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ENTREVISTA

Teresa Cardona: "Me da igual que no recuerdes quién es el asesino si la novela te ha hecho pensar"

Ella es, para muchos, la gran revelación del noir patrio. Y lo es por 'Los dos lados' (2022), su primera novela en castellano. Con ella bajo el brazo se presenta hoy en las jornadas literarias Cartagena Negra

Teresa Cardona, autora de ‘Los dos lados’. L. O.

Teresa Cardona atiende a La Opinión mientras ultima los detalles de su viaje. Por la tarde –hablamos de ayer– tomará un tren que la llevará directa a Cartagena, a fin de participar en la octava edición de sus jornadas de literatura policíaca y de misterio. Es la primera vez que forma parte del programa, y está encantada. Ha hablado con sus colegas sobre la ciudad y le garantizan que, desde que este festival se asentara en su agenda cultural, está "de lo más negra". Además, en el Auditorio El Batel estará muy bien acompañada: Empar Fernández, Elia Barceló y María Suré se sentarán a su lado y junto a Lorena Collados (moderadora) durante la celebración de la mesa redonda ‘Editoriales negras, apuestas fuertes’. Hablarán de la actualidad del noir español, donde su primer libro en castellano, Los dos lados (Siruela, 2022), es la gran revelación de la temporada. Será a partir de las 19.30 horas, después de la primera sesión del Club de Lectura, con la propia Empar Fernández, y de la presentación de Sobreviviendo (Lumen, 2022), de Arantza Portabales. 

¿Cómo se lleva eso de que en todos lados se refieran a usted como "la gran revelación de la novela negra española"?

[Ríe] Bueno, pues con mucha ilusión. Estoy superagradecida a los lectores y también a los críticos, que han recibido este libro con mucho cariño. No obstante, tengo que reconocer que he tenido mucha suerte: cuando te publica una editorial como Siruela, tienes medio camino hecho. Es un sello fantástico y que genera confianza, con lo que gran parte del éxito de Los dos lados se lo debo a ellos. 

Pero luego hay que conseguir enganchar al lector...

Claro. No sé..., creo que he dado con la tecla. El otro día, hablando con unos libreros, me decían que había sido todo un acierto por mi parte el situar la trama en España; los aficionados a la novela negra están cansados de historias ambientas en el norte de Europa (en Suecia, Irlanda, etc.). Creo que enfrentarse a unos hechos que ocurren aquí, en un sitio que el lector más o menos conoce, genera un plus de atracción, casi de ilusión. Además, siento que San Lorenzo de El Escorial [donde transcurre su libro] es un lugar idóneo para este tipo de obras; ojalá se convierta en el centro del crimen español [Risas].

Los dos lados es su debut en castellano, aunque ya tiene cierto bagaje literario en Francia... Aún así, su primer libro, Un travail à finir –junto a Eric Damien–, es de 2018. ¿Qué fue lo que le empujó a escribir?

Una casualidad. Al profesor de uno de mis hijos –Eric, con el que tenía bastante trato– le encantaba escribir, y un buen día nos mandó el cuento que escribió sobre la época de San Martín. Como digo, hablábamos mucho, así que me preguntó qué tal me había parecido, y le dije que estaba fenomenalmente escrito, pero que tenía algunos fallos en la trama... Así que me tiré todo un fin de semana haciéndole anotaciones y, después de entregárselas, se pasó dos semanas sin decirme nada [Risas]. Me empecé a preocupar por si me había pasado, pero enseguida me envió el cuento reescrito y, tras alguna otra matización y corrección, lo envió y se lo acabaron publicando.

Fue el principio de una fructífera sociedad.

Sí. Escribimos un segundo cuento juntos que funcionó también muy bien. Pero hablamos de literatura juvenil, que nunca ha sido lo mío... Así que nos pusimos a pensar en nuestro siguiente paso y decidimos apostar por la novela negra. Y, de nuevo, tuvimos la suerte de encontrar a una editora fantástica que nos sacó ese primer libro, Un travail à finir, y el segundo, Terres brûlées (2020). En ambos queda patente nuestro gusto por lo local y por la historia, ya que el primero transcurre durante la guerra de Argelia y el segundo tiene como telón de fondo la historia de Alsacia y Lorena, y lo cierto es que tuvieron muy buen acogida. Además, lo pasamos muy bien escribiendo a cuatro manos, pero es un proceso mucho más lento... Así que me lancé a escribir en solitario y en español.

¿Le costó pasar del francés al castellano?

No. Hablo bastante bien el francés, pero escribir en español fue muchísimo más fácil desde el primer momento. Aunque es cierto que te tienes que adaptar. Recuerdo que, cuando le enseñé el primer borrador a mi madre, me dijo que estaba lleno de galicismos [Risas]. Es lo malo de vivir a caballo entre varios países, que no es que te falte vocabulario, pero a menudo te bailan las palabras...

"Me incomoda mucho cómo tendemos a juzgar hechos de otro tiempo desde el momento presente"

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No pretendo desvelar mucho de la trama –no es lo más apropiado si hablamos de novela negra...–, pero el propio título del libro parece toda una declaración de intenciones. Y aunque la premisa que brinda le sirva a usted, como autora, para afrontar diferentes tesituras (en relación con la trama), ¿cuáles son esos ‘dos lados’ a los que se refiere? ¿Qué pretende decir con ese título?

