Sueños de Libertad.
Sueños de Libertad de Ibiza: música y baile «fuera de la norma de las discotecas»
El festival vuelve al puerto de Ibiza con mucho ambiente, desde los ritmos cálidos de Eliades Ochoa al tropezón tropical de Bomba Estéreo o los brincos de SFDK
Más de siete horas de música y mucho baile llevó en la noche y la madrugada del sábado el festival Sueños de Libertad al muelle comercial del puerto de Ibiza. Tras un año de paréntesis y otro con los espectadores sentados en sillas, el cartel estaba configurado para mover el cuerpo y el público, muy nutrido y con ganas de marcha, no se lo quiso perder.
El calor del ambiente y el olor a comida se apreciaban nada más llegar al muelle comercial de Vila. La gente iba llegando poco a poco para ser los primeros en coger sitio frente al escenario y ver a los artistas que conocían o los que iban a ser un descubrimiento. Bomba Estéreo, que hizo bailar durante toda su actuación al público con sus bases electrónicas y sus melodías tropicales, y SFDK, que cerraron la noche con todos los espectadores brincando al ritmo del rap, fueron los más aclamados. Así fue como la noche del sábado y hasta entrada la madrugada del domingo se presentó para esta nueva edición de Sueños de Libertad, que volvía a tener al público en pie en el puerto tras un año de paréntesis y otro sentados en sillas por las restricciones de la pandemia.
La tarde arrancó con los temas que pinchaba Nickodemus, con alrededor de media hora de retraso. El dj hacía sonar la música mientras los espectadores llegaban al destino y otros compraban los tiques para comprar la bebida en el festival con la que hacer frente a una noche muy calurosa. Aunque al principio todo iba bastante rápido, a lo largo de la noche se formaron largas colas para poder conseguirlos, además de que en un momento dado los puestos de ‘dreamers’, la moneda del festival, cerraron por un problema técnico contribuyendo al caos. «Creo que ha habido una pequeña falta de previsión en cuanto al tique, porque habrá una cola que puede llegar a las 150 personas. Luego habrá otra cola igual», señaló Alejandro Higueras, asistente al festival.
«Creo que Ibiza debería apoyar más este tipo de música un poco más independiente y fuera de la norma que nos rigen las discotecas», comentó Cia Camacho, que volvía al festival después de asistir a varias ediciones y ya conocía a algunos artistas como Bomba Estéreo o SFDK.
«Es la primera vez que venimos, en esta ocasión porque nos han invitado, pero tengo que decir que Bomba Estéreo me gustan mucho. Además, estoy viendo un ambiente muy ibicenco y eso me encanta», señaló por su parte otra espectadora, Elena García.
La guitarra y las maracas empezaron a sonar y eso señaló que era turno del artista cubano Eliades Ochoa, quien trató de «familia» a su público durante la hora que duró el concierto. Cabe destacar que el cantante empezó con retraso su actuación debido a que el festival se había iniciado más tarde de lo previsto. En cuanto empezaron a sonar las notas cálidas de su guitarra y del resto de su grupo comenzaron los primeros pasos de baile entre el público, al son caribeño. El vocalista no dejó de mencionar el proyecto de Buenavista Social Club, en el que participó y del que se cumplen 25 años, y cantó algunas de sus canciones emblemáticas, como ‘Chan chan’ o ‘El carretero’, coreadas por el público.
Con las luces de Dalt Vila
Pasaban las nueve y media cuando Ochoa terminó su actuación entre los aplausos de la gente para dar paso al segundo dj de la noche, Quantic. Muchos se quedaron a bailar sus ritmos de todo el mundo, de la cumbia al soul o la electrónica, y otros aprovecharon para ir al baño, adquirir tiques para la bebida o comprar algo de comida para cenar.
Poco antes de las 23 horas el ambiente en Sueños de Libertad aumentaba y, con Dalt Vila de fondo ya iluminada, el grupo colombiano Bomba Estéreo salió a escena. Un espectáculo que empezó dejando fluir la mente, con un volumen al principio atronador y con el sonido de instrumentos que acompañaban a la vocalista del grupo y el coro elevando el tono. Una hora y media de concierto donde los asistentes no dejaron de bailar en ningún momento siguiendo la energía de la cantante Li Saumet. Tanto que en un momento tropezó y dio con sus huesos en las tablas. Saumet se lo tomó con humor: «Es la primera vez que me caigo en un escenario. Debe de ser una señal». Y debió serlo, porque acto seguido comenzó la letra de su éxito ‘Soy yo’: «Me caí, me paré, caminé, me subí/Me fui contra la corriente y también me perdí/Fracasé, me encontré, lo viví y aprendí/Cuando te pegas fuerte más profundo es el beat». Además, la artista aprovechó y bajó del escenario para saludar al público y hacerse unas fotos.
Tras seis horas de festival, SFDK apareció a la una de la madrugada para poner fin a un encuentro donde se volvió a respirar el ambiente prepandemia y era uno de los grupos más esperados. Al ritmo de ‘Orgullo banderillero’, ‘El niño guei’ o ‘Agua pasá’ la gente no paraba de bailar y no se la veía cansada, aunque muchos llevasen varias horas bailando. Hasta tres veces hicieron creer que iban a finalizar su actuación, pero siempre había una palabra que alguno de los dos raperos aprovechaba para hacer brincar de nuevo a la gente y que levantaran las manos para seguir el ritmo.
Un festival donde los sueños, la música y la libertad estuvieron presentes durante horas para brindar a Ibiza un concepto distinto al que muchos puedan estar acostumbrados.
Suscríbete para seguir leyendo
- El hijo de Aramís Fuster repudia a su madre en Antena 3: 'Ha dicho que no le volvamos a llamar, que no quiere saber nada de ti
- Los apellidos históricos de las Pitiusas siguen perdiendo peso
- Muere un actor infantil en los incendios de Los Ángeles: 'Mamá, déjame', exclamó
- Vuelve a sacar en alquiler turístico unos ‘bungalows’ con orden de demolición
- Estos son los nuevos destinos a los que podrás volar desde Ibiza en 2025
- Listas de espera en el hospital de Ibiza: los detalles especialidad a especialidad
- Un histórico narcotraficante de Baleares, elegido presidente de una junta directiva
- Historia de Ibiza: Un asesino en serie en la época hippy