A Phil González le cambió la vida hace diez años cuando fue creada la red social Instagram. Entonces se le ocurrió crear un blog de seguidores y al poco tiempo ya gestionaba una red mundial de fans, 'Instagramers' (#IGers). Además ha editado varios libros sobre redes sociales. El último acaba de salir el 1 de octubre y desvela los secretos de esa red. También es uno de los promotores de la idea de desconexión digital «a ratos», sobre la que ha publicado otros dos libros.

¿Cómo empezó su relación con Instagram?

Hace ahora diez años, el próximo 6 de octubre, era una empresa pequeña que se montó por dos jovencitos y que actualmente se ha convertido en la red más utilizada en el mundo con unos 1.500 millones de usuarios. Entonces yo ya llevaba una larga trayectoria en Internet y me di cuenta del potencial, pensé que iba a cambiar el mundo de las redes sociales. Entonces creamos esa red mundial de fans de Instagram.

¿Qué es Instagramers.com?

Es una red con el hashtag #IGers, que es uno de los más usados en el mundo en Instagram, donde tenemos más de 600 millones de fotos con esa etiqueta de gente que las comparte desde su país y de su ciudad. Hay #IGers en todo el mundo, incluso en Formentera.

¿No está entrando en competencia Instagram con Tik Tok?

Sí, es curioso, tardamos en darnos cuenta de lo que venía. A Instagram le pasó parecido, que tardó como dos o tres años antes de que la gente se lo tomase en serio. Con Tik Tok pasa lo mismo, es una empresa que ya tiene muchos años pero hace dos años compró Musical.ly, en donde podías simular un karaoke y enlazó con esa idea. Luego la pandemia les ha ayudado mucho. En Tik Tok puedes hacer cualquier tontería en tu casa, con tu familia, con tu mascota, con tus amigos sin necesidad de estar en un sitio bonito. Y a raíz de la pandemia muchos padres se dieron cuenta, por sus hijos, de cómo funciona esa aplicación y la conocieron.

Instagram es la segunda red tras Facebook, a quien pertenece, dos redes sociales que trabajan con los datos de las personas. ¿Ese es el negocio?

Efectivamente, hay un documental en Netflix que se titula 'El dilema de las redes sociales', que lo explica muy bien. El negocio de las redes sociales es que tú pases mucho tiempo enganchado para ser impactado por publicidad. Para que esa publicidad tenga la respuesta deseada, lo que tienen que saber es lo máximo posible sobre tus intereses. Saben que vives en Formentera, que te gusta ir a un determinado restaurante que te gusta el fútbol, si tienes mascota y te machacan por allí. Pero además saben si tienes hijos, si eres soltero, si buscas novia y saben a qué hora te conectas a la red. Con esos datos te impactan de una forma mucho más precisa. Efectivamente el negocio de las redes sociales es gestionar nuestro interés por los anuncios. Los 1.500 millones de seguidores de Facebook no tendrían interés si Facebook no supiera qué es lo que les interesa.

¿Ha aprovechado su presencia en el Formentera 2.0 para presentar su libro 'Instagram, todos sus secretos'. ¿Qué aporta de nuevo?

Para mí es la guía más completa jamás escrita sobre Instagram. No he encontrado ningún otro trabajo que trate tan profundamente cómo se usa. Desde cómo gestionar tu cuenta hasta las diez claves para que tu cuenta, tanto personal como de empresa, de una marca o de ONG, funcione bien.

¿Instagram también ha cambiado?

Se partió en dos en 2016 cuando se lanzaron las stories, esos vídeos de 15 segundos, efímeros, que desaparecen a las 24 horas. Desde el 2010 había sido fotografía bonita, con filtros y demás y cambió cuando llegó la época selfie y la gente empezó a contar sus cosas más privadas. Se usó para mostrarse mejor de lo que uno es en realidad.

¿Se aplica censura?

Instagram tiene una serie de reglas en sus normas de uso que impiden cierto grado de desnudez, violencia, racismo, armas y eso genera críticas. Pero yo me pongo de su parte, porque los suecos sean muy liberales, los de Arabia Saudí no aceptarán un tipo de fotos que en Suecia se puede admitir, es solo un ejemplo.

Hay gente que vive a través de la pantalla del móvil. ¿No es un peligro?

Los jovenes de hoy socializan menos, las relaciones de pareja se desploman, somos cada vez más individualistas y vivimos en una realidad paralela y eso sí que da mucho miedo si pensamos en la educación de los niños. Hace años tome conciencia y he escrito dos libros sobre esto: 'Pásate al modo avión', y otro es un máster en desconexión digital en el que propongo ejercicios diarios para conseguirlo.