El veterano piloto vasco Andrés Vilariño, a los mandos de su potente Norma M20F, se ha proclamado este mediodía vencedor de la carrera de montaña de la trigésima tercera edición de la Pujada a a sa Cala, tras devorar el asfalto en los cuatro kilómetros del recorrido, marcando el crono rápido de la prueba en ambas mangas, con un mejor tiempo de 02:05.715 minutos.

No obstante, Vilariño, que a sus 67 años se retira del mundo del motor en activo tras esta cita ibicenca, se mostró feliz y satisfecho por su triunfo, aunque se queda con la espinita clavada de no haber podido batir el récord de la carrera que él mismo estableció el pasado año con un registro de 02:02.373 minutos.

El segundo mejor registro en la categoría de montaña se lo apuntó el ibicenco José J. Fernández Alcázar con su Silver Car EF10, vehículo con el que consiguió detener el cronómetro en la meta en un nada desdeñable tiempo de 02:08.471 minutos, a más de 02.756 segundos del líder de la carrera.

La tercera plaza del podio se la adjudicó el mallorquín Pedro Mayol pilotando un Demon Car R24, bólido con el que logró un mejor tiempo de 02:09.986 minutos, a más 04.271 segundos del vencedor en la clasificación general.