En plena pandemia hace falta valentía para abrir un negocio.

La verdad es que sí. Mi idea inicial no era abrir la escuela ahora, sino dentro de un año, pero precisamente la pandemia lo adelantó todo. Mi entorno me decía que la vida es de los valientes, así que fui a por ello. Además, durante el confinamiento, mucha gente se quedó en casa sin poder hacer actividades y con ganas de realizar hobbies y sentirse activa, de modo que decidí abrir, a ver qué pasaba.

No habrá sido fácil tener que adaptarse a protocolos de seguridad y a medidas cambiantes.

Es complicado porque vives con la incertidumbre. Cada semana salen nuevas normativas y no sabes muy bien a qué atenerte. He tenido, por supuesto, que invertir en protocolos. Por ejemplo, tengo un filtro HEPA en clase. La mascarilla es obligatoria para todos, aunque sea algo contradictorio en el caso de la interpretación porque perdemos de vista la mitad de la cara. El alumno solo se la puede quitar en ese minuto en el que actúa, pero toda la clase es con ella puesta. Tenemos gel hidroalcohólico y, además, se desinfecta constantemente la sala.

Aunque se crió en Ibiza, hasta el año pasado vivía a caballo entre Madrid y la isla. ¿Qué la motivó a abrir una escuela de cine aquí?

Hace años que tenía la idea porque, como yo, hay mucha gente que quiere dedicarse a la interpretación y tiene que salir de la isla para formarse. Hace un año y medio, cuando estaba en Madrid trabajando, ya empecé a tantear el terreno viendo qué había por la isla y dando clases de interpretación en el Centro de Danza un día a la semana. Fue muy bien y empecé a tener más alumnos, así que este curso me apetecía impartir clases más días a la semana y tener más asignaturas. Mi intención inicial era seguir en el centro de Marisol (Roig-Francolí). Le pedí una sala para mí, pero con el tema del coronavirus ella las necesitaba todas para poder dividir grupos así que busqué otras opciones y me encontré entonces con este local, que se alquilaba. Lo vi y lo tuve claro. Soy de acción-reacción, no me lo pensé mucho. Eso fue en julio y en septiembre ya estaba haciendo la reforma con la ayuda de mi familia.

En las Pitiusas hay opciones para iniciarse en la interpretación con los cursos que imparten, por ejemplo, muchos grupos de teatro. ¿Qué ofrece su escuela como valor añadido?

Sí que es verdad que hay profesores y grupos de teatro amateur, pero realmente clases de interpretación ante la cámara en Ibiza no hay ni ha habido nada, por eso la considero la primera escuela de cine de la isla. Sí que hubo hace años una escuela de cine en Ibiza que llevaba Fernando Monge, pero se centraba en la parte técnica,en todo lo que hay detrás de la cámara, dirección, guion...pero nunca ha habido nada sobre formación actoral de cine y televisión. Yo empecé estudiando teatro, pero cuando descubrí la cámara me apasionó el mundo del cine y me daba pena que en Ibiza no hubiera esa opción, así que pensé en montar una escuela en la que el teatro fuera la base, por supuesto, pero que ofreciera una formación actoral completa, y además profesional. Quiero que mis alumnos, cuando salgan de esta escuela, sientan que tienen una buena formación al nivel de cualquier otra escuela de España o del mundo y que puedan ir preparados a Madrid a un casting.

¿Qué asignaturas se pueden estudiar en su centro?

Interpretación ante la cámara, teatro; teatro musical, tanto para adultos como para niños; coreografía de musicales y burlesque y canto. Eso es lo que tenemos de momento, pero mi idea es ir haciendo cursos intensivos y masterclass de aspectos técnicos como guion o dirección de fotografía. Las asignaturas las impartimos Marta Cañamaque, conocida como 'Ariel,' Mari Paz Raya y yo, que soy la directora.

¿La gente está respondiendo? Con la crisis económica, el repunte de casos y las nuevas restricciones las perspectivas no son, de partida, muy halagüeñas.

Eso me daba miedo, porque quería abrir en octubre y la situación se empezó a complicar. Pensaba que no iba a tener casi alumnos, pero he tenido buena aceptación. He notado que las familias quieren que sus hijos hagan cosas y disfruten la infancia.

¿Cómo ve la situación de los actores y de la industria cinematográfica nacional en estos tiempos de coronavirus?

Es una época complicada. Durante el confinamiento se paró toda la producción. Pero, yo en parte era optimista porque durante esos meses se consumió mucha ficción y pensaba que en cuanto se pudiera trabajar habría tal explosión de rodajes que los actores que salen siempre no podrían llegar a todo y se tendría que recurrir a caras nuevas o menos conocidas. De hecho está ocurriendo. Ahora mismo hay muchísimas producciones al mismo tiempo. Lo que pasa es que se ha reducido el número de actores y los costes han subido porque hay que hacer PCR cada día de rodaje. Además, si das positivo te tienes que ir a casa, con lo cual ni siquiera te aseguran el trabajo. Así que es verdad que es un momento complicado, pero este mundo nunca ha sido fácil. Además, ahora en España hay muchísima producción de series y de películas y, además, de calidad. También la llegada de plataformas como Netflix o HBO ha sido un acicate y eso yo creo que al final nos va a acabar repercutiendo positivamente a todos.

¿Cree que se promociona lo suficiente Ibiza como escenario de rodajes?

Creo que en Ibiza hace falta más promoción para que la industria audiovisual sepa que puede venir aquí a rodar. Formo parte de la APAI (Asociación de Profesionales del Audiovisual de Ibiza) y desde ahí estamos intentando fomentar que se conozca que la isla es un plató perfecto de cine, donde tienes ciudad, campo, playa, casas antiguas... y así atraer producciones a la isla. Yo quiero, además, que cuando vengan a a rodar no tengan que traerse el equipo o los actores de fuera, sino que hagan el casting en Ibiza y encuentren aquí gente profesional.