ENTREVISTA

Mago Yunke: "La magia me vuelve loco, pero hay muchas cosas bonitas en la vida"

El tres veces campeón mundial de magia está en Palma para ofrecer dos funciones de 'Origen' en el Auditorium

Montse Terrasa

El Mago Yunke (Castellón, 1975), tres veces campeón mundial de magia, está en Palma para ofrecer su espectáculo Origen, en el Auditorium, este viernes, 3 de marzo, y sábado, 4 de marzo. El mediático ilusionista afirma que la magia es su pasión, pero no lo único de lo que disfruta. Tiene un taller propio en el que construye todo lo que necesita para sus juegos y es de los que defiende que la inspiración llega trabajando.

¿Cuál es este origen al que vuelve con este espectáculo? 

Es como una degustación de magia, porque dentro de Origen hay muchos números que están pensados y creados cuando yo empecé en el mundo de la magia, sobre todo uno al que tengo mucho cariño, que lo hice con mi padre cuando yo tenía 16 años. Para mí es como volver a mis orígenes por lo que compartí con mi padre y está plasmado en este espectáculo. Es un show de grandes ilusiones, hay muchos efectos muy potentes de magia y que siempre están contados para que el público pueda disfrutar por igual, disfruta el pequeño y disfruta el adulto. La magia es un lenguaje universal y funciona para todos los públicos.

¿Qué esfuerzo requiere innovar, montar estos espectáculos?

Me inspiro en obras de arte, en Hollywood, en el cine, porque creo que genera muchas ideas y eso hace que pueda aprovecharme... Pero lo importante es estar conectado, mirando todo lo que encuentras a tu alrededor y lo llevas al terreno de la magia. Es una fuente de inspiración muy grande cualquier cosa: el cine, obras de arte, música, la literatura te ayuda a imaginar. Creo que si tú estás conectado con tu trabajo, lo puedes comunicar en forma de magia. Pero te tiene que pillar conectado y, al mismo tiempo, trabajando en el taller, porque yo me construyo todo lo que hago. Si haces prueba-error y horas de taller, al final se generan ideas, y cuanto más creas, más conocimientos adquiridos tienes y más fácil es crear.

Y luego llega el reconocimiento, con premios mundiales...

El reconocimiento es importante, yo no le doy mucha importancia a los premios pero sí compito, porque me ayuda a crecer, a innovar, es una presión que me pongo y me ayuda a generar nuevas ideas y a plasmarlo en juegos de magia. Pero no creo que sea importante haber ganado el Premio Mundial de Magia, que sí que es muy complicado. El premio es el material que sacas nuevo, la reacción del público y lo que te valoran día a día. La persona que viene a ver tu show no viene porque hayas ganado un premio, viene a ver un espectáculo de magia. Al final, es un entretenimiento, es un arte, y lo bonito es que salgan impresionados, ese es el auténtico premio.

Así que no solo idea los números de magia, sino que construye lo que necesita, es un trabajo artesano... 

Toda la magia está construida por mí, tengo un taller de 900 metros cuadrados y ahí hay todo tipo de maquinaria para construir los juegos de magia. Hoy solo fabrico para mí, en algún momento he fabricado para otros magos, pero tengo tanta demanda para mí mismo, para programas de televisión y espectáculos, que no doy para fabricar para otros. Porque la magia cuesta mucho de fabricar, el mago quiere algo propio. Construyo porque mi familia tiene un taller desde que yo era pequeño, mi abuelo era herrero, de ahí mi nombre, Yunke, y desde pequeño me encerraba en el taller de mis tíos a construir mis cosas. Hoy en día tengo mi propio taller y ahí construyo la magia.

Y con cada nuevo juego, ¿se propone subir el nivel?

Es que no sabes nunca la inspiración por dónde te va a venir, porque al final tú puedes sacar una idea muy rápido en una semana y otras cosas se atascan durante mucho tiempo. Lo que hago es trabajar con cuatro números distintos y cuando me quedo atascado, salto al siguiente. No quiero estar parado, quiero siempre avanzar, por lo que trabajo con varias ideas al mismo tiempo y eso hace que siempre tenga trabajo. Eso me ayuda a ser más competitivo, o más productivo a la hora de crear. Y la creatividad se puede forzar, si estás esperando a que vengan las musas... eso es muy complicado.

¿A qué otros magos admira?

Hay un mago en el que me inspiré cuando comencé que era Richiardi, era un mago que había fallecido hacía muchos años y se parece mucho al estilo que hago, una magia muy enérgica. También admiro a David Copperfield, todo lo que ha hecho son juegos muy bien presentados, ama mucho la magia y eso se nota. Ha conseguido hacer muchos programas de televisión y muchas obras en vivo. 

¿Le gustaría seguir ese ejemplo?

No podría hacer tanto, porque él vive por y para la magia y a mí me gusta la magia, me vuelve loco, es mi pasión, pero también me gusta ver a mis hijos jugar a baloncesto, ver un partido de tenis, seguir a Rafa Nadal, hay muchas cosas en la vida que son muy bonitas y no hay solo magia en este mundo. 

¿Cuál es el truco más difícil que ha hecho? 

El hombre de Vitruvio me costó mucho, es uno de los juegos que más me ha costado sacar. Es un juego en el que camino por el escenario, me pongo con los brazos abiertos en un disco muy grande y mi tronco se separa de las piernas. Y para que sea como es ahora, limpio, me costó mucho, porque la magia está también en la limpieza, en que no te tapes, que no te metas en una caja... Aunque a lo mejor hay otros que impactan más, este es el que más me costó fabricar y construir.

¿Cuánto tiempo necesita para prepararse antes de una función?

Muy poco, intento cambiarme en el último momento. En cinco minutos me preparo, no puedo estar esperando para actuar. A mí, ponerme nervioso, que no llego, es lo que me acelera y me hace actuar mejor. Pero sí hay un trabajo previo de la preparación del espectáculo.

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