Primera RFEF

¿Tiene la UD Ibiza la afición que merece?

El club que preside Amadeo Salvo lucha por incrementar una base de aficionados que impulse el ascenso a Segunda División, pero de momento no obtiene resultados

Aspecto de la grada de Can Misses el pasado domingo.

Aspecto de la grada de Can Misses el pasado domingo. / Marcelo Sastre

Rubén J. Palomo

Rubén J. Palomo

Ibiza

La UD Ibiza se encuentra en un momento crucial. Con un proyecto ambicioso y un equipo competitivo tras los refuerzos invernales, el club tiene todas las herramientas para alcanzar el ascenso a Segunda División. Sin embargo, este objetivo no se logrará sin el apoyo masivo de la afición y la sociedad ibicenca. ¿Tiene la UD Ibiza la afición que se merece?

Con palabras más elocuentes lo ha expresado Paco Jémez durante la pasada semana. Es la hora de la afición. «Nos tenemos que obligar a llenar el campo. Ascender no es fácil, toda la ayuda que podamos tener es importante. Ver que la gente se lo pasa bien con lo que hacemos crea unas sinergias importantes. El factor común de los últimos equipos que han subido ha sido su masa social», dijo tras la importante victoria sobre el Antequera por 5-3, que presenciaron cerca de 3.000 espectadores en Can Misses. «Todos debemos sentirnos partícipes, hoy hemos dado un paso adelante, pero no nos podemos quedar ahí. Sigo haciendo un llamamiento a la afición para que vengan a ayudarnos. Nosotros nos vamos tremendamente felices de que ellos se vayan contentos a casa», añadió el pasado domingo.

El fútbol es un deporte que trasciende lo meramente competitivo. Es un fenómeno social, un espacio de encuentro y un reflejo de la identidad de una comunidad. En Ibiza, sin embargo, este vínculo parece estar en entredicho. La UD Ibiza, un club con ambiciones claras y un proyecto deportivo sólido, se enfrenta a un desafío que va más allá del terreno de juego: la falta de apoyo masivo de su afición.

En las últimas temporadas, el estadio Can Misses, con una capacidad para 4.500 espectadores, ha presentado una asistencia media que ronda los 2.000 aficionados, una cifra insuficiente para un equipo que aspira a ascender a Segunda División y, a largo plazo, a Primera.

La masa social de la UD Ibiza es todavía muy frágil y fluctúa en función de los resultados deportivos, los horarios y las épocas del año. El club busca aunar esfuerzos y ha puesto todo sobre la mesa para conseguir sus objetivos. Es el momento de que la afición de la isla responda.

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