Deplorables condiciones para las gimnastas participantes en la final balear de gimnasia rítmica

La final balear de gimnasia rítmica, celebrada en el Polideportivo Germans Escalas de Palma, no será recordada por el nivel de sus gimnastas, sino por el lamentable estado de la pista, con un tapiz claramente deficiente y que presentaba irregularidades y un visible desgaste que, además de comprometer la calidad de la competición, puso en riesgo la seguridad física de las gimnastas. Algo si cabe aún más grave en un evento de tal envergadura, en el que se espera, como mínimo, que las instalaciones tengan un nivel de calidad e idoneidad. Además, en el pabellón hacía «un calor insoportable», y no había un sitio «ni para comprar una botella de agua». Por si fuera poco, en el podio solo cabía una deportista, algo que puede valer para la categoría individual pero que es escaso para las modalidades por equipos y los tríos.

El Ayuntamiento y la UD Ibiza, más cerca que nunca

Como eran pocas las adversidades, la zona de calentamiento de las gimnastas carecía de tapiz, lo que hace que el riesgo de lesión sea mucho mayor durante los entrenamientos previos a la competición. Además, según comenta a Diario de Ibiza la madre de una de las gimnastas, que se ha querido mantener en el anonimato, el malestar entre las familias es palpable con la Federación Balear y las administraciones pertinentes por la falta de apoyo logístico y económico para cubrir los «altos costes derivados del desplazamiento, especialmente desde otras islas».

Las familias asumen «gastos excesivos en vuelos y estancias, agravados por retrasos y dificultades a la hora de reservar en fechas de temporada turística sin recibir ningún tipo de subvención, especialmente en categorías inferiores a la infantil, lo cual resulta discriminatorio y desincentiva la participación y el desarrollo del deporte base», afirmaba esta madre.