Festivales

Lia Kali sopla las velas de los diez años del festival Sueños de Libertad de Ibiza

El festival se celebra su décimo aniversario el miércoles 28 de mayo, en el baluarte de Santa Llúcia. Una década que da para muchas historias y en la que se ha ido ramificando, con aventuras como The Rocky Desert o La Verbenita.

Orishas se despiden del público en la edición de SDL en el puerto de Eivissa, en 2018. | MUCHIGRAPHY

Orishas se despiden del público en la edición de SDL en el puerto de Eivissa, en 2018. | MUCHIGRAPHY

Fernando de Lama

Fernando de Lama

Ibiza

El 30 de abril de 2015 el Cine Regio de Sant Antoni acogía a media entrada la primera edición de Sueños de Libertad, presentado entonces como festival de canción de autor, en un sentido amplio, ya que el cartel estaba encabezado por Lichis, acompañado por Ángel Stanich -que casi hace un agujero en el escenario empeñado en hacerse la percusión a patadas-, Pez Mago y Pol. Canción de autor pop rock, se podría decir, en acústico.

Era casi un prólogo de lo que vendría, porque desde el mismo día de la presentación, su organizador, Adrián Rodríguez, decía a todo el que le quisiera escuchar que aquello no era flor de un año, que la idea era hacerlo crecer hasta consolidarlo como un gran festival. Así, en 2016 pasó a ser de dos días y en 2017 de tres. Aunque en estos diez años se han producido muchas fluctuaciones.

La última fiesta de La Verbenita, en sa Punta des Molí. | J.A. RIERA

La última fiesta de La Verbenita, en sa Punta des Molí. / Aída Vargas

El miércoles 28 de mayo celebrará su décimo cumpleaños con un festival más pequeño y con un cartel más joven de lo habitual en el Baluarte de Santa Llúcia de Dalt Vila desde las 18 horas. Lo encabeza Lia Kali, que tras varias colaboraciones lo está petando con su segundo disco, ‘Kaelis’, junto a Barry B. y Camila Ramírez y Sr Cardona a los platos.

Poco y bueno, mejor que mucho

«Como dice el título, era un sueño, y lo importante es que con aquel primer festival la semilla ya estaba sembrada para todo lo que vendría después, en el que el árbol del SDL ha ido creciendo y ramificándose», afirma hoy Rodríguez, en referencia a Brisa Flamenca, las sesiones de djs SDL Selectors, los conciertos bajo el paraguas SDL Summer Sessions en Las Dalias y las dos últimas y exitosas incorporaciones que han dado nueva vida a la marca, el festival de electrónica The Rocky Desert y las jaleosas fiestas de La Verbenita. Además de otras citas especiales, como el concierto secreto del pasado verano de The Guapos, con Leiva a la cabeza, junto al mar en el restaurante Ses Boques de es Cubells.

Adrián Rodríguez, en Sa Pedrera de Sant Antoni. | AÍDA VARGAS

Adrián Rodríguez, en Sa Pedrera de Sant Antoni. / SDL

«Ahora todo ha cobrado sentido -dice Rodríguez-. Son cosas muy diferentes pero todas forman parte de lo mismo. Porque SDL no es solo un festival, el objetivo desde el principio es que fuera una marca de cultura y entretenimiento. Cuando echo la vista atrás siento que han sido diez años maravillosos y que he disfrutado mucho. Ha habido muchos contratiempos y muchas dificultades, pero también mucho aprendizaje a base de golpes y ahora veo que todo ese estrés y ese sufrimiento ha valido la pena».

Con el aprendizaje se refiere al tamaño y las necesidades de Ibiza, que le han traído muchos dolores de cabeza. Los mejores carteles o al menos los más extensos, no significan más éxito ni para el festival ni para el bolsillo, como sabe bien Rodríguez. «Creo que he aprendido a entender a Ibiza en ese sentido. Poco y bueno suele funcionar siempre mejor que mucho», asegura rotundo el promotor. «Es una locura montar un festival en la isla con 25 bandas como hemos hecho, primero porque hay que traer infraestructuras de fuera, pagar desplazamientos a más de 200 personas y buscarles alojamiento al precio al que van las habitaciones en Ibiza. Tienes que hacer una taquilla enorme y recibir subvenciones para pagar eso. No es viable», explica Rodríguez.

