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Baloncesto en silla de ruedas

El ibicenco Pablo Hempler hace historia sobre su silla de ruedas

El deportista adaptado se estrena con éxito con el club mallorquín en la Segunda División española y consigue así convertirse en el primer jugador pitiuso que compite en una categoría nacional de baloncesto en silla de ruedas

Pablo Hempler, en un entreno, es ya historia viva del deporte pitiuso al ser el primero en debutar en Liga Nacional de silla de ruedas. J.M. Sánchez

Pablo Hempler Villanova (Ibiza, 18-03-1982) pudo hacer por fin este domingo realidad el gran sueño deportivo por el que ha trabajado y se ha esforzado tanto en los últimos años y meses. El jugador pitiuso de baloncesto en silla de ruedas debutó el pasado fin de semana oficialmente con el Club Bàsquet Binissalem en la Liga de Segunda División frente al Avilés asturiano y se convirtió así en el primer baloncestista de la historia del deporte adaptado de Ibiza que compite en una categoría nacional.

El jugador pitiuso de baloncesto adaptado, a la derecha de la imagen, en su debut oficial en Liga. | J.M.SÁNCHEZ

El deportista pitiuso, en silla de ruedas desde los 18 años de edad, desde se quedó parapléjico a causa de un accidente de tráfico en el que fue arrollado cuando circulaba con su moto por un coche que se dio después a la fuga, se muestra «inmesamente feliz» por lo acontecido el pasado domingo en la cancha del Binissalem, en una cita que «muy especial» para él y que «nunca» olvidará. En este sentido, Pablo Hempler explica a Diario de Ibiza: «La experiencia de mi debut fue muy buena y estoy muy contento y feliz, a pesar de que el Avilés nos ganó por un resultado de 31-53. Nosotros somos novatos y debutantes en la Segunda Nacional y se notaron las diferencias en el partido porque el rival tiene mucha más experiencia y potencial. Por eso, el sabor de boca, a pesar de perder, no fue malo».

En lo que respecta a sus sensaciones en el encuentro de su debut oficial en competición nacional, el jugador ibicenco asegura que disfrutó mucho, a pesar de que él no anotó porque su tarea es «bloquear» a los rivales para que los mejores de su equipo tengan más libertad para tirar a canasta.

«Teníamos dos bajas importantes, que son dos de los mejores jugadores de nuestro equipo, a los recuperamos para este próximo fin de semana. Si no es por eso, seguro que frente al Avilés habríamos hecho algo más sobre la cancha», indica Pablo Hempler, que también detalla: «Por el tipo de lesión que tengo, que hace que no sea de los más rápidos, mi tarea consiste en hacer, como se dice, el trabajo sucio. Yo me tengo que encargar de hacer bloqueos cuando atacamos para facilitarles las cosas a mis compañeros y de frenar a los rivales cuando defendemos para que no vuelvan fácilmente a su zona».

Implicado con la dinámica

Pablo Hempler relata que se siente «muy contento» porque está disfrutando mucho de la dinámica de equipo en la que está ahora inmerso y que, a lo largo de los 22 años que lleva en la silla de ruedas, siempre ha soñado con «poder hacer esto».

«Nunca había tenido la oportunidad. Y, mira, ahora la tengo y la pienso aprovechar al máximo porque es lo que siempre he querido. Y lo estoy disfrutando de verdad. Y aún me queda mucho por disfrutar y por aprender», apunta el jugador ibicenco, que este próximo fin de semana viaja con el CB Binissalem a Burgos para jugar allí el sábado contra el líder, mientras que el domingo se desplazarán a Vitoria para enfrentarse al Bilbao.

Una silla ‘pro’, que es «la envidia» de sus compañeros

El domingo en Binissalem Pablo Hempler pudo estrenar su nueva silla de competición, homologada por la federación y completamente profesional. Un requisito indispensable para competir en categoría nacional y que pudo solucionar gracias a la financiación que le proporcionó la Fundación Julián Vilás Ferrer.

«Estoy completamente agradecido a la Fundación Julián Vilás Ferrer y muy satisfecho con la silla porque era imprescindible para poder jugar. Es la envidia de todos mis compañeros porque es la misma que utilizan los de la élite, los paralímpicos de España o de Alemania».

Sin embargo, Pablo Hempler sigue buscando algún patrocinador todavía que pueda ayudarle con un empujoncito económico para poder sufragar los desplazamientos a Mallorca, algo que espera poder «conseguir» con el apoyo de algún particular o institución pública.

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