Jan Van Eyck y el misterio del matrimonio Arnolfini

Jean-Philippe Postel seduce con sus misteriosas explicaciones ante las incógnitas de una de las grandes obras de la pintura flamenca, expoliada de la Colección Real Española en la Guerra de Independencia

Jan Van Eyck y el  matrimonio Arnolfini

Jan Van Eyck y el matrimonio Arnolfini / Santiago Ortiz Lerín

Santiago Ortiz Lerín

Muchos recordarán la película ‘El affaire de Thomas Crown’ donde el actor Pierce Brosnan interpreta a un millonario amante del arte que decide robar un cuadro de Claude Monet, ‘Crepúsculo de San Giorgio Maggiore’, en el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York. Algo similar, podríamos decir, sucedió en España durante la Guerra de Independencia (1808-1814), cuando muchas ciudades españolas fueron víctimas de la rapiña de las tropas foráneas que ocuparon el país. De esas acciones fue objeto una de las mayores colecciones de arte del mundo, la Colección Real Española, de donde desapareció una de las obras más famosas del pintor flamenco Jan Van Eyck, ‘El matrimonio Arnolfini’, y que treinta años después volvería a aparecer en la pinacoteca londinense de Trafalgar Square, la National Gallery.

Por este cuadro, datado en 1434, nos presenta la editorial Acantilado el breve ensayo ‘El Affaire Arnolfini’. La pintura se encontraba en España desde el siglo XVI por sucesivos cambios de dueño mediante donaciones y herencias, y que hasta el siglo XIX se llamó ‘Hernoule-le-Fin con su esposa’, pero que historiadores del arte creyeron encontrar paralelismos fonéticos entre Hernoule-le-Fin y Arnolfini, siendo este último el apellido de una rica familia de comerciantes italianos establecidos en Brujas hace seiscientos años.

Volviendo al siglo XXI, un médico de familia en Francia, Jean-Philippe Postel, investigó este extraño cuadro ajeno a la temática religiosa, y pintado en Flandes, que durante siglos permaneció en España hasta la invasión napoleónica, para luego, como una paloma salida de la chistera de un mago, reaparecer en la ciudad de Londres.

Hipótesis de todo tipo

Con unos personajes retratados que no se sabe a ciencia cierta quiénes fueron ni qué representan exactamente, y que durante algún tiempo se especuló que fuese el autorretrato de Van Eyck con su esposa, digamos que ha habido hipótesis de todo tipo, incluso que la mujer, Costanza Trenta, fuese un espectro o muerto viviente que acompañase a un marido aterrado. El doctor Jean-Philippe Postel investigó sobre la simbología presente en el cuadro, que al mismo tiempo que da indicios a los expertos, también les desorienta.

El ensayo de Postel ‘El affaire Arnolfini. Investigación sobre un cuadro de Van Eyck’, fue publicado primero en Francia y ahora en España por Acantilado, con la traducción de Manuel Arranz e ilustraciones de la obra pictórica para comprender sus detalles mas significativos.

Jan Van Eyck y el  matrimonio Arnolfini

Jan Van Eyck y el matrimonio Arnolfini / Santiago Ortiz Lerín

Por este cuadro, datado en 1434, nos presenta la editorial Acantilado el breve ensayo ‘El Affaire Arnolfini’. La pintura se encontraba en España desde el siglo XVI por sucesivos cambios de dueño mediante donaciones y herencias, y que hasta el siglo XIX se llamó ‘Hernoule-le-Fin con su esposa’, pero que historiadores del arte creyeron encontrar paralelismos fonéticos entre Hernoule-le-Fin y Arnolfini, siendo este último el apellido de una rica familia de comerciantes italianos establecidos en Brujas hace seiscientos años.

Volviendo al siglo XXI, un médico de familia en Francia, Jean-Philippe Postel, investigó este extraño cuadro ajeno a la temática religiosa, y pintado en Flandes, que durante siglos permaneció en España hasta la invasión napoleónica, para luego, como una paloma salida de la chistera de un mago, reaparecer en la ciudad de Londres.

Hipótesis de todo tipo

Con unos personajes retratados que no se sabe a ciencia cierta quiénes fueron ni qué representan exactamente, y que durante algún tiempo se especuló que fuese el autorretrato de Van Eyck con su esposa, digamos que ha habido hipótesis de todo tipo, incluso que la mujer, Costanza Trenta, fuese un espectro o muerto viviente que acompañase a un marido aterrado. El doctor Jean-Philippe Postel investigó sobre la simbología presente en el cuadro, que al mismo tiempo que da indicios a los expertos, también les desorienta.

El ensayo de Postel ‘El affaire Arnolfini. Investigación sobre un cuadro de Van Eyck’, fue publicado primero en Francia y ahora en España por Acantilado, con la traducción de Manuel Arranz e ilustraciones de la obra pictórica para comprender sus detalles mas significativos.

Haciendo un inciso, en el año 1627, bajo el reinado del promiscuo Felipe IV, al que se le contaron 46 hijos, fue nombrado como su pintor de cámara un sevillano llamado Diego Velázquez, quien tuvo acceso, entonces, a la Colección Real Española, y que se dice pudo estudiar la obra de Van Eyck ‘El matrimonio Arnolfini’ e influirle por su técnica en su famosa obra ‘Las Meninas’, donde al fondo de la imagen también vemos un espejo.

Significado críptico

Cuando uno contempla el cuadro ve una escena de una pareja de clase acomodada en la Bélgica de la primera mitad del siglo XV, un hombre severo que toca la mano de una mujer de aspecto adolescente y que parece estar embarazada. Algunos han creído ver una boda secreta donde el cuadro, firmado por Van Eyck, era una especie de certificado de boda, otros han querido ver al marido retratado con su esposa fallecida, u otros con una segunda esposa. Realmente no hay un acta notarial que certifique qué pasa en un cuadro que cuando se indaga puede causar desconcierto.

Lo que sí parece claro es que los personajes no eran pobres, junto a la ventana hay naranjas, que entonces, en esa zona de Europa no era un producto barato; a los pies hay un perro, lo cual también implica un significado, y el gesto del hombre que parece estar dando una bendición, en realidad, es más bien una promesa, pero, sobre todo, en el fondo hay un espejo con dos figuras reflejadas que apenas podemos ver porque se encuentran desde la perspectiva en la que nosotros miramos el cuadro. Hay en esta obra un significado críptico, donde algunos creen ver una broma, es decir, como si se hiciese un guiño a lo que en su época llamaban la cofradía de San Arnulfo, es decir, de los maridos engañados, y otros algo más sórdido que vinculan con la literatura vampírica.

Un formidable pequeño libro donde a través de la curiosidad se aproxima al lector a uno de los más importantes pintores europeos de la historia del arte, donde Jean-Philippe Postel, con la argucia de muchos nuevos historiadores en sus obras de divulgación, utiliza hábilmente el discurso narrativo para captar el interés del lector.

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