Semanas atrás hablábamos de lo importante que es para Barcelona disponer del Palau Sant Jordi a fin de anclarse en la ruta de las giras de las figuras musicales (benditos visionarios del 92, prestos a pensar en grande). Y bien, el otro puntal de la ciudad en esa primera división escénica es el Estadi Olímpic, y ahí sus atributos se verán pronto amenazados.

La ventaja del Estadi es que, al no estar hipotecada su agenda, a diferencia del Camp Nou, por las competiciones futboleras, puede acoger conciertos en cualquier momento del año: la próxima primavera tendremos ahí, sin que la temporada de la Liga interfiera, a Bruce Springsteen (28 y 30 de abril) y a Coldplay (del 24 al 28 de mayo). Pero el Barça se instalará en Montjuïc en el curso 2023-24, cuando arranque la reforma de su estadio propio. Se trata, en principio, de una única temporada, si bien podría comportar que la agenda musical barcelonesa sufra por ello alguna baja aparatosa.

Y alzando un poco la vista, vemos cómo Madrid mueve pieza con la muy cercana puesta en marcha (se prevé para diciembre) de un remodelado Santiago Bernabéu al parecer preparadísimo para incorporar los conciertos a su ‘modus operandi’ ordinario. El hándicap que hasta ahora hacía inviables los conciertos durante la temporada deportiva, el cuidado del terreno de juego, quedará resuelto con un sistema de bandejas de césped retráctiles que permitirá acoger un partido en domingo y una actuación “unos pocos días después”. Así lo explica la responsable Rocío Vallejo-Nágera en la publicación profesional británica ‘IQ’, referencia del ‘show business’. Ofreciéndose a los operadores internacionales con un tacto entrañable, apunta: “hace algunos años, quizás Barcelona florecía un poco más, pero Madrid está ocupando su lugar en la agenda de las giras internacionales”.

Bien, es más un deseo que un hecho: Madrid acogerá en solitario, a corto plazo, a Guns n’Roses, Rammstein, Björk y Metallica, y Barcelona, al Boss, Coldplay, Beyoncé y Madonna. Pero en la elección de la ciudad juega un papel clave la disponibilidad de recintos, y ahí se jugará pronto una nueva batalla, o quizá una guerra. Y más allá del Estadi Olímpic, está el Camp Nou, donde tiempo atrás se anunció la intención de incorporar el césped retráctil a la reforma. Lo cual permitiría al club reforzar su autofinanciación por la vía de la música en vivo. AC/DC, Bon Jovi, U2 y Bad Bunny son algunos de los gigantes de los que se espera gira para 2024-25, y el partido está más abierto que nunca.