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Negreros: el patrimonio acumulado por la trata de esclavos de familias honorables

Piqueras enlaza en su último libro el pasado oculto con nombres actuales de la alta sociedad, las finanzas, la política y la vida pública

Negreros: el patrimonio acumulado por la trata de esclavos de familias honorables

Les traigo a estas páginas comentarios sobre ‘Negreros. Españoles en el tráfico y en los capitales esclavistas’ (Catarata, 2021) y ‘La Esclavitud en las Españas. Un lazo transatlántico’ (Catarata, 2011) y los avatares de su autor, José Antonio Piqueras Arenas. Pero previamente siento la necesidad de comentar la figura de este historiador al que conozco desde 1978, y con quien he colaborado en diferentes empresas educativas y de investigación. Piqueras es catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad Jaume I de Castelló y es de esos investigadores que en una sociedad como la valenciana pasan de alguna manera desapercibido, aunque hay lectores, historiadores e investigadores que conocen bien toda, o parte, de su dilatada obra.

Piqueras ha estudiado la transición del feudalismo al capitalismo en el siglo XIX en la sociedad valenciana, el republicanismo español, el federalismo, los orígenes del PSOE en la Comunitat Valenciana y las tramas de su exilio, su cultura en La Transición, una biografía documentada sobre Cánovas, distintos aspectos de la historia de Cuba y El Caribe, y ha analizado, con otros historiadores/periodistas (A. Laguna, F. Martínez y A. Alaminos), la corrupción en la España actual. Es además codirector de la Revista ‘Historia Social’ que fundamos en 1988 y que cuenta ya con 101 números y está considerada una de las más destacadas en el panorama historiográfico español, en cuyo consejo de redacción figuran historiadores de todas las tendencias, como Ricardo García Cárcel, Pere Gabriel, Núñez Seixas, Mery Nash, Ángela Cenarro, Julián Casanova, Teresa María Ortega, con Amparo Sánchez Cobo como secretaria, de distintas universidades españolas y cuenta en su consejo asesor con más 50 investigadores de Universidades Americanas y Europeas. Piqueras ha sido invitado en universidades de Buenos Aires, Praga y Harvard, entre otras, para disertar sobre sus estudios sobre la esclavitud y su comercio, que es de lo que tratan los libros aludidos al principio, además de gestionar para la universidad de Castelló una cátedra de la Unesco.

Pero no crean que le ha resultado fácil instalarse en el panorama historiográfico académico español, como ya conté en la introducción a mi libro Nosotros, los socialistas valencianos (1977-1995). Un ensayo socio histórico sobre el acceso a la modernidad (BHS, Valencia, 2020) donde relataba los avatares para consolidarse en la universidad. Libro que no quiso publicar Vicente Flor, a la sazón todavía director de la Institución Alfons el Magnánim, y hoy novelista nobel reconocido, galardonado por una obra presentada en los premios Joanot Martorell de Gandia, con un tribunal ad hoc que según cuentan en algún medio digital y en papel (Las Provincias y esDiario) articuló Josep Piera, colaborador del Magnànim, compuestos por personas relacionadas con la institución. Y me dicen, no sé si con ironía, que su novela puede superar al ‘Ulises’ de Joyce o el ‘Aleph’ de Borges, de lo cual me alegro, porque así se incrementarían los 20.000 euros que ganó y pasaría a la Historia de la Literatura Universal.

Su amiga y vicepresidenta de la Diputación de Valencia, María Josep Amigó, escribió un artículo en un digital blanqueando a la Alfons el Magnànim, sin citar nada de este asunto, con una sintaxis literaria en valenciano que a mí me resultó ramplona. Tampoco el presidente de la Diputación, Antoni Francesc Gaspar Ramos, alcalde de Faura, dijo algo del asunto, aunque fuera de manera suave, para no romper la coalición, algo que ya le manifesté el 15 de junio de 2020 en entrevista personal porque creí que por la censura de un libro no iba a crear una crisis política y tener problemas con la coalición política con Comprimís, pero algo podía haber dicho, o al menos llamarme y no bloquearme en su WhatsApp como ya me contaron.

Análisis de las fuentes

Alfons el Magnànim se creó en 1947 y tiene una amplia trayectoria con sus publicaciones, como se evidenció cuando estaban bajo la responsabilidad de Josep Picó, Mario García Bonafé y después José Luis Villacañas y Ricardo Bellveser. Pertenecí a la junta directiva del IVEI -que asumió las competencias del Magnánim- creado por Ciprià Ciscar cuando fue conseller en el gobierno de Joan Lerma. Posteriormente Tarancón lo recuperó para la Diputación, y ahora parece que quieren que vuelva a depender de la Generalitat.

Portada del libro "La esclavitud en las Españas" de José Antonio Piqueras

José Antonio Piqueras abordó, como señalo, en sus investigaciones historiográficas temas diversos con el rigor de un trabajo constante que acude al análisis de las fuentes. Podrá discutirse su interpretación historiográfica, como en Gran Bretaña se discuten las de E. H. Hobsbawm, Perry Anderson, M. Dobb, Stedman Jones o E.P. Thompson etc., pero nadie pone en duda en el panorama internacional historiográfico que sus obras tienen una base sólida y rigurosa de la que se puede -y así se hace- disentir y criticar sus interpretaciones. Y algunos de ellos no tienen, o tenían, un carácter empático personal en su relación con sus compañeros, lo que no era obstáculo para valorar sus trabajos históricos y sociológicos.

En ‘Negreros’ Piqueras amplía el capítulo 3 (El comercio transatlántico de Esclavos) de ‘La Esclavitud de las Españas’, en una investigación de más de 300 páginas, donde describe cómo se organizaba la venta de esclavos desde el siglo XVI para Europa y América, aunque centra su investigación principalmente en el siglo XIX donde el negocio de la trata de esclavos proporcionó grandes fortunas. La prohibición del comercio de esclavos se produjo en Gran Bretaña a finales del siglo XVIII e iría extendiéndose por los países europeos que traficaban con personas de color arrebatadas de sus tierras africanas para convertirlas en mano de obra sin apenas coste, a fin de incrementar los beneficios empresariales. En el traslado, realizado en condiciones pésimas, morían entre el 15 y el 25% de los cautivos.

Muchas de las fortunas de gente hoy honorable tienen sus raíces en ese comercio (los Güell, Marqués de Comillas, los Rato…). España fue el último país europeo en prohibirlo, pero continuaron comerciando en Latinoamérica de manera subrepticia. Existe una teoría según la cual, al general Prim, artífice de la Revolución Gloriosa de 1868, lo asesinaron los intereses esclavistas en 1870. Fueron los cuáqueros de Pensilvania, en 1688, quienes primero pidieron la abolición del mercado de esclavos y en 1787 en Gran Bretaña se constituye una sociedad para demandar la abolición del comercio de esclavos, que se decreta en 1865 en EE. UU. España lo suprime con Brasil y Cuba en 1888, y Mauritania en 1981. Muchos de los militares que se sublevaron en 1936 habían empezado su carrera militar en Cuba, para continuarla en Marruecos y allí aprendieron las tácticas militares contra los insurgentes. La independencia de la isla en 1898 generó una crisis social y política que continuó durante el siglo XX: «La noción que confrontaba una España definida por un conjunto de rasgos esencializados, definidos por los «verdaderos españoles», (…) indistintamente de la expresión expresada por la soberanía popular, y cualquier otra concepción del país llevaba a condenar [a los otros españoles] como una anti-España» (pg.304).

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