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Ibiza Swing Fun Fest

Los chicos del swing reconquistan Ibiza

El Ibiza Swing Fun Fest despide en sa Punta des Molí, en Sant Antoni, su tercera edición, por la que han pasado cerca de medio millar de 'lindy hoppers', la mayor parte procedentes de la península

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Los chicos del swing reconquistan Ibiza. J.A. Riera

El organizador del Ibiza Swing Fun Fest, Marçal Alemany, reconoce que «tenía miedo de que el coronavirus hubiera mermado» la comunidad de 'lindy hoppers', sin embargo, la buena acogida que ha tenido la tercera edición le ha demostrado que «el movimiento swing está más vivo que nunca». Según las cifras que baraja, se han apuntado al evento cerca de medio millar de personas, el 80% de la península y un 20% del extranjero. «Hay gente de Francia, Italia, Reino Unido e incluso Australia. Locales seremos unos cuarenta», apunta minutos después de arrancar la tercera y última jornada del festival, que se celebra en una de sus ubicaciones fetiche, sa Punta des Molí, en Sant Antoni.

«Este año con la música swing hemos conquistado terreno de la electrónica», comenta con orgullo Alemany, que todavía arrastra el cansancio de la jornada anterior, que terminó en Es Paradís a las cuatro de la mañana. «La discoteca estaba abarrotada de gente bailando lindy hop», asegura muy satisfecho del éxito que han tenido «los night pass», que se agotaron también para las fiesta de bienvenida del viernes en Teatro Ibiza, en Vila, y en Dunes Ibiza, en Platja d’en Bossa.

El organizador del evento, Marçal Alemany. J.A. RIERA

Es el primer año que el festival, que siempre se ha llevado a cabo en espacios públicos, programa eventos en locales privados. «La respuesta del público ha sido mucho más buena de lo que esperaba», admite Alemany, tras comentar que el pasado mes de febrero la Ibiza Swing Fun Academy retomó las clases en la isla después de casi tres años de parón debido a la pandemia. «El lindy hop es un baile social con contacto físico, así que no nos decidimos a arrancar hasta que sentimos que podía ser seguro y cómodo», explica.

Engrasar la maquinaria del festival para retomarlo de nuevo tras un 2020 y 2021 en blanco, tampoco fue tarea fácil, pero el esfuerzo, por lo que parece, ha valido la pena. El organizador del festival internacional de música swing y lindy hop de la isla está muy agradecido con los ayuntamientos de Sant Antoni, Sant Josep y Vila, además de con Ibiza Travel y el Consell de Ibiza, porque gracias a su apoyo el evento ha crecido y ha podido llegar a más municipios de la isla.

«Un festival familiar»

Hace un sol de justicia y, de momento, apenas hay público en sa Punta des Molí. «Las dos ediciones anteriores las hicimos en abril y ésta es la primera que organizamos en mayo y, además con ola de calor. El sol pica y aquí tenemos poca sombra. Habrá que tomar nota para 2023 porque mi idea es volver a montar el festival en este mes», comenta.

«El próximo año pediremos tocar en prime time y no a las horas más chungas», bromea con Alemany Miquel Prats Botja, líder de Bluesmàfia, que abrirá esta tercera jornada. La banda, que hace unos minutos estaba ensayando sobre el escenario, ha dejado aparcado el rock and roll en esta ocasión y ha preparado un repertorio de temas propios y versiones de swing y jump blues.

Un grupo de 'lindy hoppers', ayer en el festival. | J.A. RIERA

Poco a poco, algunas parejas se animan a bailar, mientras el resto les observa resguardado de los rayos solares bajo una pequeña carpa. Entre el público hay muchas personas que ya han estado en ediciones anteriores. Como remarca Alemany, «el Ibiza Swing Fun Fest es un festival familiar en el que el que viene, repite». Es el caso de Enrique, de Valencia, que ya estuvo en 2018. Para su acompañante, Luz, es la primera vez. Llevan años practicando lindy hop y solo le ven ventajas: «Nos ahorramos el gimnasio, nos reímos mucho y viajamos», comentan.

Junto a ellos hay un grupo bastante numeroso de Mallorca que ha madrugado para inaugurar la pista de baile en esta tercera jornada, a pesar de que el día anterior, confiesan, se fueron a la cama a las cinco de la madrugada. Para la mayoría es su primera vez en el Ibiza Swing Fun Fest. Es el caso de Maite, que se lo está pasando tan bien que promete repetir. Eso sí, propone que «para el año que viene se instale una carpa para protegerse del sol». «Lo más bonito es el ambiente tan sano que hay en este tipo de eventos», apunta su amiga Laura.

Fer, de Madrid, visita por primera vez el festival y Ibiza, donde ha coincidido con un grupo de amigos de la capital. Lleva casi cuatro años practicando lindy hop, dos de ellos de pandemia. «En Madrid, excepto en los meses más duros de confinamiento, se ha seguido bailando a pesar del covid», asegura. A Fer lo de «combinar playa y baile» le está gustando mucho, también «el muy buen nivel» de las bandas que participan en el festival, que en esta edición se ha centrado en la música más que en las clases magistrales. Solo hubo una el sábado con Maxi Prado y Nicole Pipino. «El año que viene no haremos masterclasses porque aquí la gente viene a bailar», asegura Alemany.

Algunos turistas acceden al recinto de sa Punta des Molí animados por la música. Sentadas en las gradas, tomándose unas cervezas, Jule y Denise, dos inglesas residentes en Escocia, contemplan a las parejas bailar. «No sabemos lindy hop, pero nos gustaría», comentan mientras con sus pies siguen el ritmo swing de Bluesmàfia.

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