Diario de Ibiza

Diario de Ibiza

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Arte&letras

Dante en el panóptico

Dante en el panóptico

Los premios del Festival de Angoulême, los más prestigiosos galardones dedicados al cómic que se dan en suelo europeo fueron sorprendentes en 2021. Primero, porque la pandemia obligó a que el festival no se celebrara como era habitual inundando la pequeña ciudad de la Charente; segundo, porque el Fauve d’Or, la distinción más importante, se concedía a una obra que no estaba en ninguna de las quinielas, L’Accident de Chasse, de David L. Carlson y Landis Blair. Una obra americana que llegaba a las librerías francesas con un retraso inhabitual respecto a su edición original en 2017 y que apenas había levantado interés pese a las excelentes críticas que había cosechado. Pero el buen tino que suele acompañar a los «esenciales» del salón galo no erraba esta vez: es posible el grueso volumen se hubiera movido bajo el radar de público y crítica por el efecto tsunami que ese año tuvo la fastuosa Lo que más me gusta son los monstruos, de Emile Ferris, ocultando cualquier otra novedad, pero la obra de Carlson y Blair merece de sobra todos los reconocimientos.

Dante en el panóptico

Dante en el panóptico Álvaro Pons

El Chicago más convulso de las mafias es el escenario de una historia que, ya de por sí, podría ser interesante solo con el relato cronológico: un joven Charlie Rizzo descubre que su padre Matt, al que creía ciego por un accidente de caza, realmente perdió la vista en un robo que le llevó a la cárcel y a compartir celda con un famoso asesino de la época, Nathan Leopold. Pero lo que podría ser un apasionante episodio histórico del gansterismo americano pronto cambia su dirección: la narración de la vida en la prisión panóptica de Stateville de un joven Matt, ciego y destrozado, irá creciendo poco a poco en el reducido espacio de la celda que comparte con Leopold gracias a un tercer habitante silencioso del calabozo: la literatura. Aprender a leer en Braille le permite descubrir en los libros una puerta de escape dentro de los muros de la celda, pero también será la guía de un descenso a los propios infiernos acompañado de La Divina Comedia de Dante. Leopold, de una profunda cultura, será el perfecto Virgilio para Matt en un viaje donde los autores mantienen un complejo pulso entre las ficciones y las realidades, el presente y el pasado, donde la cultura actúa como un clavo ardiendo a la que un hombre sin vista y sin futuro se agarra con desesperación. Guionista y dibujante aprovechan la ceguera del relator para dejar que el dibujo sea la expresión de las imágenes que crea en su mente, ecos de un pasado cuando la luz llegaba a sus ojos, trocados ahora en inmensas cavernas de Platón donde solo la imaginación puede proyectar recreaciones de una realidad espantosa o de las historias que leen sus dedos. La cultura actuará de redención para Leopold y Rizzo, pero también como un paradójico escape que les hace ser más conscientes de la libertad perdida, que les permite reflexionar sobre su vida, sobre lo que les llevó a esa celda, enfrentando los hechos con una fascinante lectura simbólica que Blair traduce al lenguaje del cómic con ecos de Edward Gorey, con un barroco entintado que transmite una sensación continua de opresión y ahogo. Las casi 500 páginas de la obra pasan como un suspiro mientras los autores amarran con fuerza este relato de redención a través de la literatura, del aprendizaje y reflexión que los libros atesoran, pero también de relaciones familiares y del poder de la verdad.

Dante en el panóptico

Dante en el panóptico Álvaro Pons

Afortunadamente, el foco del premio ha permitido que podamos leer el cómic por estos lares gracias a la cuidada edición en catalán con la que se estrena la editorial Finestres en el noveno arte, L’Accident de caça. No se la pierdan.

Dante en el panóptico

Compartir el artículo

stats