BALONCESTO - COPA DE LA REINA

La implicación elevada a la máxima expresión

Imagen de los aficionados ibicencos que acudieron al partido de ayer / L. O. F.

Imagen de los aficionados ibicencos que acudieron al partido de ayer / L. O. F.

Sevilla | Gustavo López Sirvent

La Copa de la Reina deja imágenes en la retina que son difíciles de olvidar cuando se viven in situ. Detalles que hablan bien a las claras de cuál es el grado de implicación de la plantilla para intentar dar el susto al todopoderoso Ros Casares. El asunto en cuestión transcurre en el salón donde desayunan todos los equipos. Allí, los camareros distribuyen las mesas por clubes. Al Puig d´en Valls le tocan tres mesas diferentes, en las que en una hay seis sillas y en otra cuatro. Alicia López, curtida en mil batallas y sabedora de que la unión hace la fuerza, pidió a los camareros que juntaran una mesa para estar las diez jugadoras en ella. El resto de equipos estaban repartidos de manera menos uniforme. Un diez para mi paisana.

Otro de los aspectos indicativos de que las chicas de Jordi Fernández no han venido de paseo a la capital del Guadalquivir se pudo ver en el autobús. Uno tuvo la suerte de viajar con las jugadoras en el trayecto del hotel al pabellón. Ese recorrido se hizo en no más de diez minutos. Durante ese tiempo, el silencio que se hizo en la zona de atrás donde estaban las protagonistas se podía cortar. Sólo se oía el tráfico y algún que otro comentario entre el director deportivo y el entrenador o entre los miembros del cuerpo técnico. A la vuelta, tras haber vencido al Celta, sólo hubo abrazos, gestos de alegría y felicidad sobre el parqué del San Pablo. Al subir al bus todo se había olvidado y muchas ya pedían regresar al hotel para descansar cuanto antes y estar listas para la semifinal de esta tarde. Esto sí que va en serio.

Esto en cuanto al equipo, que con toda la humildad que le caracteriza, tiene hechuras de equipo grande.

En cuanto al público que se desplazó hasta Sevilla hay historias de lo más rocambolescas. En el recinto sevillano se dieron cita unos sesenta seguidores pitiusos, que se sabía que eran ellos porque iban ataviados, como es lógico, con una llamativa bufanda roja. Entre ellos estuvieron algunos miembros de la Peña PDV que tuvieron realmente un maratoniano viaje hasta llegar a Híspalis. Partieron el miércoles por la noche de Eivissa en barco, llegaron el jueves por la madrugada a Dénia y desde allí cogieron rumbo a la ciudad andaluza en coche, donde llegaron un par de horas antes de que comenzase el choque. Eso sólo podía tener el premio del pase a `semis´. Enhorabuena por esta hazaña.

La organización de la Copa de la Reina había repartido entre los colegios sevillanos invitaciones para asistir a los encuentros que se disputasen este fin de semana con el objetivo de que se vieran las menos butacas posibles. Ayer, uno de esos centros, el Sagrado Corazón, se sentó tras el banquillo del EBE Promociones. Ante esta tesitura, Víctor Torres, director deportivo, anduvo listo y repartió aplaudidores entre los niños, que se unieron a los aficionados ibicencos con estos artilugios y animaron a las chicas como si fueran de las Pitiüses.

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