Los veleros Rockall IV, el JPK 1030 de Christopher Opielok, en la versión Barcelona, y el Clem, Swan 56 de Jaime Olazabal, compitiendo en la versión Denia, se han proclamado ganadores de la XXXIV edición de La Ruta de la Sal que se ha caracterizado este año por las excelentes condiciones registradas para navegar en travesía de altura, gracias al fuerte viento con que han contado las tripulaciones en esta zona del Mediterráneo Occidental.
Cabe destacar que Clem con este nuevo triunfo consigue su cuarta victoria absoluta en esta emblemática regata, ya que lo logró también en las ediciones de 2009 y 2010 en la versión Barcelona y en 2017 en la primera edición de la versión Mallorca. De esta manera, se convierte así en el único barco que en los 34 años de vida de La Ruta de la Sal ha logrado la victoria en tres versiones de la regata.
Esta edición de La Ruta de la Sal 2022 ha contado con un alto nivel, donde casi todas las embarcaciones han conseguido alcanzar la llegada en Ibiza. La plaza más alta del podio de la clasificación general, versión Barcelona, fue para el velero Rockall V de Christopher Opielok, un ‘pequeño’ JPK30 que consiguió cubrir el trayecto de 140 millas en tan solo 14:57:27 horas, entrando junto a barcos que le doblan en eslora. La versión Denia estuvo dominada por el Clem, Swan 56 de Jaime Olazabal, que entraba así en el Olimpo de los armadores junto a Manuel Guasch y Manuel Gané, atesorando todos ellos 4 victorias.
Un problema de falta de amarres
Enrique Curt, director de la Ruta de la Sal, celebró orgulloso la buena organización del evento: «Es una prueba tradicional, pero que cada año se renueva un poco. Para nuestro orgullo, es una de las pruebas más importantes de todo el Mediterráneo en cuanto a regatas de altura se refiere, y así se demuestra año tras año». Con 125 barcos, la mitad saliendo desde Denia y la otra mitad desde Barcelona, «pensamos que hemos tenido un nivel competitivo muy alto», puntualizó Curt.
‘Clem’, con este nuevo triunfo, consigue su cuarta victoria absoluta en esta emblemática regata de altura
Para próximas ediciones, a pesar de que su objetivo es seguir creciendo, desde la organización se muestran realistas ante los problemas que acarrea la falta de amarres en el puerto de Sant Antoni: «Tenemos un problema de amarres. Y es un inconveniente ya que hay muchas embarcaciones que son internacionales. Esta regata despierta mucho interés en algunos países de Europa, pero si no tenemos amarres suficientes no podemos acoger a muchos barcos más».
