Fútbol | Primera RFEF
¿Por qué la UD Ibiza ha dejado escapar el ascenso directo?
El equipo de Paco Jémez está obligado a reinventarse en el ‘play-off’ tras fracasar en su objetivo de volver a Segunda por la vía rápida n La misión es alcanzar la segunda plaza y tener ventaja en las eliminatorias

Bebé se lamenta tras una ocasión fallada el pasado sábado frente al Alcorcón en Can Misses. | VICENT MARÍ

La temporada 2024-25 de la UD Ibiza quedará marcada por lo que pudo ser y no fue. El conjunto celeste partía con el ambicioso objetivo de lograr el ascenso directo a Segunda División, pero a falta de dos jornadas para el final de la liga regular, ese sueño se ha esfumado. El AD Ceuta, impecable en su segunda vuelta, se ha proclamado campeón del Grupo 2 de Primera RFEF y jugará la próxima temporada en el fútbol profesional. La UD Ibiza, por su parte, tendrá que conformarse con pelear por el ascenso en el siempre incierto ‘play-off’, con el reto ahora de alcanzar al menos la segunda plaza, que ofrece ciertas ventajas en la fase decisiva del curso.
La situación no es nueva para los celestes, que ya saben lo que es disputar unas eliminatorias por el ascenso: en 2021 lograron el histórico ascenso en Badajoz, pero el pasado ejercicio se estrellaron en la primera ronda con el Barça Atlètic. Ahora, lo que duele es haber fallado en la meta marcada desde el primer día: subir por la vía directa en un grupo en el que ya no estaban potencias como el Málaga, el Castellón o el Córdoba. Las causas de este traspié hay que buscarlas en una primera vuelta decepcionante, muy por debajo de las expectativas de un club que había configurado una plantilla potente, con jugadores contrastados y experiencia en la categoría.
Con Pep Lluís Martí al frente, el equipo nunca terminó de carburar. A lo largo de las primeras jornadas, la UD Ibiza fue un mar de dudas, tanto en lo futbolístico como en lo anímico. Tras encadenar tres derrotas consecutivas, la última de ellas por 2-0 ante el Antequera, el equipo marchaba noveno y la situación se tornó insostenible. Fue entonces cuando el club decidió prescindir del técnico balear.
El relevo llegó el 12 de noviembre, con un nombre de peso: Paco Jémez. El técnico andaluz debutó con victoria en la jornada 13 y su fichaje fue recibido como una declaración de intenciones. Un entrenador con personalidad, experiencia y un estilo ofensivo que conectaba con el deseo de la afición de ver una versión más reconocible de su equipo.
Pero la revolución no terminó en el banquillo. Juan Giménez, director deportivo, también fue apartado y el club recurrió a un hombre de la casa, el exfutbolista Javi Lara, para tomar las riendas en los despachos. En el mercado invernal, la UD Ibiza fue uno de los equipos más activos, con una batería de fichajes que buscaban revertir el rumbo. Entre ellos destacaron los atacantes Javi López-Pinto, Davo y, sobre todo, el mediático Bebé, un nombre con peso que llegó para liderar la reacción.
Y esta no se hizo esperar. Con Jémez al mando y las nuevas incorporaciones en dinámica, la UD Ibiza firmó su mejor tramo del campeonato. Encadenó siete victorias consecutivas y se colocó líder del grupo. Por momentos, parecía que el cambio de rumbo había sido acertado y que el tren del ascenso directo llegaría a su destino. La propuesta ofensiva de Jémez entusiasmaba y el equipo desplegaba un fútbol atrevido, vertical y efectivo.
Sin embargo, cuando todo apuntaba a una remontada épica, volvió a aparecer la inconsistencia con pinchazos frente a rivales de la zona baja. El equipo celeste enlazó cinco jornadas sin ganar, un bache que resultó fatal. De nuevo, se repitieron errores del pasado: desconexiones defensivas, falta de contundencia en áreas clave y una pérdida de frescura en el juego. El Ceuta, en cambio, mantuvo una marcha imperial. Mientras los ibicencos se dejaban puntos vitales, los norteafricanos avanzaban con paso firme hacia el título, hasta cantar el alirón este domingo, a dos jornadas del final, con números que rozan la excelencia.
Objetivos renovados
Para la UD Ibiza, la decepción es palpable. La plantilla, el cuerpo técnico y la afición sienten que se ha escapado una oportunidad de oro. Pero la competición no se ha terminado. Queda por definir el puesto final antes del play-off y ese objetivo no es menor. Alcanzar la segunda posición permitiría a los de Jémez contar con el factor campo a favor y clasificarse en caso de empate tras la prórroga, una ventaja estratégica que podría ser clave en duelos de máxima igualdad.
Para ello, el equipo deberá superar dos escollos importantes. El primero, este fin de semana, ante el Atlético de Madrid B, otro equipo metido de lleno en la lucha por el play-off y que llega con hambre de sumar. El segundo, ya con la liga decidida, será contra el propio Ceuta en Can Misses. Aunque los de la ciudad autónoma ya han cumplido su misión, no cabe esperar concesiones. Querrán cerrar su brillante temporada con una victoria de prestigio y sin renunciar a competir.
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