FÚTBOL | COPA DEL REY

3-1. Getafe se asoma a la final

Los jugadores del Getafe celebran uno de los goles anotados antes el Racing de Santander

Los jugadores del Getafe celebran uno de los goles anotados antes el Racing de Santander / EFE

Getafe | Efe

El Getafe se aproximó a su sueño copero, se asomó, por segunda vez consecutiva a la final de la Copa del Rey, tras superar en el primer asalto al Rácing, que queda a expensas de una remontada en El Sardinero después de que Manu del Moral firmara el tercer tanto madrileño a ocho minutos del final.

Sin embargo, el tanto marcado por el polaco Euzbiusk Smolarek en la primera parte, conserva las ilusiones cántabras, distanciados en dos goles de una cita histórica. Sin precedentes. La que ha movilizado a 4.000 seguidores hacia Madrid para dar color, verde, a un habitualmente desangelado Coliseum.

El Getafe intensificó su presencia en el área visitante, perfectamente ordenado. Sin espacios que permitieran el acomodo local a la hora de manejar el balón. Hasta que una falta lejana lanzada por el argentino Lucas Licht, desviada a córner, significó el preámbulo del tanto madrileño. A balón parado. Esteban Granero lanzó el saque de esquina y en el borde del área pequeña Rubén de la Red marcó de cabeza.

Apenas contó con tiempo para celebrarlo. Acto seguido, otra acción a balón parado, botada por Jorge López fue rematada por el polaco Euzebiusz Smolarek, que se encontró con la pelota de forma inesperada. Bendecida por la pasividad de la zaga local. El panorama avivó el choque. Ya plenamente copero. El Getafe se aceleró para enmendar la plana.

El Rácing se sintió agusto, dominador, en su salsa. Sólo Granero y Javier Casquero ejecutaban las acciones con criterio. Pero ni el nigeriano Ikechukwu Uche ni Manu estaban certeros para rentabilizarlas.

La respuesta del Racing fue una entrada del burundés Mohammed Tchité, en la que encaró a Ustari pero que concluyó con una mala resolución. A medio camino entre el tiro y el centro. El balón se perdió.

Dominio del Getafe

Pablo Hernández entró más en juego y el equipo lo notó. De hecho, una acción suya propició el segundo tanto madrileño. Una acción de tiralíneas. De toque. El valenciano combinó con Manu primero y con Uche después. El africano vio la situación de Javier Casquero, al borde del área. Para él fue el balón. Avanzó, solo, un par de metros, se plantó ante Toño y le batió por raso. Con el Getafe en ebullición, apoderado de la pelota y con más espacios, amplió su peligro.

Y fue, finalmente, el jienense el que inclinó la eliminatoria del lado madrileño. A seis minutos del cierre, Manu golpeó en dos ocasiones el centro de Pablo Hernández hasta que entró en la meta de Toño.

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