Ángela Pumariega Menéndez (Gijón, 12-11-1984) se dejó caer este fin de semana por Ibiza para testar sus sensaciones a bordo de una embarcación de Snipe, la misma con la que pretende clasificarse para los Juegos de Tokio 2020 junto a su compañera Sofía Toro. La regatista asturiana, campeona olímpica en Londres 2012, desvela los secretos de su preparación y las claves para convertirse en deportista de élite.

¿Qué hace una campeona olímpica compitiendo en aguas de Ibiza?

Fue una sorpresa porque no tenía pensado venir aquí. Navegué con Hugo Ramón, que es de Palma, y en el último momento se quedó sin su tripulante habitual, que no pudo venir, y yo justo había llegado de una competición en Portugal y solo llevaba un día en casa. Me llamó para venir y fue un poco apurado, pero nunca había competido aquí en Ibiza y por qué no venir a probar.

Campeona del Trofeo Ciudad de Ibiza de Snipe, ¿cómo ha ido la regata?

Muy bien porque hemos tenido todas las condiciones. El campo de regatas era complicado, había que estar muy atento en todo momento y los rivales nos lo han puesto difícil y hemos tenido que luchar hasta la última regata.

¿Qué recuerda de su experiencia en Londres 2012, donde se proclamó campeona olímpica en la clase 'mach race'?

Si lo tengo que resumir, es un sueño hecho realidad. Antes de empezar en la campaña olímpica, llegar a unos Juegos es el sueño de todo deportista. Para nosotras clasificarnos fue como el premio a la campaña, y ya conseguir la medalla... A día de hoy me cuesta creer que tenemos el oro colgado.

Usted ha pasado por varias clases, ¿cuáles son las diferencias y en cuál se siente más cómoda?

El Snipe es la categoría en la que navegué siempre, desde 2001. Hice un parón para hacer la carrera olímpica, en los Juegos era la clase mach race, con tres tripulantes a bordo, y la diferencia es el formato de competición, que siempre era uno contra uno, y las regatas duraban unos 15 minutos y quien llega primero gana, al mejor de cinco puntos o tres. Después de los Juegos quitaron esa categoría y pasé a 470, que es un barco para dos tripulantes. Cambió todo de forma muy radical porque las regatas pasan a ser de una hora y en flota, osea que competimos 70 barcos a la vez. La forma de navegar y la forma física cambia. En los dos tenía que pesar lo máximo posible, estar cerca de 70 kilos, pero son formas diferentes de entrenar, uno es más explosivo y otro más de resistencia.

Siempre ha competido en equipo, ¿es más fácil con compañeras que en solitario?

Nunca he navegado en un barco sola, la mayor parte de mi carrera la hice de tripulante, que es quien se encarga de llevar las velas, y la campaña olímpica es difícil porque supone estar 300 días al año fuera de casa. Tener un compañero te sirve de apoyo y trabajar en equipo es bonito. Me sería difícil navegar sola, tener un compañero te aporta mucho.

¿De qué manera le afectó no clasificarse para los Juegos de Río en 2016?

No me afectó mucho. Es verdad que trabajamos por ello, pero desde el primer momento supe que sería muy difícil clasificarnos. Teníamos que empezar de cero en una nueva categoría y pasé a ser patrona, que es la que lleva el barco. En la clasificación otros equipos fueron mejores. En el momento te da un poco de rabia porque te ves cerca de ir, pasas de la medalla de oro a no ir y es un poco frustrante, pero me quedé con buen sabor de boca por lo dura que fue la campaña. Nos quitaron la beca, no teníamos ayudas, vendimos pulseras para conseguir dinero... Crecí como deportista y nos quedamos muy cerca de ir. El camino que recorrimos fue más importante que la clasificación.

¿En qué punto de forma se encuentra en su camino hacia Tokio 2020?

Este año ha sido un desastre, ahora estoy con Sofía Toro, que era una compañera de Londres, pasamos a ser rivales en Río y ahora de nuevo compañeras. Este año me lesioné un hombro y fue a peor. Tuve que parar y estuve decidiendo si pasaba por el quirófano. Nos perdimos la mitad de la temporada. Ahora estoy mucho mejor. Son más difíciles las lesiones que no clasificarte para los Juegos porque tú lo das todo aunque no lo consigas, pero con una lesión no puedes hacer nada. Ni siquiera podía mover el brazo casi. Ahora quiero recuperar el hombro al cien por cien porque mi vida deportiva espero que sea larga. Mi objetivo es recuperarme y estar en Tokio.

¿Cómo es la preparación, el día a día de una regatista de alto nivel?

Pues es bastante intenso. El deporte es cada vez mucho más profesional y no vale con navegar bien, sino el tema de preparar el material más adecuado, el aspecto físico, la alimentación. Cada vez todo el mundo va más al límite en lo profesional. En el día a día estamos prácticamente ocho horas trabajando para ello; te levantas, vas al gimnasio seis veces por semana, navegamos cuatro horas de media, preparar el barco, si hay algo que se rompe lo reparamos nosotras, ver vídeos, estudiar reglamentos... Al final los días se hacen largos, de lunes a sábado, y luego he calculado que de media estoy cinco o seis días en mi casa; el resto, de viaje.

¿Cuál considera que es la clave para ganar unos Juegos Olímpicos?

Tiene que ser una suma de todo. Nuestra campaña fue perfecta porque llegamos al cien por cien de forma a Londres. Se tienen que alinear los astros, estar todo de cara sobre todo en un deporte en el que no depende todo de ti. A parte de nuestro físico, el barco tiene que estar bien, que no se rompa nada, y luego dependemos del tiempo, que lo puedes intentar leer, pero tampoco lo controlas. Ese factor de suerte es importante, y luego es difícil aprender el deporte al cien por cien porque cada día es diferente, poco viento, mucho viento, olas? Es un deporte completo y nunca dejas de aprender.

¿Se puede vivir de la vela económicamente hablando?

Lo bueno es que la vela tiene muchas categorías, puedes navegar de modo amateur como hemos hecho en Ibiza, luego tienes todo el circuito olímpico y luego otro circuito enorme de barcos grandes, vueltas al mundo, copas américas, aquí en España la Copa del Rey, y hay mucho mercado y se puede navegar mucho. Es verdad que siendo mujer es más difícil porque la mayoría de puestos son de fuerza, pero es un deporte en el que tenemos diferentes modalidades y se puede vivir.

¿En este deporte existe discriminación por género como en otras disciplinas?

Sí. Yo creo que mucho es por tema físico, de fuerza, porque compites por ejemplo en un puesto con chicos que a lo mejor pesan 90 kilos y pocas chicas pesan eso, por peso y fuerza es algo de forma natural. Y luego hay pocas entrenadoras porque quizás las chicas prefieren hacer otros trabajos. En el deporte en general igual no estamos muy metidas, pero cada vez va habiendo más mujeres y podemos encontrar nuestro hueco.

¿Qué le parece el nivel de los regatistas ibicencos?

He coincidido con muchos de ellos y nos lo han puesto difícil en la regata. Han trabajado muy bien, tiene una buena flota aunque esta categoría en Balears está un poco light. Hubo un tiempo que tenía muchos barcos porque Balears siempre ha tenido regatistas muy buenos. Hay una flota pequeña pero fuerte.