Yo soy de la opinión de que, como dijo Hannah Arendt, la verdad siempre es de dos. Cuando encontré este caso –pues el libro está basado en un crimen real que ocurrió en Alemania– me di cuenta de que las cosas son siempre diferentes dependiendo del punto de vista con el que las mires, del prisma desde el que te asomes, y que las reacciones de cada uno están determinadas por la posición que adopta al respecto. Siempre tendemos a pensar que nuestros principios e ideas son inamovibles, pero lo que yo le digo al lector es: si te afectara a ti directamente y no fueras mero espectador, ¿actuarías del mismo modo? Por suerte, conseguí plasmar esta idea en el título y parece que la gente lo entiende. Y no solo eso: también les obligar a reflexionar, que es lo que a mí más me gusta de escribir. Me da igual que no recuerden quién es el asesino si la novela les ha hecho pensar.

Y esa forma de ver las cosas... ¿estaba ahí desde el principio o fue surgiendo a medida que iba desarrollando la trama?

Estaba desde el principio, pero es cierto que, conforme escribía, iba encontrándome con más situaciones que reafirmaban mi visión, por tontas que fueran. Cuando Karen [la protagonista] llega desde La Haya a El Escorial y se da cuenta de que no funciona el aire acondicionado, por ejemplo. Claro, lo de restringir el uso de este tipo de aparatos para proteger el medio ambiente le parecía muy bien mientras estaba en Holanda, pero ahora ya no está tan convencida... [Risas]

Antes ha mencionado que sus dos primeras novelas se cimentan sobre acontecimientos históricos, pero Los dos lados también. En concreto, una de sus dos líneas temporales tiene lugar durante los llamados ‘Años de plomo’.

Es que, para mí, la Historia es la asignatura más importante de todas, porque, si no comprendemos el pasado, nunca sabremos cómo funcionará el futuro. Además, me incomoda mucho cómo tendemos a juzgar hechos de otro tiempo desde nuestro momento presente. ¿Cómo podemos acusar de colaboracionista a un panadero parisino por atender a los invasores alemanes durante la Segunda Guerra Mundial? Tenemos que ponernos en el lugar de ese hombre que, entre otras cosas, a lo mejor tiene cinco hijos que alimentar. Por eso la historia de Alsacia y Lorena me marcó tanto, con esos treinta años de idas y venidas: primero pasaron de francesas a alemanas, luego de alemanas a francesas, después de nuevo a alemanas... Y eso tuvo unas implicaciones sociales tremendas para sus habitantes, empezando porque en las escuelas se obligó a los niños a hablar en alemán... En fin, eso es lo que me divierte de todo estos: obligar a la gente a ponerse en otros zapatos. Y con Los dos lados, igual: no juzgues como una persona que vive en 2022, piensa como un hombre nacido en 1940 que vive una transición joven en plena madurez.

Esos contextos tan particulares le permiten tocar temas de actualidad social como la diversidad sexual, el sexismo, la xenofobia... La novela negra no es, como dicen algunos, mero entretenimiento...

¡Para nada! Me parece un tremendo error pensar así. La novela negra te da mucho juego a la hora de tratar otros temas... Y las posibilidades que te ofrece para hablar de política son brutales. Mira, justo este viernes presento una novela de Alexis Ravelo que es negra, negra, negra, pero también superpolítica, Un tío con una bolsa en la cabeza (2020). Ahora, te advierto que no me gusta demasiado cuando dicen que la mía es ‘política’... [Risas]. 

¿Y qué es?

Diría que es, más bien, puramente ética. Desde luego que la actualidad me interesa, pero no me gusta meterme en el terreno de lo político, propiamente dicho; prefiero los conflictos éticos, hacer que la gente tenga que elegir.

En los últimos meses ha pasado por varios festivales para presentar su novela, y esta semana la tendremos en Cartagena. Sin embargo, nos visita para participar en una mesa redonda sobre editoriales del género con Empar Fernández, Elia Barceló y María Suré. ¿De qué van a charlar?

Pues vamos a hablar de cómo está el sector, y creo que hay motivos para ser optimistas... Por varias razones. Para empezar, creo que en España tenemos una suerte tremenda porque la editoriales cuidan con mucho mimo sus colecciones de novela negra, pero, sobre todo, conviene reivindicar a nuestros autores: aquí tenemos escritores excepcionales, y muchas veces pecamos de dejarnos llevar siempre por lo que viene del exterior. Las historias de Lorenzo Silva y Domingo Villar no tienen nada que envidiarle a las que nos llegan desde el exterior, y además, a menudo, ofrecer una aproximación muy interesante a un género, que, en mi opinión, se ha desarrollado de una manera maravillosa en los últimos años; hace mucho que se superó aquello del policía que persigue al ladrón... La última novela de Elia, por ejemplo, me desveló una visión del levante peninsular que desconocía.

Nos quedaremos con las ganas, pues, de una presentación en condiciones... Pero bueno, creo que tiene nuevo libro en el disparadero: Un bien relativo (2022).

Sí. Saldrá a mediados de octubre, y ojalá tenga la misma aceptación que éste. No quiero desvelar mucho de la trama, pero también se desarrollará en dos líneas temporales, en El Escorial y con Karen Blecker y el brigada Cano como protagonistas.

¿Aspiran a convertirse en sus protagonistas de cabecera (una cosa muy común en el género)?

[Ríe] Por ahora, desde luego que sí. Es más, te adelanto que la tercera entrega de sus aventuras ya está en el horno.

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