El regatista valenciano Quique Urios Salinas, conocido como Quicorras, completó ayer la travesía a vela entre Jávea y Ibiza a bordo de una embarcación de la clase Optimist (de apenas 2,32 metros de eslora), las mismas que emplean los navegantes que se forman en la navegación sin motor. Poco después de las 17.30 horas de ayer el adolescente, de sólo 15 años de edad, llegaba al pantalán del área deportiva del Club Nàutic Sant Antoni.

Su rosto apenas reflejaba el cansancio por el esfuerzo que había hecho. El navegante y su equipo de apoyo partieron a las 5.30 horas de la madrugada del domingo desde Jávea y unas doce horas después completaron las 54 millas náuticas del recorrido.

En el puerto de Portmany le esperaban los periodistas y algunos de los trabajadores del Club Nàutic Sant Antoni. Estos últimos quisieron reconocer la hazaña del levantino y lo recibieron con aplausos. Desde la lancha neumática que acompañó a Quicorras hasta el final, su padre, Quique Urios, no pudo evitar emocionarse al ver a su menudo hijo completar el difícil recorrido, que fue una travesía tranquila en la que les acompañó el viento para culminarla antes de lo previsto.

Padre e hijo se fundieron luego en un fuerte abrazo, antes de que Quicorras, que ahora cambiará el Optimist por la división 29er, explicase los pormenores de su singladura.

«Esto es una aventura para mí», manifestó el regatista, que pensaba que iba «a pasar un poco de miedo», pero no fue así. «He estado relajado, más que nunca, y me he encontrado muy bien», señaló Quicorras, que no quiso olvidarse de que su reto tiene también un componente solidario. «Con esto queremos conseguir apoyo para la ONG Formación Senegal-Fermax, que ayuda a los niños más desfavorecidos de este país. Hacen una gran labor», comentó. Miembros de esta organización también estaban esperando a Quicorras en Sant Antoni.