Reestreno
Tempestades, canibalismo y relaciones ilícitas: 'La quimera del oro' cumple un siglo
El tercer largometraje de Charles Chaplin, una de sus obras maestras, regresa restaurada a las pantallas en la celebración de su centenario

Un momento del rodaje de 'La quimera del oro', en 1924 / A Contracorriente
Quim Casas
El 26 de junio de 1925 se preestrenaba en el Grauman’s Egyptian Theatre de Hollywood 'La quimera del oro', el tercer largometraje de Charles Chaplin. La película se estrenó en Barcelona el 4 de noviembre de 1925. Un siglo después de aquella presentación hollywoodiense, la película vuelve a las pantallas españolas en versión restaurada en 4K. El próximo jueves 26, además, en los cines Verdi se realizará una proyección especial y un coloquio en 'streaming' con Rodrigo Sorogoyen, la actriz Almudena Amor y el director de la Academia del cine español, Fernando Méndez-Leite, moderados por Fernando Lara, exdirector del ICAA.
Chaplin había tenido el primer fracaso serio de su carrera con 'Una mujer de París' (1923), considerada hoy una de sus obras maestras. Cuando la hizo, corrió demasiados riesgos para una estrella del cine cómico como él. El público demandaba películas de Charlot, y Chaplin les dio un elegante y triste melodrama sentimental sin él de protagonista. A pesar de la que la crítica la ensalzó tras su estreno, 'Una mujer de París' supuso un serio revés porque, entre otras cosas, había tardado siete meses en rodarse, había costado 800.000 dólares de la época (unos 695.000 euros) y había tenido un proceso de gestación complicado: Chaplin se obsesionó con rodarla cronológicamente, lo que la encareció aún más.
Recuperar el crédito
El cineasta debía recuperar pronto el crédito perdido con el público. Seguía siendo una de las grandes estrellas de Hollywood y nadie en el terreno del 'slapstick' le hacía aún sombra, pero empezaban a aparecer talentos de consideración: en 1924, Buster Keaton estrenó la fantasiosa 'El moderno Sherlock Holmes' y Harold Lloyd había sorprendido un año antes al público con la trepidante 'El hombre mosca'.
La idea de realizar un filme sobre la fiebre del oro en Alaska, entre finales del siglo XIX y principios del XX, surgió en uno de sus habituales encuentros con Douglas Fairbanks y Mary Pickford, sus socios en United Artists, la productora que habían fundado junto a David W. Griffith en 1919 para controlar personalmente sus respectivas carreras. En la casa de la pareja, vio unas fotografías de las zonas entre Alaska y Canadá, empezaron a charlar de la búsqueda del oro que se desató en aquellos años y Chaplin le dio forma a una historia en la que, por supuesto, retomaría al vagabundo Charlot. No era cuestión de defraudar al público una segunda vez.
El presupuesto de 'La quimera del oro' fue más elevado que el de 'Una mujer de París', algo lógico teniendo en cuenta todo lo que debió construirse en el plató y la filmación de difíciles tomas en la cordillera californiana de Sierra Nevada, en pleno invierno; es el caso de la secuencia de apertura en el desfiladero, para la que se utilizaron cerca de mil extras. El filme costó 923.000 dólares de entonces (algo más de 800.000 euros, aunque se especula con que pudo ser más caro), pero en contrapartida obtuvo una recaudación en todo el mundo de tres millones y medio de euros.
El público le aplaudió de nuevo y Chaplin no volvería a salirse del patrón clásico que imponía Charlot, al menos hasta la perversa 'Monsieur Verdoux', donde el vagabundo se transmutó en un asesino de viudas acaudaladas, según un argumento ideado por Orson Welles. Pero eso fue en 1947. 'La quimera del oro' es de 1925, con el estilo, la fotogenia y el 'gag' físico del cine mudo. Y en esa época, pese a la amenaza que para los cómicos como él constituía el sonido, Chaplin no tuvo rival.
Tragedia con humor
'La quimera del oro', como ocurre con 'El chico', 'Luces de la ciudad', 'Tiempos modernos' o 'Candilejas', no es tanto una comedia, pese a su mirada humorística sobre el mundo, como una comedia dramática o una tragedia con humor. Porque Chaplin no solo narra la odisea de los buscadores de oro, enfrentados a todo tipo de peligros en situaciones de frío, hambre o ausencia absoluta de recursos. También incorporó elementos de una historia real, la de los miembros de la expedición Donner, que en el invierno de 1846-1847, mientras buscaban abrir un paso entre las montañas de Sierra Nevada para llegar a California, se perdieron, se quedaron sin provisiones y acabaron practicando el canibalismo con los compañeros muertos.
De ahí surgiría una de las secuencias más locas de toda la obra de Chaplin, la del vagabundo y un fugitivo aislados en una cabaña en plena tormenta. El hambre y la fiebre hacen delirar al individuo y, en plena alucinación, visualiza a Charlot como si fuera un pollo enorme. Mientras tanto, el vagabundo realiza una de sus coreografías gestuales cocinando con paciencia un zapato en agua hirviendo, despiezándolo de los clavos como si fuera un lenguado con sus espinas y complementándolo con los cordones a modo de exquisitos espaguetis.