Primera edición de The Rocky Desert, el año pasado en Sa Pedrera de Sant Antoni. | AÍDA VARGAS

Primera edición de The Rocky Desert, el año pasado en Sa Pedrera de Sant Antoni. / Aída Vargas

«Hacer un festival con dos buenas bandas ya significa traer a veintipico personas, pero es más asumible y más acorde con lo que quiere la isla -continúa-. El año pasado con el festival gratuito en Vara de Rey recuperamos la energía. Había 4.000 personas para ver a Iseo & Dodosound y a los Vinagres al final. Fue un paréntesis. Este año volvemos a un recinto cerrado, el baluarte, el sitio más especial de la isla para hacer conciertos, y estoy seguro de que se llenará». El objetivo es que sea «una fiesta, una celebración de la música y la cultura y una forma de agradecer a nuestros seguidores todo el apoyo en estos diez años».

Rodríguez se muestra muy orgulloso con la nómina de grupos y artistas que han pasado por Sueños de Libertad, tanto en años que fueron bien como en otros en los que la recaudación no cubrió el esfuerzo. «Por lo que significaron para mí y lo que me dieron me quedo con Orishas, Leiva, Fantastic Negrito, Elíades Ochoa o Amaral, que se subió al escenario pese a estar enferma y haber pasado parte del día en Urgencias y nos dejó a todos con la boca abierta. Pero ha habido muchos más y no me gustaría dejarlos fuera».

Amaral, en la edición de 2017, en el Cine Regio de Sant Antoni. | SDL

Amaral, en la edición de 2017, en el Cine Regio de Sant Antoni. / J. A. Riera

En ese largo listado están Zahara, MClan, Arizona Baby, Quique González, León Benavente, Fuel Fandango, Leiva, Depedro, Amparanoia, Iván Ferreiro, El Kanka, Miguel Campello, Los Zigarros, Loquillo, Concha Buika, Juanito Makandé, The Wailers, Sidonie, Guadalupe Plata, Kitty, Daisy & Lewis, Shawn James, Muchachito, Love of Lesbian, Queralt Lahoz, SFDK, Bomba Estéreo, Wayne Snow, Corizonas, Tu Otra Bonita, Él mató a un policía motorizado... y muchos nombres ibicencos, como Statuas de Sal, con un intenso y memorable concierto de regreso en la playa de s’Arenal en 2017.

Tampoco han faltado escenarios emblemáticos, como el Cine Regio, el Recinto Ferial, el muelle comercial del puerto de Ibiza, el paseo de Vara de Rey y los dos citados y más recordados, la playa de Portmany y el baluarte de Santa Llúcia, al que ahora vuelve.

The Rocky Desert, Brisa Flamenca y La Verbenita

Este festival de mayo no será el último gran encuentro con la firma SDL de este año. El 21 de junio se celebrará la segunda edición del festival de electrónica The Rocky Desert, de nuevo en un marco tan singular como Sa Pedrera de Sant Antoni. Kilimanjaro encabezó el cartel del año pasado y este 2025 está previsto que actúen Deer Jade, Melé, Anastazja y Kitty Amor, entre otros. «Diferentes estilos y lenguajes musicales», dice Rodríguez sobre el cartel. «Está teniendo mucha repercusión internacional. Sé que al principio sorprendió un poco que organizáramos un festival de electrónica, pero todo viene de lo mismo, de celebrar la música. Se trata de darle cariño a la electrónica y hacer algo más romántico, y no se me ocurre mejor lugar que Sa Pedrera», afirma Rodríguez, que explica que en esta edición habrá tres escenarios, uno grande y dos más pequeños, seguirán las barras y los food trucks y promete solucionar los problemas de acceso que se produjeron el año pasado.

Lia Kali encabeza el cartel de SDL este año.

Lia Kali encabeza el cartel de SDL este año. / DI

La siguiente anotación en la agenda será en agosto, con una nueva edición de Brisa Flamenca, un encuentro por el que han pasado nombres como Niña Pastori, Tomatito, Miguel Campello, La Tana, José Mercé, Miguel Poveda, Mayte Martín, Estrella Morente o Alba Molina, aunque aún falta cerrar el cartel y el escenario.

Y también se están programando dos nuevas Verbenitas, la última incorporación a la familia SDL, aunque tampoco hay fechas ni lugares. «Nos lo pasamos genial en La Verbenita -dice Rodríguez-. Es una idea que nació en pandemia. Inicialmente pensábamos en un food truck con música festiva para las fiestas patronales, pero la cosa fue creciendo y se incorporó Jordi Cardona y ha acabado siendo un evento muy bonito, como una verbena de pueblo pero más moderna, más cool, con música latina, flamenco, urbana, algo de electrónica... Creo que ha gustado mucho el concepto y estamos muy felices».

De momento el árbol de SDL sigue dando frutos y Rodríguez no descarta que aparezcan nuevas ramas, aunque en muchos momentos le haya tocado sufrir: «Esto en ocasiones ha sido Pesadillas de Libertad, pero, como digo, ahora todo empieza a tener sentido».

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