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AITANA SÁNCHEZ-GIJÓN Actriz

"Si Almodóvar quisiera rodar un spin-off, yo estoy a su disposición"

"Mi experiencia como "chica Almodóvar" no ha podido ser mejor y más gratificante", dice la actriz

Aitana Sánchez Gijón.

-Esta semana defiende múltiples personajes en el montaje Malvivir, en el escenario del Cuyás. ¿Qué le atrajo del desafío de asumir todos los roles que encarna en esta picaresca femenina del Siglo de Oro?

-Creo que lo que más me atrajo de este desafío fue hacerlo mano a mano con mi compañera Marta Poveda y que, además, compartiéramos personajes, sobre todo, los dos principales, la pícara Elena y el pícaro Montufar. Luego, la experiencia de trabajar con Ay Teatro ha sido una maravilla, porque los espectáculos de Yayo Cáceres y Álvaro Tato [director y dramaturgo] siempre juegan con esa cercanía y, al mismo tiempo, ese respeto hacia lo que significa el teatro del Siglo de Oro y su lenguaje. Sus montajes trepidantes, donde la música juega un rol fundamental y la composición actoral pasa por el juego y el rigor de estar en una partitura que tiene que funcionar como un reloj. 

-Un reloj con muchas manecillas, que se desdoblan en muchos papeles.

-Sí, interpretar a tantos personajes tan distintos requiere un trabajo corporal, físico y vocal muy importante. Además, el texto tiene un grado muy alto de poesía pero también de dureza, porque jugamos con ese contrapunto tragicómico para contar una realidad muy dura de mujeres que tenían que sobrevivir en unas condiciones miserables para salir adelante. Pero ellos encuentran ese equilibrio tan perfecto entre la liviandad de la comedia y la profundidad de la tragedia.

-Podría decirse que Malvivir es un ejercicio de puro teatro. Como actriz y rostro mítico del cine, ¿se confiesa, aun así, un animal de teatro?

-Indudablemente. Para mí, el escenario es mi espacio natural, el lugar al que siempre quiero volver. Aunque diga que me voy a tomar unas largas vacaciones, hay algo que me arrastra irremediablemente a los teatros. Creo que es, por un lado, el vértigo y la adrenalina, la posibilidad de vivir de principio a fin una historia completa, con la peripecia completa de todos los personajes, y por otro lado, hacerlo con la complicidad del público, que es otro de los actores que está con nosotros interactuando desde las butacas. Ese ritual laico que se reproduce cada día es algo que no tiene igual.

-¿Cómo ha sobrellevado los golpes a ambas ramas del sector durante estos largos años de pandemia? 

-Para mí fue muy traumático ,porque estaba en plena gira del espectáculo Juana, con Chevi Muraday, y claro, se interrumpió de un día para otro, y con la incertidumbre que teníamos por delante no sabíamos si ya se había acabado para siempre. Por fortuna, pudimos retomar el montaje una vez que volvieron a abrir los teatros y nos dejaron salir de casa. Pero fue una experiencia rarísima, con las limitaciones de foro, las ciudades vacías y las carreteras casi postapocalípticas. Entonces, la gente apenas se desplaza y, en una ocasión, incluso llegamos a hacer una función por streaming en Parla, y fue una de las experiencias más raras y curiosas que he tenido en mi vida. Estuvo bien vivirlo una vez: pero una y no más. 

-¿Qué ha echado en falta por parte de las instituciones públicas en esta crisis?

-Pues yo eché en falta que, cuando los actores y actrices hacíamos teatro en esta situación de riesgo -y aún ahora se sigue haciendo-, no se considerara como un oficio de riesgo porque, de hecho, lo era. Prácticamente, casi el 70% de los espectáculos que conozco tuvieron que parar porque alguien del equipo se había contagiado y había contagiado al resto de compañeros. Nosotros estábamos corriendo un riesgo real y, luego, a nivel económico, no se tuvo en cuenta lo que significaba parar los espectáculos durante 15 días. 

-Su papel en Madres paralelas la distinguió con un premio Feroz y una nominación a los premios Goya. ¿Qué destaca de su experiencia como "chica Almodóvar"?

-Mi experiencia como "chica Almodóvar" no ha podido ser mejor y más gratificante, de verdad. Creo que el personaje de Teresa es uno de esos personajes de reparto que Pedro borda y que se quedan como míticos. Aunque su presencia sea pequeña en la película, él les da una entidad y una profundidad única. Fíjate, que hay gente que incluso le ha dicho a Pedro que ruede un spin-off con el personaje de Teresa, y yo le he dicho que, por supuesto, estoy a su disposición. Pero lo mejor ha sido ese placer de interpretar a un personaje tan bombón, porque es una actriz interpretando a una actriz, pero que es muy distinta a mí en tantas cosas. También me encanta haber coincidido con Pedro en este momento de mi vida y de la suya también, porque siento que él está en un momento muy tranquilo, muy sosegado. Me he encontrado con un Pedro muy dialogante, con un diálogo de ida y vuelta muy rico. Si me hubiese pillado esto más jovencita, quizás lo hubiera vivido con más angustia, pero lo he vivido desde el placer. 

-Precisamente, la última vez que actuó en el Cuyás, en 2019, dio vida a Nora en Casa de muñecas 2, secuela de la mítica obra de Ibsen. Desde el siglo XIX hasta hoy, ¿por fin se escriben protagonistas femeninos reales, complejos, poderosos?

-Yo creo que en el teatro siempre ha habido personajes femeninos potentes. Y que yo he tenido la suerte de interpretar a muchos de esos grandes personajes. Sin embargo, creo que es ahora cuando, en la ficción audiovisual, empieza a notarse de un tiempo a esta parte que los personajes femeninos están ganando en presencia, densidad, complejidad y reflejo de la realidad.

-El mes pasado rodaba en Toledo la película Que nadie duerma, una adaptación de la novela homónima de Millás, con Malena Alterio. ¿Qué puede avanzar de este proyecto?

-Pues sobre este proyecto puedo avanzar poco, pero puedo decir que mi participación es con un personaje también de reparto. El proyecto es de una productora teatral y su protagonista, a quien interpreta Malena, es una taxista, y yo soy su primera clienta. Y a partir de ahí, se establece una relación entre nosotras.

-Por último, ¿en qué momento se encuentra Aitana-Sánchez-Gijón?

-Pues estoy viviendo un momento fantástico, digamos que un cambio de ciclo vital con muchísimos estímulos a nivel laboral. Esta gira de Malvivir está siendo un regalo y el próximo 29 de abril se estrena La jefa, una película que protagonicé junto a Belén Sanz, una joven actriz argentina fantástica, que dirige Fran Torres en su debut en el largometraje. Es una peli muy inquietante y de la que estoy muy, muy contenta, y que aborda el tema de la maternidad subrogada y del vínculo que se establece entre estas dos mujeres, peculiar y perturbador.  

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