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Entrevista Mateo sanz lanz Windsurfista, diploma olímpico en los juegos de Tokio

Mateo Sanz, windsurfista: «No me veo a nivel profesional para otra campaña olímpica»

El regatista formenterense asegura que seguirá navegando, pero que no pasa por su cabeza dar el salto a la nueva clase olímpica de IQFoil, dado que quiere abrir una nueva etapa en su vida como entrenador

El windsurfista formenterense Mateo Sanz, en una imagen con la equipación de Suiza. Zowy Voeten

El windsurfista Mateo Sanz (Formentera, 6 de noviembre de 1993) vive días de asueto y de descanso junto a su familia en la Pitiusa sur y disfruta aún de las emociones y de las muchas sensaciones acumuladas en estas últimas semanas, con motivo de su participación en los recién clausurados Juegos Olímpicos de Tokio. El regatista pitiuso, que se trajo de vuelta a Formentera desde tierras niponas un merecido diploma olímpico por su octavo puesto en la clasificación de la competición de la clase RS:X de vela representando a Suiza, todavía sigue rememorando en su mente su actuación en el campo de regatas en aguas japonesas y lo acontecido en su segunda comparecencia consecutiva en unos Juegos Olímpicos, cita tras la que ha decidido poner punto y final a su etapa como deportista olímpico.

El windsurfista hispanosuizo, contento y satisfecho con su actuación en el país del Sol Naciente, aunque con el sinsabor de no haber podido aspirar finalmente a su objetivo de pelear por las medallas a causa de unos elementos naturales que se conjuraron en su contra en forma de tifón, desea abrir una nueva etapa profesional en su vida en la que no pasa por su cabeza prepararse para la próxima cita olímpica de París 2024.

El regatista pitiuso, a su llegada a Eivissa procedente de Japón, tras participar en los Juegos Olímpicos de Tokio. Zowy Voeten

Echando la vista hacia atrás una vez clausurados los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y desde la distancia y la tranquilidad que da volver a estar en su casa de Formentera, ¿cómo ve Mateo Sanz a día de hoy su paso por estas Olimpiadas?

Bueno, estoy contento, por una parte, por haber conseguido el mínimo que nos habíamos marcado antes de ir a Japón, que era entrar en ese Top-10 y en la Medal Race luchar al menos por ese diploma olímpico. Pero, por otro lado, sigo dándole vueltas a lo sucedido alguna noche cuando me voy a dormir. Pienso que qué lástima que entrara ese viento tan fuerte en los dos últimos días y que no pudiera mantenerme ahí en la parte más alta de la clasificación.

Lo cierto es que estuvo verdaderamente muy cerca de conseguir hacer realidad el reto de colgarse una medalla olímpica. Eso, ya de por sí, es para que uno se sienta orgulloso, ¿no?

Sí. No digo ya un color concreto de medalla, pero por una de ellas sí que habría tenido opciones de luchar solamente con que hubiera tenido un poco más de suerte con las condiciones meteorológicas para la navegación.

« Estoy contento, por una parte, por haber conseguido el mínimo que nos habíamos marcado antes de ir a Japón, que era entrar en el Top-10 y en la Medal Race»

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Le servirá como consuelo, por lo menos, eso que popularmente se dice de que contra los elementos no se puede luchar.

Exacto. Ahí no hay nada que hacer. Pero, bueno, como quedé primero el primer día de la competición y segundo al día siguiente, pues, eso me hace sentirme feliz, aunque con un poco de rabia por no poder optar a las medallas porque llegué en muy buena forma física y creo que con muchas posibilidades.

Una vez ya en casa y después de su segunda participación en unos Juegos Olímpicos, ¿cómo se plantea ahora su futuro a corto y medio plazo?

Bueno, ahora tengo un mes y medio, como quien dice, para cumplir con el contrato que tengo con la Federación Suiza de Vela, así que tengo que seguir navegando. Quizás vaya a la competición que hay en Mallorca en octubre, el Princesa Sofía, pero, la verdad, es que en estos momentos no me veo continuando a nivel profesional para otra campaña olímpica más.

¿Se puede decir, entonces, que da ya por cerrada su aventura como deportista olímpico?

Con el cambio de clase que se va a producir de RS:X, con la que yo he competido hasta ahora, a la nueva modalidad de Foil, que requiere de una nueva técnica y en la que el somatotipo es diferente, y para la que se necesita otra altura y otro peso, al pasar la flota de participantes de unos 75 kilos de media a unos 90 o 100 de peso, la verdad es que me cuesta plantearme hacer ese cambio.

« No digo un color de medalla, pero por una de ellas sí que habría tenido opciones de luchar si hubiera habido mejores condiciones meteorológicas»

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¿Tan brusco llega a ser ese cambio que plantea?

