón y, a los 10 minutos, Pirulo puso a prueba a Álex con un derechazo envenenado desde la frontal que sacó a córner el guardameta catalán.

Otra clara ocasión de gol

A los 21 minutos llegó otra clarísima ocasión para los gaditanos, en este caso echando mano de la pizarra desde el saque de esquina. El zurdo Pierre apareció solo, libre de marca, en el punto de penalti, y su disparo lo desbarató la zaga en la misma línea de gol. El dominio de los celestes estaba resultando estéril ante una Balona con mucha movilidad y dinamita en ataque, que contragolpeaba con agilidad en torno al mediapunta Pirulo y el extremo diestro Gato.

En el intercambio de golpes, Javi Serra a punto estuvo de adelantar a los isleños tras una cesión al espacio de Rodado, pero el cuero salió desviado tras rozar en un adversario. La contienda transcurrió muy equilibrada y con alternativas para ambos equipos hasta el descanso. Restaba todo por decidir en una segunda mitad que se antojaba apasionante.

Atasco en la medular

Lo que aconteció en la reanudación fueron continuas interrupciones y un fútbol más tosco que debilitó el espectáculo. La pugna en la medular se recrudeció y la igualdad siguió reinando sobre el césped. Ante el atasco formado, Andrés Palop movió ficha y dio entrada a Riverola por Núñez.

El Ibiza alejó el peligro de sus dominios y recuperó el esférico, moviéndolo de un costado al otro en busca de fisuras en la retaguardia de la Balona. Para encontrar esos balones filtrados al área, Palop dio entrada dos jornadas después al delantero italiano Marco Borriello. Al poco ingresó también Armenteros para actuar en la mediapunta. Palop puso toda la carne en el asador en busca de la tercera victoria consecutiva.

Pero enfrente, la Balona estaba haciendo gala de su fortaleza defensiva y los arqueros pasaron a ser meros espectadores de una segunda mitad huérfana de aproximaciones de franco peligro.

A balón parado, y ya en la recta final, llegó otro zarpazo de los gaditanos, pero Sana, con todo a su favor tras caerle un rechazo, mandó el esférico a las nubes (min. 82). Respondió también en la estrategia el bloque ibicenco, con un cabezazo en el primer palo de Borriello que sacó un defensa bajo palos. En el último minuto tuvo otra gran oportunidad el Ibiza, en un centro desde la derecha de Grima que acabó rematando Javi Serra tras el control orientado de Cirio. El guardameta Montoya evitó con los pies un gol que ya cantaba la grada de Can Misses, pero que nunca llegó.