El delirio del fugitivo hambriento, en 'La quimera del oro' / EPC
No falta ninguno de los elementos en una aventura sobre la obsesión por el oro ambientada en parajes inclementes: un oso amenazador, la tempestad de nieve, el encuentro de un filón y la pugna por quedarse con él, la casa abocada en plena tormenta a un precipicio o una pelea de 'saloon'. Pese al éxito económico y artístico –Chaplin se iría superando técnicamente en cada nuevo filme, tomando cada vez decisiones más arriesgadas y creativas–, el rodaje de 'La quimera del oro' no estuvo exento de conflictos, incluyendo las habituales relaciones problemáticas de Chaplin con las mujeres.
Boda con una menor
Como ya le había ocurrido con Mildred Harris, con la que se casó en 1918 cuando ella era menor de edad porque estaba supuestamente embarazada –luego resultó no ser cierto–, el cineasta contrajo matrimonio seis años después con Lita Grey en una ciudad mexicana, durante un parón del rodaje de 'La quimera del oro'. La situación era idéntica: Lita tenía 16 años –mantenía relaciones con el director desde los 12– y estaba embarazada. Esta vez no fue una falsa alarma, y de aquel matrimonio por estricto compromiso –para evitar que Chaplin fuera a la cárcel por tener relaciones sexuales con una menor– nacerían Charles Chaplin Jr. y el también actor Sidney Chaplin.

Una imagen de 'La quimera del oro' / A Contracorriente
Además, Lita interpretaba el papel femenino principal, el de la chica del bar de la ciudad minera que tontea con el vagabundo en la segunda parte de la película. Sufrió un desmayo en pleno rodaje, el médico certificó que estaba encinta y Chaplin la substituyó por Georgia Hale. Esta actriz rodó casi al mismo tiempo 'The salvation hunters', de Josef von Sternberg. Después suplió puntualmente a Virginia Cherrill en 'Luces de la ciudad', en unas tomas que fueron desechadas. No superó el paso traumático del mudo al sonoro. También mantuvo una relación con Chaplin, aireada en el libro 'Charles Chaplin: Intimate close-ups', que Georgia escribió en los 60 pero que no fue publicado hasta 1995, diez años después de la muerte de la actriz.
Danza de los panecillos
Otra de las escenas más recordadas de 'La quimera del oro' es la de la danza de los panecillos, cuando el vagabundo, sentado a una mesa con cuatro muchachas, ensarta dos tenedores en dos panes y los hace bailar en el aire. El 'gag' fue tan célebre que a Chaplin le pedían que lo reprodujera en muchas cenas y fiestas a las que asistía. Como curiosidad, esta ingeniosa escena está tomada de Roscoe 'Fatty' Arbuckle, que fue el maestro de Buster Keaton, mientras que Mack Sennett lo sería de Chaplin. En el corto 'The rough house' ('Tres pies al gato'), dirigido e interpretado en 1917 por Fatty y Keaton, el actor realiza el mismo baile de los panes con los tenedores durante la comida en una casa de huéspedes, aunque es menos estilizado y dura solo unos segundos.
'La quimera del oro' fue reestrenada con éxito en 1942, dos años después de 'El gran dictador' y en plena contienda mundial. Chaplin se encargó de la supervisión, con un acompañamiento musical distinto y una voz en 'off' del propio director y actor. Realizó un nuevo montaje que pasó de los 95 minutos de la versión muda a los 72. Algunas tomas son ligeramente distintas porque, para esta nueva versión, Chaplin utilizó las filmadas con una cámara alternativa que rodaba simultáneamente, una práctica habitual.
Suscríbete para seguir leyendo
- La familia de la bebé fallecida en Formentera por un desprendimiento denuncia al Consell, Govern y Estado
- Denuncian la desaparición de un hombre en Ibiza
- Karol G y Feid siguen de relax en Ibiza: ' Voy a gozar la vida mientras respiro. Mi miedo no es morir, es no haber vivido
- Adrià Torres, eivissenc a Noruega: «Un cop vaig fer panellets allí i em vaig deixar 100 euros, 60 només amb els pinyons»
- Otra playa de Ibiza cerrada por la presencia de aguas fecales
- Tres hermanos buscan a su madre, desaparecida en el aeropuerto cuando volvía de Ibiza: 'Tenemos la esperanza de encontrarla con vida
- David Guetta apoya a su hijo en su estreno como dj en esta discoteca de Ibiza
- La Pimeef califica de 'despropósito' el alquiler de embarcaciones de recreo privadas en Ibiza