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Arte&letras

El imprescindible de García Montero

El poeta y director del Instituto Cervantes ha escrito uno de los mejores poemarios sobre el amor y la vida tras la muerte de Almudena Grandes, donde convierte el propio dolor en una reflexión sobre la condición humana.

El imprescindible de García Montero

Bajo la apariencia cansada del poeta sigue una de las mejores cabezas de la literatura. La noche anterior la Academia de Cine rindió un homenaje más a Almudena Grandes y mientras hablamos crece la cola en la calle para escucharlo en la Sala Russafa. Un lleno hasta la bandera de los que hace época. Un buen síntoma. Carlos Marzal acompañó esa conversación sobre Un año y tres meses (Tusquets), el poemario que transita desde el diagnóstico de cáncer hasta la muerte de su compañera. Marzal escribió que era el libro más indeseado de Luis García Montero.

«Un libro sobre la muerte de Almudena Grandes nunca hubiera querido escribirlo, es un libro muy difícil, pero imprescindible, porque cuando tienes una pérdida tan radical, necesitas buscar respuestas. Acudo a la poesía para intentar dialogar sobre lo que nos había pasado», aclara.

«El juicio final para nosotros / es saber si es peor / la suerte del que muere o del que permanece / aquí sin más sentido que la nada. / Uno de los dos muertos debe seguir de pie», escribe en el poema ‘Asuntos familiares’. Señal de dificultad y de «lo agradecido que estoy, no porque me haya salido mejor o peor, sino porque me ha permitido entender mi propia realidad». Tampoco pretendía «hacer poemas patéticos, sino de conocimiento de los asuntos humanos, del amor y la muerte». Por eso, utiliza el diálogo con la tradición, «pero como abordaba un tema que me había desgarrado por dentro, tenía más escrúpulos que nunca de que no se confundiera ficción con mentira».

En Un año y tres meses hay un diálogo con el Arcipreste de Hita (la muerte de la Trotaconventos), Jorge Manrique (los ríos y el mar) y el barroco de Calderón y Quevedo. En el poema ‘La muerte es sueño’ da la vuelta a la poética sacralizada. «Para los que no tenemos fe, la renuncia a la vida terrenal es la renuncia a todo. Nos sirve de poco consuelo inventarnos paraísos en donde la existencia terrenal no tiene sentido. Eso lo escribí cuando me dicen aquello de ‘ya está en paz’ o ‘está esperándote en el cielo’.

«Desde la pérdida se comprende que se puede celebrar lo que se ha tenido», razona, pero «sin necesidad de engañarme». «Me gusta distinguir entre un yo biográfico y un yo literario. El yo biográfico te permite el desahogo, el yo literario intenta transcender de lo biográfico para llegar a la condición humana». Defiende que un poeta establece una relación con su género donde la verdad es fundamental.

Sinceridad

Aunque, «no es lo mismo la verdad, que la sinceridad, porque hay gente que repite con total sinceridad cosas que no son verdad. Por eso las mentiras corren con tanta prisa, porque uno cree que está diciendo la verdad».

Ha intentado «iluminar» lo que vivieron Almudena Grandes y él a lo largo de ese año y tres meses, «donde tienes que acercarte a la realidad y ver el proceso de esperanza, depresiones, miedos y alegrías». Porque en las enfermedades graves «el enfermo te cuida a ti, porque sabes que si dejas aflorar tu miedo deprimes al enfermo, y ese diálogo con la esperanza, el miedo y la alegría le da una dimensión social y personal a la enfermedad, que la convierte en una meditación sobre las condiciones del ser humano, por ejemplo sobre la vulnerabilidad».

Durante la enfermedad y en el primer mes de la muerte de la escritora, el escritor fue tomando notas y desarrollando los poemas. Después los corrigió mucho y les dio el tiempo necesario para buscar la calma, y en verano añadió el último poema, el resumen de todo que da nombre al libro.

«El 20 de septiembre de 2020, cuando nos dieron la noticia, escribí un poema que publiqué en un libro anterior, ese se lo leí. En los poemas de este libro hay una reflexión sobre el que es el misterio, y el secreto, y no pude enseñarle lo que estaba escribiendo, porque dentro de los cuidados entra el secreto. En la poesía, a la hora de buscar la verdad, hay muchas cosas que es mejor callar, antes que mentir. Mejor es dialogar con el misterio, y eso me impidió leerle los lo que iba escribiendo».

«La intimidad no es un punto de partida, sino de llegada. El poema se escribe para hacerte conocedor de tu propia intimidad. Eso solo se consigue con un proceso de conocimiento, donde entran los recursos literarios que te permiten conversar con la tradición».

Joan Margarit, íntimo amigo de García Montero, murió de cáncer antes que Almudena Grandes, y cuenta que se encerró en su enfermedad. «Joan no pudo salvarse, pero en un poema que recojo en el libro se había puesto en paz con la vida y le permitió morir en paz. Una lección de la muerte».

Sobre la sanidad pública apunta que «los cuidados que forman el nosotros del amor, forman el nosotros de la sociedad y la convivencia. La sociedad que maltrata a la sanidad pública es la sociedad que desprecia la sociedad en la que vive. La avaricia es el enemigo de los cuidados. Hemos construido un ámbito de amparo que debemos defender con uñas y dientes».

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