Los inconvenientes con los que yo que me encontraba cuando hace mucho viento ahora se magnifican y son muchos más. Y, claro, no voy a involucrarme para algo a largo plazo, digamos que de aquí a cuatro años o más allá para el 2028, invirtiendo mucho dinero si no veo que hay posibilidades de hacerlo ni de ser competitivo. Mi objetivo, digamos, no es estar en el Top-10 ni tampoco en el ranking mundial y mantenerme ahí, sino que es intentar ganar algún campeonato.

O sea, que en Japón se ha despedido del sueño olímpico.

Casi seguro. La verdad es que al noventa y pico por ciento lo veo muy complicado.

Se queda con la satisfacción de haber vivido dos experiencias en los Juegos Olímpicos y con buenos recuerdos para toda la vida por haber competido en Río de Janeiro y Tokio, aunque esa espinita de no haber podido colgarse una medalla no la va a olvidar, ¿verdad?

Así es. Exacto. Al final los Juegos Olímpicos son la cima de una montaña en la que hay tanto por detrás que, se mire como se mire, estoy contento al menos de volver a casa con algo, en este caso con un diploma olímpico.

« Los Juegos Olímpicos son la cima de una montaña en la que hay tanto por detrás que, se mire como se mire, estoy contento al menos de volver a casa con algo, en este caso con un diploma olímpico»

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¿Qué le dicen los amigos y la gente de Formentera cuando le ven por la calle ahora que ha vuelto de Japón?

Bueno, la gente está contentísima, la verdad, por el hito de tener un olímpico en la isla. No ya por haberme traído este diploma de Tokio, sino simplemente por el hecho de que han sido los segundos Juegos Olímpicos a los que voy y por ser un referente aquí para los jóvenes de Formentera que hacen deporte.

No se plantea pasar a la modalidad IQFoil de cara a las próximas Olimpiadas de París 2024, aunque es de imaginar que sí que saldría a competir en otro tipo de eventos deportivos en esa modalidad, ¿no?

Eso sí que podría darse. Y más si mi futuro se resuelve ahora como entrenador para no perder ese hilo y el feed-back. Porque sí que necesito conocer la clase a nivel técnico para poder transmitírselo a los deportistas.

Siendo como es una persona tan vinculada al mar resulta complicado no imaginar a Mateo Sanz involucrado en alguna actividad relacionada con el agua.

Correcto. De repente de un día para otro es imposible desaparecer y no subirse a una tabla. La verdad es que estos días que llevo ya aquí de descanso se me hacen duro, incluso, hasta en ese sentido. Estoy tan acostumbrado a dedicar tantas horas diarias a entrenar con la tabla que, ahora de repente, no hacer nada, pues cuesta.

Los jóvenes valores del windsurf en Formentera andarán como locos ahora que le tienen cerca, ¿le piden consejos a un olímpico como Mateo Sanz?

Bueno, ellos se centran en divertirse, en pasarlo bien y ya está. Les queda aún un largo camino por delante y si me miro a mí mismo en aquellos años, pues lo cierto es que cuando empecé yo también era como ellos. Lo fundamental es pasarlo bien con la tabla, crear un buen grupo de trabajo, de amigos y que te enganche el deporte. Y, luego, ya más adelante, si lo ven claro, pues que se dediquen a la competición. Pero, ahora mismo, lo único que les puedo decir es que disfruten.

El regatista adelanta que ve muy complicado repetir experiencia en las Olimpiadas de París de 2024 a un noventa y pico por ciento de posibilidades

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¿Cómo ve el futuro del windsurf en Formentera?

Cantera en la isla siempre ha habido. Con las condiciones que tenemos aquí en Formentera, que son inigualables, siempre habrá alguien que, gracias a esa cercanía con el mar, pueda desarrollarse como deportista de competición. Ahora mismo sí que hay gente talentosa, con mucha proyección y con muy buena técnica, pero el proyecto que tienen aquí no está enfocado a generar ningún deportista internacional a nivel olímpico. Creo que eso es lo que les falta ahora mismo, aunque habrá que ver si de aquí al futuro quieren invertir en esta nueva clase de IQFoil o meramente se quedan en nivel escolar.

Ha comentado que quiere dedicarse a la faceta de entrenador. ¿Cómo se lo plantea y dónde?

De momento no he cerrado nada, pero sería algo enfocado más a nivel nacional si se da la posibilidad. Está el Centro de Tecnificación del Deporte balear, en Mallorca, que tiene muchísimos chavales, o si surge algo de ámbito nacional, pues también.

Una última cosa. Viendo el recibimiento que le tributaron este pasado lunes al también deportista olímpico pitiuso Marc Tur a su llegada a Ibiza, comparándolo con el de tu discreto regreso a Formentera, ¿no sientes un poco de envidia sana?

(Risas). No. La cierto es que yo soy de recibimientos un poco más tranquilos, más en familia. Y la verdad es que agradezco el relax. Sinceramente me alegro muchísimo por Marc porque se lo merece. Disfruté mucho viéndole competir y con la carrera de los 50 kilómetros marcha que realizó en Japón. Ese recibimiento él se lo tiene merecidísimo porque es un verdadero referente para el deporte de nuestras dos islas.

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